Los combates entre Tailandia y Camboya se recrudecen al fracasar el intento de tregua
Bangkok se retracta del acuerdo de alto el fuego propuesto por Malasia debido a los «continuados ataques» del país vecino, que ha dejado 19 muertos
I. Ugalde
Viernes, 25 de julio 2025, 21:52
Por segundo día consecutivo, Tailandia y Camboya intercambiaron este viernes un intenso fuego de artillería mientras los combates fronterizos se extendieron y recrudecieron. El rebrote ... de las hostilidades ha causado ya una veintena de muertos y más de 130.000 desplazados en los peores enfrentamientos en 13 años entre los vecinos del sudeste asiático. Ambos se culpan de iniciar el conflicto y la retórica, lejos de apaciguarse, se incendió en las últimas horas pese a que en un primer momento se creyó en un cese de los enfrentamientos tras aceptar ambas partes una propuesta de alto el fuego de Malasia, de la que luego Bangkok se retractó.
Tailandia se reafirmó este viernes en sus acusaciones de que Camboya ataca deliberadamente a civiles mientras que el Gobierno de Nom Pen condenó a Bangkok por el uso de municiones de racimo, un hecho controvertido y ampliamente condenado.
«La situación se ha intensificado y podría desembocar en una guerra. Actualmente, se trata de un enfrentamiento con armas pesadas», alertó a la prensa el primer ministro interino tailandés, Phumtham Wechayachai, al señalar que el ejército de Camboya había atacado al país en múltiples frentes.
El jefe del Gobierno camboyano, Hun Manet, dijo, por su parte, en una publicación en las redes sociales que había aceptado el alto el fuego propuesto por su homólogo malasio, Anwar Ibrahim, presidente del bloque regional de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN). Éste le había informado que Phumtham también había aceptado. «Sin embargo, es lamentable que poco más de una hora después, la parte tailandesa informara que había revertido su posición», aseguró.
Por alusiones, Tailandia indicó anoche que estaba de acuerdo en principio con la idea de una tregua y que lo consideraría, pero que debía basarse en «condiciones apropiadas sobre el terreno». «Durante todo el día, las fuerzas camboyanas han continuado sus ataques indiscriminados», alegó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Bangkok en un mensaje en X. «Estas acciones demuestran una falta de buena fe y siguen poniendo en peligro a la población civil», añadió.
El Gobierno de Nom Penacusa a las tropas rivales de recurrir al uso de bombas de racimo
El ejército tailandés denuncia ataques con cohetes rusos contraescuelas y hospitales
Previamente, dos altos funcionarios del departamento de Exteriores tailandés aseguraron que Bangkok había recibido ofertas de mediación de Estados Unidos, Malasia y China, pero prefería utilizar mecanismos bilaterales.
Los combates se reanudaron este viernes con fuerza poco antes del amanecer, con choques reportados en una docena de localidades, frente a los seis del jueves, según el ejército tailandés, que señaló que el número de muertos ascendió a 19, 13 de ellos civiles, y cifró en 62 los heridos. El Gobierno camboyano, en cambio, no ha reportado víctimas, pero un funcionario provincial afirmó que una persona falleció.
Las Fuerzas Armadas tailandesas denunciaron que Camboya utilizó artillería y cohetes BM-21 de fabricación rusa para atacar lugares que incluían escuelas y hospitales. «Estos actos bárbaros se han cobrado vidas y causado heridas sin sentido a numerosos civiles inocentes. Atacarlos deliberadamente es un crimen de guerra y los responsables deben ser llevados ante la justicia», advirtieron.
Superioridad militar
El jueves, sin embargo, en una exhibición de superioridad bélica, Tailandia desplegó un caza F-16 para atacar un objetivo militar del país vecino. Camboya, que ha instado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a abordar lo que califica de «agresión militar no provocada», carece de aviones de combate y cuenta con un equipo y personal de defensa significativamente menor.
Según los últimos informes, los bombardeos de Tailandia causaron «daños significativos y visibles» al templo de Preah Vihear, del siglo XI y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que ambos países reclaman desde hace décadas. Bangkok calificó la acusación como una «clara distorsión de los hechos» y dijo seguir el principio de proporcionalidad tras ser acusada de emplear bombas de racimo.
El detonante del conflicto, que alarma al sudeste asiático ante la amenaza de que derive en una guerra, fue la retirada de Tailandia de su embajador en Nom Pen y la expulsión del enviado de Camboya el miércoles, en respuesta a la pérdida de una extremidad por una mina terrestre que, según Bangkok, había sido colocada hace poco por tropas rivales, algo que negó el país vecino.
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