Las vueltas al mundo de un caminante donostiarra
Paso a paso ·
Luis Múgica ha caminado 127.134 kilómetros en catorce años sin salir de Donostia, pero lo que le gusta es contar. Lleva la cuenta de todos sus pasosEn el momento en el que se dispone a contar su historia, el donostiarra Luis Múgica se halla exactamente en un punto del Océano Índico ... a 125 grados, 57 minutos y 39 segundos latitud Este y 39 grados, 0 5 minutos y 26 segundos longitud Sur. Le separan 728 kilómetros de Australia, pero han pasado varios días desde entonces y ya se encontrará un poco más cerca de su destino.
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Calcula que llegará a la tierra de los canguros a fin de junio y, tras atravesarla de Sur a Norte, visitará todas las capitales de Asia. Es un viaje a pie que comenzó en el Polo Sur y culminará cuando llegue a Astaná, la capital de Kazajistán, aunque no está muy seguro de lograrlo. Ha hecho números y cree que le quedan unos nueve años para alcanzar su destino, y para entonces tendrá 88. «Si vivo, no creo que esté en condiciones de andar 14,5 kilómetros al día», reconoce.
LAS CIFRAS
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23,4 kilómetros recorre de media al día
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68,9 es el récord de kilómetros que caminó en un solo día. Los hizo en unos soportales de Amara porque llovía mucho
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1.018 es la media de vueltas que ha dado al Paseo Nuevo al año desde 2016
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31 zapatos ha destrozado Luis en sus caminatas. El récord lo tiene un par con el que recorrió 10.278 kilómetros
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0,614 centímetros es la longitud de sus pasos. Cada vez son más cortos
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1.509 veces le han hecho una pregunta durante sus paseos
Luis se sienta en un banco del Paseo Nuevo, en San Sebastián. La verdad es que mirando alrededor, con Santa Clara a tiro de piedra, nadie diría que en este mismo instante está en medio del Índico, pero cuando empieza a hablar de lo suyo, de lo que hace, deja de importar este pequeño detalle. Comenzó a andar hace catorce años y desde entonces no ha parado. Ya lleva caminados 127.134 kilómetros aunque no lo parezca. Tiene 79 años, luce un bigote frondoso, calza zapatos negros y, contra todo pronóstico, no viste ropa deportiva. Parece una persona normal, no da la imagen de un hombre que ha recorrido a pie casi todo el mundo, lo que tiene mucho mérito, sobre todo porque lo ha hecho sin salir de San Sebastián.
Comenzó en serio el 13 de enero de 2009, día en el que se jubiló con 65 años. «Llevaba ya algunos meses en los que procuraba no utilizar el coche ni el autobús para desplazarme por Donostia. Iba andando de casa al trabajo, que estaba a una hora, y los fines de semana caminaba sin rumbo fijo», recuerda. Una vez jubilado y con mucho más tiempo libre, quiso conocer y registrar la distancia que recorría cada día. Fue el comienzo de una gran aventura.
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En aquella época los teléfonos móviles no disponían de GPS, así que tuvo que echar mano del ingenio. Calculaba el tiempo invertido y la velocidad media en cada caminata gracias a la cadencia y la longitud de sus pasos, que actualiza cada dos meses, y toda esa información la pasaba al ordenador. Este método, que sigue utilizando hoy en día, le ha permitido recopilar un sinfín de datos.
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Un día se le ocurrió la idea de hacer viajes virtuales. «Establezco distintas etapas que quedan definidas por su latitud y longitud geográficas», explica. Se traza un itinerario sobre el mapa sin importar si atraviesa mares o montañas y se lanza a caminar para cubrir la distancia entre cada etapa. El primer año recorrió 4.389 kilómetros, doce al día de promedio, y dio 6.081.225 pasos. En esos doce meses caminó 2,17 horas de media al día. Su récord lo alcanzó en 2021, año en el que recorrió 12.379 kilómetros. Ya ha llegado, virtualmente hablando, hasta Nueva Zelanda, las capitales de África y Europa, el polo Norte y las capitales de América.
