El vertedero de Zaldibar presentó 23 faltas en la última inspección, «ninguna grave»
El consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, defiende las medidas de control realizadas y reitera que la empresa es la responsable de los problemas de estabilidad
El consejero vasco de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, tiene la conciencia tranquila con cómo se ha gestionado el derrumbe del vertedero de Zaldibar, ... y así lo expresó ayer en su comparecencia en la Diputación Permanente del Parlamento Vasco. Defiende que su departamento ha trabajado con «absoluta intensidad y dedicación» y que, aunque asume que «uno puede cometer errores, también aciertos muy importantes». No obstante, si algo quiso que quedara meridianamente claro es que la empresa Verter Recycling 2002 SL tiene «plena responsabilidad» en el corrimiento de tierras que se produjo el pasado 6 de febrero y que desde el Ejecutivo vasco se efectuaron las inspecciones pertinentes al vertedero «sin indicio alguno que hiciera pensar que presentaba problemas de estabilidad y, mucho menos, que pudiera ocurrir un deslizamiento como el que ocurrió».
La empresa gestora de la escombrera entró en funcionamiento en Zaldibar en 2011, y desde entonces ha sido objeto de 7 inspecciones. En las de 2011 y 2013 se constataron varios incumplimientos «no significativos» que fueron subsanados. En las de 2014 y 2017 el grado de cumplimiento se calificó de «medio-alto», aunque en el acta levantada en ese segundo año, queda en evidencia una elevada concentración de metano en algunas chimeneas, por lo que se solicita la instalación de «un sistema de tratamiento de gases».
Otras dos inspecciones se realizaron en programas específicos sobre vertederos en 2014 y 2016, resultando el segundo mejor vertedero en el primero de los análisis, e identificando en la segunda prueba una alteración «que ya subsanó».
En 2018, la empresa presentó el Programa de Vigilancia Ambiental relativo al año anterior con el cual adjuntó el Control Topográfico que en su apartado de conclusiones recogió unos «desplazamientos horizontales bastante significativos, si bien la velocidad estaba disminuyendo». El año siguiente «continúan detectándose dichos desplazamientos horizontales», cuya velocidad «sufre un ligero aumento», por lo que se recomienda continuar con la auscultación con carácter trimestral, explicó Arriola.
Aquello fue la antesala de la última inspección que se realizó en Zaldibar los días 10 de junio y 10 de julio del pasado 2019, que concluyó con un total de 23 faltas, «ninguna de ellas graves», ni «vinculadas con la estabilidad del vertedero», pero que debido al «elevado número de desviaciones», según Arriola, se concluyó que el grado de cumplimiento del vertedero era «bajo».
El responsable vasco de Medio Ambiente reconoció que cuantitativamente el número de faltas era elevado, «pero cualitativamente ninguna tenía clasificación de severa» e insistió en que «las únicas referencias, vagas y muy inespecíficas son las de los controles topográficos de 2017 y 2018», y que si el año pasado «se hubiese encontrado algún indicio se habrían tomado las medidas más adecuadas con la urgencia debida».
Iñaki Arriola reveló además que el pasado 21 de enero se llevó a cabo una reunión con la empresa para corregir aspectos relativos a la desgasificación y sellado de la zona inactiva del vertedero. En dicho encuentro Verter Recycling aportó un estudio de estabilidad elaborado por la empresa Lurtek «en mayo» en el que se concluye que «el vertedero es estable con la configuración actual».
Un cierre antes de lo previsto
Uno de los datos más llamativos de su comparecencia fue el relativo a la vida útil que se previó para el vertedero cuando abrió sus puertas en 2011. Se estimaron 35 años, hasta 2046, con una media de 80.000 metros cúbicos vertidos al año. Sin embargo, teniendo en cuenta que el volumen de residuos se ha superado con creces, «al vertedero le podían quedar un máximo de dos años, hasta 2022», si bien, especificó, que el ritmo de llenado «no tiene limitación legal».
Además expuso que la entrada de residuos que contienen amianto ha tenido «un crecimiento constante», pasando de las 337 toneladas en 2012 a 4.243 el año pasado, y que el vertedero de Zaldibar concentra 16.148 toneladas de este mineral, lo que representa un 0,57% del total de residuos depositados en el vertedero.
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