El tratamiento de los pinos solo ha podido aplicarse en 123 hectáreas en Gipuzkoa
La Diputación señala que la orografía, la alta cifra de propietarios y el coste de la aplicación del óxido cuproso apenas ha permitido tratar el 2,2% de la superficie dispuesta. El plazo para fumigar contra la plaga de 'banda marrón' se cerró el pasado 29 de julio con 14 solicitudes
Solo uno de cada 285 pinos afectados por la 'banda marrón' en Gipuzkoa ha podido ser tratado con óxido cuproso en el periodo habilitado ... por la Diputación de Gipuzkoa y que se cerró el pasado 29 de julio. La fumigación desde tierra ha tenido un éxito escaso en el territorio, condicionado por la compleja orografía, la alta cifra de propietarios forestales, las limitaciones por cuestiones ambientales y el coste que supone la aplicación de ese tratamiento. En resumen, desde el 3 de abril se han fumigado solo 123 hectáreas de las 5.561 en las que se podía realizar la aplicación. Un escaso bagaje con el que apenas se podrá comprobar si el tratamiento de choque desde tierra es efectivo o el deterioro de los pinos por el hongo causante de esa enfermedad sigue avanzando sin freno.
«El impacto del tratamiento fitosanitario ha sido modesto», reconocen desde el departamento de Desarrollo Económico y Medio Rural de la Diputación de Gipuzkoa. Ya en los primeros días tras la publicación de la Norma Foral que daba luz verde al tratamiento terrestre los propietarios forestales manifestaba que las restricciones incluidas en el texto y la falta de medios técnicos hacía «inviable» que una cifra importante de interesados fumigara las áreas de su propiedad. Ese escenario no ha variado en los cuatro meses que ha estado abierta la campaña para la fumigación desde tierra y finalmente la institución foral solo ha recibido 14 notificaciones de tratamiento de parcelas en el territorio. Esas solicitudes de autorización reclamaban la posibilidad de tratar 281 hectáreas, pero solo 123 de ellas cumplían con las condiciones dispuestas en la norma.
La enfermedad afecta en distinto grado a una masa forestal de más de 35.000 hectáreas
Así las cosas, solo ha sido posible rociar con óxido cuproso el 2,2% de las 5.561 hectáreas de pino radiata en las que se podía realizar el tratamiento, un porcentaje muy reducido, y más teniendo en cuenta que ya de por sí la restricción de las áreas por cuestiones medioambientales era importante, ya que la enfermedad de la 'banda marrón' afecta a día de hoy en distinto grado a más de 35.000 hectáreas de pino en toda Gipuzkoa. Por tanto, solo se ha aplicado la solución de cobre en el 0,35% de la extensión afectada.
El tratamiento solo se podía aplicar en pinares de menos de 25 años y con una defoliación inferior al 75%. Además, existían también algunas zonas de exclusión, como las situadas a menos de 100 metros de núcleos habitados y edificaciones, embalses o lagunas, captaciones de agua o zonas clasificadas como de vulnerabilidad de acuíferos tipo alta o muy alta.
Más de 900 propietarios
Esas limitaciones provocaban que la mayoría de las zonas habilitadas se situaran en parajes de complicado acceso, donde los pinos son de mayor altura y, por tanto, más complicados de tratar, ya que la enfermedad los deteriora de abajo arriba y la fumigación debe ir dirigida a preservar las acículas verdes que se encuentran a más de 15 metros de altura. A esa complicada orografía, apunta la Diputación, hay que sumarle «la abundancia de cuencas y la atomización de las propiedades forestales», ya que las 8.570 parcelas autorizadas para el tratamiento eran propiedad de más de 900 personas, lo que ha dificultado aún más «un tratamiento que ya de por sí es costoso», explican desde el departamento que dirige Imanol Lasa.
Y es que aunque el coste del producto en sí para realizar la fumigación apenas superaba los 30 euros por hectárea, la necesidad de un equipo específico o de vehículos especiales para acceder a estos parajes han convertido en «inviable» el tratamiento. Más aún cuando en el territorio no existe una empresa especializada en este tipo de tratamientos, de forma que los propietarios se han encontrado prácticamente atados de pies y manos durante estos meses. La necesidad también de que la climatología acompañara ha restado también su cuota de posibilidades a que más interesados pudieran aplicar el tratamiento, ya que se aconseja que no llueva ni 48 horas antes de la aplicación del óxido cuproso ni en las 48 horas posteriores.
La necesidad de un equipo específico ha hecho «inviable» fumigar más ejemplares
Todos esos condicionantes han provocado que en comparación con Bizkaia, la cifra de propietarios que ha decidido fumigar sus pinos haya sido mucho más reducida. En el territorio vecino, hasta finales de junio (sin tener en cuenta julio) más de 230 propietarios habían solicitado fumigar un terreno superior a las 1.400 hectáreas.
Ayudas a la repoblación
La falta de ayudas para realizar ese tratamiento también puede colocarse como factor de decisión por parte de los propietarios para no acometer esa aplicación terrestre de choque, que en ningún caso supone sanar el árbol sino que se dirige a proteger la parte sana del mismo y parar la extensión del hongo. Sin embargo, la tala y repoblación de especies enfermas sí que está subvencionada en Gipuzkoa, por lo que muchos han optado que retirar las unidades afectadas y plantar otras especies nuevas gracias a los fondos forales.
Según apunta el departamento de Desarrollo Económico y Medio Rural, la línea de ayudas destinada a apoyar la tala y repoblación de especies enfermas ha pasado de contar con una inversión de 307.254 euros en 2014, a 1,17 millones de euros en 2018. Es decir, casi se ha cuadruplicado el dinero destinado a esta cuestión en apenas cuatro ejercicios coincidiendo con la extensión de la 'banda marrón' en Gipuzkoa. Solo el pasado año se apoyó la repoblación de 828 hectáreas por otras especies de árboles.
La propia norma foral que convoca estas ayudas -la de este ejercicio sigue abierta- recoge que no se pueden reemplazar los pinos insignis enfermos por la misma especie con el objetivo de que no se siga extendiendo la enfermedad, y tampoco se subvenciona la sustitución del árbol enfermo por eucalipto, una especie que se está extendiendo a marchas forzadas por otros territorios de Euskadi y también en Galicia y Portugal pero que los expertos forestales recomiendan no plantar ya que propaga de una forma más acelerada el fuego.
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