Urtzi Leibar Palacios: «El cambio climático es capaz de influir en la producción y calidad de la vid»
Doctor Ingeniero Agrónomo ·
«Factores como el color o la acidez del vino son los primeros perjudicados como consecuencia de este fenómeno medioambiental»PAULA MUNGUÍA
SAN SEBASTIÁN.
Lunes, 12 de agosto 2019, 06:28
Urtzi Leibar, técnico de Neiker-Tecnalia y doctor ingeniero agrónomo, explica que el cambio climático es muy peligroso en el mundo vitícola, pero que frenar ... sus consecuencias está en manos de todos adoptando las medidas y precauciones adecuadas.
-¿Cómo afecta el cambio climático a la producción del vino?
-El cambio climático puede afectar y modificar muchas de las características de la uva y, en consecuencia, del vino. Este fenómeno actual que se nos presenta puede ser muy peligroso en el mundo vitícola ya que es capaz de alterar factores como la producción y calidad de la uva. Sin embargo, el cambio climático puede afectar al vino siempre que no adoptemos medidas preventivas. Está en nuestras manos impedir que este fenómeno modifique el proceso habitual del vino. Además, hoy en día hay muchas medidas a nuestro alcance y sobre todo para los viticultores, los cuales podrán tomar medidas en cuanto a la planta, al riego o elegir un tipo de subvariedad para evitar las posibles consecuencias.
-¿A qué características del vino afecta?
-En general afecta a toda la planta. Unas condiciones climatológicas que contengan mayor dióxido de carbono y mayor temperatura pueden provocar el adelantamiento del ciclo de las plantas. En los viñedos se tiene mucho en cuenta el parámetro de calidad ya que convertimos la uva en vino y estos se ven afectados. Una alta temperatura puede conllevar una bajada de acidez siempre que no se tomen medidas para impedirlo. Otro factor que puede verse afectado es el polifenol, el factor que le aporta color al vino. Si éste se adelanta, el ciclo retrasa la acumulación de azúcar frente a la del polifenol. En este caso deberíamos adoptar otras medidas para corregir este desfase o desacoplamiento de cara a la vendimia para poder obtener el nivel de color esperado hoy en día. Aun así, hemos realizado un estudio que se adapta a las exigencias y condiciones actuales, sin perjuicio de que dentro de veinte años estos parámetros puedan cambiar.
-¿Qué conclusiones han obtenido de ese trabajo?
-Nuestro estudio se ha basado en la influencia del cambio climático en vinos rioja y txakoli. Y, sobre todo, los cambios que genera este fenómeno en la variedad del tempranillo. Una de las principales conclusiones que hemos observado es que el cambio climático no produce grandes cambios en cuanto a su producción. Lo que sí contemplamos es un adelanto del ciclo de la uva. Es decir, que se acumula antes el azúcar en condiciones de cambio climático frente a condiciones normales. Tras los estudios realizados, hemos podido concluir que el cambio climático afecta más a la calidad del vino, hablando siempre de condiciones normales. El estudio nos confirma que si seguimos adoptando una actitud pasiva se verán afectados algunos parámetros.
«El problema está en que las plantas terminan aclimatándose a una mayor dosis de CO2»
«Está en nuestras manos impedir que el cambio climático modifique el proceso habitual del vino»
-¿Qué precauciones se pueden tomar para evitar estas consecuencias?
