Tendencias mini y maxi para las novias del 2022

Tras un periodo pandémico de gran incertidumbre para el sector nupcial, que ha tenido que readaptarse a las necesidades propias del contexto, éste ya ha comenzado, poco a poco, a recuperarse. Una recuperación importantísima que en 2022 será total, pasando de las bodas 'low' y casual en época de pandemia y restricciones, al retorno de los grandes enlaces. Pero, ¿cómo veremos vestidas a las novias? Habrá opciones para todos los gustos, pero las tendencias para 2022 son claras y se basan en dos corrientes antagónicas: el maximalismo y el minimalismo.

Porque, los más reconocidos diseñadores y firmas «están volviendo a apostar por los vestidos de novia románticos, de corte princesa, y cargados de volumen en mangas y otros puntos de la pieza, a través de encajes, bordados…», explica Laura Chamorro, sin olvidar que «también siguen al alza los vestidos de largura mini, sobre todo en bodas civiles, apostando por combinaciones de siluetas y tejidos». Pero también seguirá «muy en boga» el diseño minimalista, igualmente romántico pero «de la mano de vestidos largos y vaporosos de tendencia lencera, con cuello 'halter' o aberturas, impulsando los denominados 'cut outs'».

Las tendencias apuntan, por lo tanto, al volumen en mangas abullonadas -una moda que se mantiene tras su máxima eclosión en temporadas pasadas- y en las faldas, con la vuelta de los volantes «que parecían haber quedado relegados por vestidos más minimalistas, sobrios y de líneas depuradas».

Seguirán, asimismo, los bordados florales, el encaje y, por supuesto, las plumas; una tendencia presente en este otoño-invierno que continuará en 2022. Sin olvidar una apuesta segura como la pedrería que, «tras haber estado desaparecida en pandemia, por la escasez de bodas nocturnas, vuelve, y vuelve con mucha variedad».

En cuanto a siluetas y cortes, el dos piezas seguirá teniendo mucha presencia y no sólo en piezas superiores y faldas, sino también en los pantalones. La tendencia apunta incluso a aquellos vestuarios «desmontables» a los que, según avance el día de la boda, se le podrán ir quitando elementos para acabar en un look más de cóctel o de fiesta. Es un concepto muy común a aplicar, por ejemplo, en las colas desmontables, tanto en las que caen desde el hombro, como en las que arrancan desde media espalda.

Porque se verán largos con cola, sí, pero también vienen pisando fuerte los vestidos midi y no se descarta la inclusión del traje de chaqueta y el pantalón como una posibilidad, «a pesar de estar en las antípodas de la línea maximalista». En la gama cromática de los diseños apenas habrá variaciones, con la indudable apuesta por el blanco en sus diversas tonalidades (roto, achampanado, etc.). Pero en 2022 sí que se verá una gran novedad: la inclusión del negro en los estilismos nupciales. «No un 'total look', pero algunos diseñadores están incluyendo el color negro en pequeñas dosis, de forma sutil, en los diseños nupciales, mediante bordados, accesorios, lazos, encajes o incluso en el ramo o en el calzado», apunta Chamorro.

En cuanto a los complementos, Laura Chamorro apuesta por seguir viendo «feminidad, naturalidad, frescura y novias nada disfrazadas. No volveremos a tendencias rococó del pasado». Por eso la corriente apunta a «tocados sencillos y sutiles que garanticen un total protagonismo en el vestido, tales como las diademas con flores y redecilla, coronas o lazos».

Misma naturalidad para la peluquería y maquillaje. En lo primero, las ondas abiertas y las coletas bajas son claras tendencias de la próxima campaña. «No descarto la presencia de las coletas, continuando con una corriente que empezó en 2017 y que parece mantenerse en el tiempo», augura Laura. En cuanto al maquillaje, por el día se apostará por un efecto 'cara lavada' con un acabado natural, jugoso y trabajado, mientras que en las bodas de noche, que se recuperarán ahora que ya no hay restricciones, la tendencia sí que permite y muestra «un maquillaje más de fiesta, con un especial destacado en ojos o en labios».

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