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Luis es ingeniero, una profesión que tiene mucho que ver en esta historia, porque andar no es lo que más le gusta. Lo que más le divierte es contar. «Pero cuento numéricamente», matiza. Contó, por ejemplo, los tamarices plantados en Donostia. «Cuando hice la cuenta había 1.650 alcorques. De ellos 42 estaban vacíos. Eso fue antes de que pusieran los nuevos en La Concha». Por cierto, los de Ondarreta son difíciles de contar porque están dispuestos de forma irregular y es fácil perder el hilo.
En los soportales
Batió su récord el 25 de enero de 2021, día en el que caminó 68,9 kilómetros durante 13,8 horas. «Acabé cansadísimo», admite. Esa jornada «llovió bastante», lo que le obligó a realizar el recorrido «en un radio de casi 1,5 kilómetros». «Lo hice en los soportales que hay alrededor de mi casa, en Amara», dice.
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Camina con un móvil que utiliza como cronómetro en la mano y que desactiva cada vez que se detiene, aunque procura no hacerlo demasiado. Cuando llega a un semáforo en rojo acostumbra a darse la vuelta y se dirige hacia otro lugar. No tiene rutas fijas, pero centra sus andares en Amara, Gros, Centro y el Paseo Nuevo, todo en llano porque no se trata de sufrir con cuestas, sino de disfrutar sus largos paseos. Lo hace incluso cuando llueve, que para eso se han inventado los soportales. Su rutina diaria es bastante llevadera. «Un día normal salgo, ando, igual hago la compra en el súper, vuelvo a casa a comer y echo la siesta. Por la tarde, menos los fines de semana, vuelvo a salir».
«Hoy he ido a un ritmo de 130 pasos por minuto», explica en el banco del paseo Nuevo, donde muestra una pequeña libreta en la que anota las cifras para pasarlas luego a páginas Excel en el ordenador. «Para hacer más kilómetros suelo dar la vuelta a las manzanas, porque tampoco hay tantas distancias en Donostia», continúa explicando. En sus catorce años como caminante ha visto cambiar la ciudad ante sus ojos y de ello también ha dejado alguna constancia. Durante la temporada en la que anduvo por Riberas de Loiola anotó los negocios que se abrían y cerraban. «Abiertos, 85. Cerrados, doce».
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Luis prefiere caminar solo porque eso le permite seguir ideando nuevas estadísticas y gráficas. «Es que yo lo apunto todo», se excusa. El 11 de agosto de 2010 comenzó a dejar plasmadas por escrito las preguntas que le hacían en la calle con sus correspondientes respuestas. En total han sido 1.509 a un promedio de una cada 3,09 días. La mayor parte de las preguntas se refieren a direcciones. 'En Felipe IV, junto a Isabel II. ¿Dónde hay por aquí un bar de pintxos que me han dicho que es bueno? Desde Isabel II le he explicado que había varios, pero le he recomendado, el del hijo del vecino', dejó escrito Luis el 22 de septiembre de 2010.
El 16 de agosto de ese mismo año un hombre le confundió con otra persona en el paseo de los Curas, en Urgull. 'José Ramón. ¿No eres José Ramón?'. 'Nota: yo estaba tumbado en un banco con la cara tapada con una gorra para que no me diera el sol», escribió Luis más tarde. La respuesta fue evidente: 'No'.
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Tantas notas, cifras y estadísticas resumen catorce años de la vida de Luis Múgica, con un cáncer superado de por medio. El caminante muestra una hoja llena de datos entre ellos la evolución de la longitud de cada paso que da. Cuando empezó sus viajes, medía 0,722 centímetros, pero con los años se ha reducido. Ahora es de 0,614 centímetros. «Mi paso es cada vez más corto. Es la edad. No creo que llegue a Kazajistán», dice Luis.
Ya se ha hecho tarde. El caminante se levanta y comienza el viaje hacia su casa, en Amara. Se marcha andando. Rumbo a Australia.
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