Vanessa Aguilar
Recomienda preparar nuestro cuerpo para soportar las altas temperaturas, hidratándolo de forma frecuente y evitando las horas centrales al sol
Aunque suene a perogrullo, el calor extremo puede suponer una amenaza para la salud, según recuerdan los expertos cada vez que los termómetros se disparan, ... y aunque «aquí no estamos muy acostumbrados a las altas temperaturas, la ciudadanía tampoco le da la importancia que debería al calor», afirma Vanessa Aguilar, jefa de unidad de Atención Primaria en el centro de salud de Altza. En jornadas como la que se espera mañana, el día más asfixiante con máximas que podrían rondar los 40 grados en el interior, esta sanitaria incide en extremar las precauciones.
– Gipuzkoa afronta jornadas abrasadoras. ¿Cuáles son los riesgos de las altas temperaturas para la salud?
– Es cierto que no todas las personas se ven afectadas del mismo modo por los cambios térmicos y dependiendo de los factores personales, ambientales y locales aumentan las probabilidades para esos riesgos: empezando por las cosas más leves, pueden ser erupciones cutáneas, deshidratación (que puede generar mareos, cansancio, cefalea, vómitos) o calambres, hasta casos más graves como síncopes, agotamiento por calor o golpes de calor, conocidos como insolaciones. También pueden empeorar las enfermedades crónicas ya que la respuesta de una deshidratación puede ser más grave que en cualquier otra persona sana.
«El calor extremo puede provocar desde erupciones cutáneas o calambres hasta cosas más serias como un golpe de calor»
– Cada ola de calor se repite: ojo con los niños y las personas mayores.
– Sí, los grupos de población más vulnerables suelen ser los niños menores de 4 años, las personas mayores, embarazadas y mujeres dando lactancia, personas con enfermedades crónicas, con deterioros cognitivos, con trastornos alimenticios y aquellas que toman ciertos medicamentos. Pero puede afectar a todo tipo de población.
– ¿Qué cambios experimentamos con el calor?
– Lo primero es que se genera una alteración, una excesiva sudoración, que a su vez provoca que tengamos una vasodilatación periférica, esto es, se dilatan nuestros vasos sanguíneos a nivel periférico y puede disminuir el riego sanguíneo también a nivel cerebral, porque se distribuye el flujo sanguíneo. Si no hay una hidratación adecuada todo ello genera una alteración hidroelectrolítica.
– ¿Y nuestro cuerpo está preparado para soportar 40 grados como los que se esperan en localidades del interior?
– Si lo preparamos bien y tomamos medidas de precaución, nuestro cuerpo puede estar preparado, pero es muy importante protegerse ante el calor. Lo primero, evitar ponernos al sol en las horas centrales del día, sobre todo entre las 12 y las 15 horas, y tener especial precaución en los menores de 6 meses, que no hay que exponerlos nunca al sol. También es importante protegernos bien con ropa adecuada, gorra, gafas, crema solar y sobre todo evitar la deshidratación, hay que beber abundante agua y líquidos de manera frecuente sin esperar a tener sed. En cuanto a las comidas, se recomienda aumentar el consumo de comidas frescas, ensaladas, verduras y frutas que reponen las sales minerales que podemos perder por el sudor y evitar comidas muy abundantes.
«Puede afectar a toda la población, pero los menores de 4 años, embarazadas y los mayores son los más vulnerables»
– ¿Cómo se produce un golpe de calor?
– Va de manera progresiva, empezamos con una deshidratación que se manifiesta con sed, malestar. Si no hacemos caso a esa deshidratación, podemos llegar a tener un síncope, un agotamiento por calor, que es la respuesta de nuestro cuerpo a la pérdida de agua y sal por una sudoración excesiva. Suele aparecer dolor de cabeza, cansancio, náuseas o mareos y, si no se trata, puede progresar a un golpe de calor. Este se produce cuando falla la capacidad de nuestro cuerpo de responder ante altas temperaturas (por encima de 40 grados) y no puede enfriarse. Puede provocar piel caliente, convulsiones, náuseas, vómitos, alucinaciones... Es algo grave y habría que llamar al 112. Sobre las recomendaciones, en caso de agotamiento por calor, habría que aflojar la ropa, insistir en beber agua a sorbitos, mantener a la persona en un lugar fresco y si empeorase su situación, consultar.
– ¿Cree que existe entre la ciudadanía una cultura de protección contra el calor? ¿Estamos lo suficientemente concienciados?
–No. Es verdad que aquí no estamos muy acostumbrados a las altas temperaturas y tampoco se le da la importancia que se debería al calor. Hacemos muchas cosas bien, nos protegemos con las cremas, nos ponemos gorra, protegemos a los niños, pero es muy importante incidir en seguir haciéndolo para no perder las costumbres. Normalmente lo más frecuente en la consulta es ver complicaciones leves, pero hay otras que son más graves, como el agotamiento o el golpe por calor o insolación, que ya son cosas más serias.
– ¿Se debería informar más y mandar, por ejemplo, alertas sms por riesgo de calor?
– Considero que ya se informa. Espero que la gente tenga especial cuidado estos días viendo todas las alertas que se han dado a diferentes niveles.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión