«Estamos atentos a cómo va el río por si tenemos que sacar el coche del garaje»
La crecida del Urumea puso en alerta a los vecinos de Astigarraga que viven próximos al cauce ante el riesgo de inundaciones
Los vecinos de Astigarraga que llevan años viviendo en el municipio no han perdido la costumbre de tener un ojo puesto en el Urumea cuando ... ven que va crecido, por lo que pueda pasar. El recuerdo del agua anegando calles, viviendas y negocios del pueblo es difícil de borrar y aunque las obras que han permitido ampliar el cauce del río han aportado más tranquilidad, saben que el riesgo no es cero. Sobre todo habiendo una previsión de «fuertes y persistentes» precipitaciones hasta hoy al mediodía.
Es por ello que los ayuntamientos de municipios con barrios próximos a las cuencas de los ríos con mayor caudal, como el Urumea o el Oria, han realizado estos días un llamamiento a los vecinos de esas zonas para que extremen la precaución y saquen sus coches de los garajes, ante el riesgo de inundaciones. Sin embargo, la gran mayoría prefirió esperar a la evolución del caudal.
José tenía ayer su vehículo aparcado en un garaje situado bajo la plaza Txokotxo de Astigarraga, en la zona inundable de la localidad. Estaba relativamente tranquilo, pero reconocía que había bajado unas cuantas veces para comprobar que no había nada de qué preocuparse.
«Estoy atento a ver cómo va el río y luego volveré a mirar si está todo bien, por si tengo que sacarlo del garaje. Pero no tiene pinta», contaba ayer. Un bando municipal colocado en portales y accesos a los garajes advertía también de las posibles inundaciones y riesgos para los vehículos aparcados en los barrios de Ergobia, Portutxo, Pelotari, Errekatxo y Errekalde, animando a la ciudadanía a llevarlos a lugares habilitados como la Plaza de los Fueros y el patio de la Herri Eskola. Pero la mayor parte de los coches seguían aparcados en los citados puntos.
«El viernes estuvo peor»
La previsión meteorológica indicaba que lo peor en cuanto a inundaciones podría llegar en la tarde de ayer, coincidiendo con una subida de temperaturas, el mantenimiento de las fuertes lluvias y el deshielo de la nieve caída durante la jornada anterior. «Pues yo te diría que el viernes estaba incluso peor, porque la presa del Añarbe abrió sus compuertas y eso se notó en el caudal», relataba un vecino del barrio de Ergobia que dejaba su vehículo aparcado en superficie, cerca del puente que cruza a Okendotegi. «No creo que pase nada», decía.
Marco Salicio lleva viviendo 21 años en la localidad, en Donostia Ibilbidea, otro de los puntos críticos. Tampoco había retirado su coche. «Los primeros años aquí sí que recuerdo buenas inundaciones, pero con las obras de ampliación en el cauce la cosa ha mejorado bastante». Otra residente señalaba la calle Pelotari y recordaba como en el pasado todo se inundaba cuando llovía demasiado. «El agua salía de las arquetas y lo anegaba todo. Ahora por suerte la escena no se ha vuelto a repetir».
Para Marco la clave, precisamente, es «estar atento» a las rejillas por las que se canalizan las aguas pluviales «y quitar hojas y cosas que puedan impedir que trague bien». La pequeña regata que cruza la localidad es otra de las referencias de los vecinos para calcular el riesgo. «Antes se desbordaba con facilidad, ahora está bien», apuntaba en la tarde de ayer. Tanto él como otros vecinos relataban que no habían recibido ninguna alerta en el móvil por parte de las autoridades, algo que les transmitía «calma».
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