«Lo único que quiere la mujer es proteger a sus dos hijas»

La letrada de la presunta víctima recuerda que, «en realidad, el juzgado de instrucción no ha entrado a valorar si es un caso de violencia de género, ni si el cambio de sexo habría supuesto un fraude o no. Simplemente tiene en cuenta que antes del cambio de sexo, tal como denunció la víctima en agosto, ya tuvieron lugar unos hechos constitutivos de violencia de género por un hombre, y existe una conectividad entre aquellos hechos y los de ahora. Es decir, independientemente de que antes fuera hombre y ahora mujer, el denunciado es la misma persona y la víctima también es la misma. Y no se pueden enjuiciar unos hechos como hombre y esos mismos hechos como mujer».

Casi cuatro semanas después de aquellos incidentes registrados en una vivienda de Donostia, la víctima, sobre la que el acusado tiene una orden de alejamiento, se encuentra «mal, tiene miedo sobre todo por sus dos hijas. Ella ya no entra en los motivos del cambio de sexo ni nada más; lo único que quiere es que todo acabe pronto y sus hijas estén protegidas». En este sentido, se va a solicitar la suspensión del régimen de visitas acordado en un punto de encuentro, aunque en todo este tiempo no ha tenido lugar «ninguna visita».

A falta de que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer asuma finalmente la competencia del caso, Sa Casado ve por delante un proceso «largo. La instrucción apenas ha comenzado. En su caso, ya se verá si el registro civil entiende que puede haber fraude de ley. Pero queda trabajo por delante para evitar que la 'Ley Trans' dé pie a casos como este, o los de Canarias y Sevilla».