-Existen diferentes niveles de medidas. Una de ellas sería la de trabajar con la planta, siempre intentando retrasar el ciclo y retrasar la maduración para que la vendimia sea más tardía. Para ello existen medidas como deshojados, que consiste en modificar el desarrollo vegetativo de la planta y que, por lo tanto, influye en el rendimiento del cultivo, la calidad del fruto y su estado sanitario. Otro tipo de medida aplicable sería trabajar con el riego. Existen diversas formas de regar una planta, con las que buscamos el mismo objetivo: lograr un retraso en el ciclo de la vid. También se están empezando a tomar medidas más drásticas como trabajar con otra subvariedad del tempranillo que se adecúe más a esas condiciones de mayor temperatura o mayor sequía. El tempranillo, como su nombre indica, es una variedad temprana, por lo que si se busca retrasar o alargar el ciclo habría que buscar variedades que puedan adaptarse mejor, siempre dependiendo del territorio y de la planta. Por suerte, hoy en día existen muchas alternativas, incluso hay bodegas que están comprando viñedos en localizaciones más altas de cara a tener temperaturas más frías. No obstante, habría que seguir estudiando otras características que puedan afectar igualmente a la uva, como el suelo o la temperatura.
-¿Cuáles son los fenómenos meteorológicos que más influyen o dañan al vino y a su producción?
-No hay un único factor determinante. Todos los parámetros básicos como la temperatura, el CO2 o las precipitaciones están conectados entre sí, no se pueden estudiar por separado sino cómo afectan en conjunto. Nosotros hemos estudiado estas condiciones en situación de invernadero, simulando un aumento de CO2 y de temperatura, además de jugar con el riego simulando una precipitación. Cada uno de estos parámetros influye. Por ejemplo, tras aumentar la temperatura cuatro grados, hemos comprobado que ello genera grandes cambios en la producción del vino. En definitiva, todos los fenómenos meteorológicos son relevantes e influyen de manera conjunta. Otro factor a tener en cuenta es el de las altas emisiones de CO2, cuyo aumento produce un efecto sorprendente en cada tipo de planta, ya que éstas terminan aclimatándose a ese ambiente. Aunque en términos de producción esto no resulta favorecedor para las plantas, una vez aplicada una dosis mayor de CO2 a las mismas terminan acomodándose a esa situación.
-¿La variedad de la planta es importante?
-Sí, siempre hay que tener en cuenta la variedad de la planta, ya que hay algunas que se adaptan mejor a altas temperaturas que otras y, en cambio, soportan muy mal la sequía y la falta de agua. Nosotros hemos estudiado los efectos del cambio climático en la variedad del tempranillo, lo que no implica que nuestro estudio sea extrapolable a otras variedades, ya que cada planta y cada territorio es distinto y lo mismo ocurre con sus efectos.
-¿A qué territorios les puede afectar más este fenómeno?
-Aunque el cambio climático sea un fenómeno global, en cada territorio afectará de forma diferente. Las consecuencias pueden ser muy distintas dependiendo del tipo de vino del que se trate y de las condiciones y características de la tierra. Por ello, aún falta mucha investigación para seguir conociendo cómo afecta el fenómeno del cambio climático a las diferentes variedades de plantas, así como a su producción. Cuantos más estudios haya en cada zona y se siga investigando cómo afecta en cada una según las condiciones de las mismas, mayores posibilidades de prevención obtendremos.
-¿La influencia de este fenómeno implica necesariamente que la calidad del vino empeore?
-No tiene por qué. Insisto en que está en nuestras manos actuar para impedir que el cambio climático provoque graves consecuencias en la uva. Aunque las condiciones climatológicas sean cada vez más extremas, también aumentan las alternativas y nuevas fórmulas para combatirlo. Además, debemos tener en cuenta que la calidad es subjetiva, ya que ahora mismo existen determinados criterios para evaluar parámetros de acidez y de color, pero en un futuro no muy lejano éstos pueden cambiar por completo. Por su parte, el mercado va exigiendo cosas diferentes y el consumidor también adopta nuevas exigencias con el tiempo. Posiblemente la calidad del vino puede cambiar a consecuencia del cambio climático, pero también hay otros factores que afectan. Por ello, debemos seguir estudiando este fenómeno ya que cuanta más información tengamos mejor podremos adaptarnos a las condiciones que vengan y establecer nuevas estrategias de adaptación. De todas formas, si actuamos sobre la planta y la uva en el proceso de fermentación seguramente haya formas en las que podamos tener muy buenos vinos.
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