«Ni en la piscina ni en la playa, donde mejor se está es en casa»

En las piscinas municipales de Urretxu, la mayoría eran jóvenes. Una cuadrilla de cuatro chavales llegó a mediodía y no tardaron ni diez minutos en zambullirse en el agua. Xabi Pastrian, Joseba del Río, Iñaki González e Iván Ávila, de 19 años, no acuden de manera habitual a la piscina, pero «hoy hace demasiado calor», se quejaba Joseba. No fue una afirmación excesiva, ya que Aemet alertaba de que las altas temperaturas iban a despuntar en el interior del territorio, activando la alerta naranja. «Yo suelo traerme un 'fris-fris' para refrescarme, bebo mucha agua y estoy casi todo el día sumergido», comentaba Xabi.

Ander Erauskin, de 26 años, y Ander Ruiz, de 21, andaban más preocupados por los pequeños que correteaban de un lado al otro. Ellos son dos de los monitores de las colonias del pueblo. Todos los martes que sale el sol suben con los niños de cinco años a las piscinas a bañarse. Al ser tan pequeños hay que tener un especial cuidado: «Lo primero que hacemos es darles crema a todos para que no se quemen y, sobre todo, intentar refrescarles lo máximo posible», aseguraban ambos.

A Encarni Azkarate, en cambio, no le tocó cuidar de los nietos, los pequeños de la casa. Aprovechó y subió a la piscina con su amiga Maje. Para el calor, lo ideal según ellas es, «la botella de agua bien fresca en la bolsa, las hamacas cerca del bar, por si hay que tomar un cortado» y colocarse al lado de las sombrillas. «Además, solo venimos a las mañanas, hacia la una y media o dos menos cuarto ya estamos en casa, que es cuando más calor hace», apuntaba Encarni. Eso sí, son asiduas en el recinto. Vienen siempre que pueden a aprovechar los rayos de sol y a nadar. «A mí me viene muy bien por los problemas de espalda que sufro. Además esto es un lujo, a veces estoy yo sola en la piscina», comentaba Encarni.

Quien no puede aprovechar para darse un chapuzón es Saioa González, la socorrista. «Eso sí, estoy todo el día bajo las duchas. Además siempre llevo puestas la gorra y las gafas de sol, que también ayudan», confesaba. Aunque en días como los de ayer, había que tener especial cuidado.

A media hora en coche desde Urretxu, en Tolosa, la situación era prácticamente la misma. Sin embargo, en este municipio se aprovechó también el río para los baños. Hacía tanto calor, que hasta los jóvenes cursillistas de remo acabaron su entrenamiento sumergidos en las aguas del río Oria. «No nos hemos podido resistir», exclamaban mientras chapoteaban con sus chalecos, ofreciendo una imagen inusual y refrescante.

En la piscina municipal de Usabal, había más gente buscando las sombras de los árboles que tomando el sol. «Es que no se puede ni estar», exclamaba una madre de familia asidua al recinto. «Por la mañana nos gusta ir a la playa con los niños. Coges el autobús directo y te plantas en media hora en Ondarreta. Pero hoy hace tanto bochorno que nos daba pereza llegar hasta la parada, así que nos hemos quedado en la piscina, que también está muy bien».

Unas jóvenes tolosarras pedían al Ayuntamiento que ampliase la capacidad de la piscina. «Usabal está muy bien para el invierno, tiene una gran piscina interior, también el solárium es adecuado, pero la piscina exterior está mal pensada desde el principio, es muy pequeña y en días tan calurosos como hoy está saturada».

Una usuario que se acercó a la piscina, se dio un baño rápido, y se volvió para casa. «Es donde mejor se está; con las persianas echadas y a la sombra. Con este calor, ni en la piscina ni en la playa», exclamaba.