El suministro llega a cuentagotas a las tiendas de alimentación con cada vez menos productos

La crisis de suministros por la huelga del transporte se agudiza en Gipuzkoa a medida que pasan los días y en los supermercados del territorio, los productos llegan a cuenta gotas. «Están llegando menos camiones», señalan desde las principales cadenas. A la espera de que se resuelva el conflicto con los transportistas, a la escasez de aceite de oliva y girasol y leche, se suman ahora el arroz, la pasta, los lácteos, las galletas, la harina, el azúcar, el pan rallado, las conservas, las botellas de vino, el agua mineral, los congelados... una lista de productos que vuelan de las estanterías o que ni tan siquiera llegan para reponerse. Pese a todo, las tiendas de alimentación guipuzcoanas llaman a la calma y garantizan un nivel mínimo de abastecimiento «y si no hay una referencia habrá otra, nunca va a faltar un producto», pero lo cierto es que la escasez de alimentos llega a artículos tan cotidianos como las bolsas del supermercado. En Carrefour de Oiartzun, ayer por la mañana hubo quien tuvo que llevarse la compra en una caja de cartón, ya que «no queda ni una bolsa, el camión no ha llegado y no tenemos», comentaba una de las cajeras a una clienta sorprendida. Dentro, en mitad del pasillo, un cartel lo explicaba meridiano: 'Estimados clientes: como consecuencia de la huelga del transporte, estamos teniendo problemas de suministro en algunos productos. Esperamos normalizar la situación lo antes posible. Gracias y disculpen las molestias'.

Echando un vistazo a los pasillos, cada vez hay más estantes afectados y si en los primeros días de la huelga llamaba la atención la escasez de botellas de aceite o leche, las ausencias ya salpican a todo tipo de productos y cada vez hay menos surtido. No obstante, aunque la huelga está dificultando la logística, por el momento no está impidiendo que el suministro desaparezca de los almacenes.

En uno de los supermercados Eroski del barrio donostiarra de Amara, las estanterías de las cajas de leche se mostraban semivacías a primera hora de la mañana, cuando los supermercados suelen lucir rebosantes e impecables. «Es lo que nos ha llegado, lo que hay aquí es lo que queda», se excusaba una reponedora con un cliente que preguntaba por una determinada marca. Poco había donde elegir. Desde Eroski afirman que «faltan algunas referencias de determinados productos pero siempre hay sustitutivos de otras marcas y al consumidor no le va a faltar de nada, aunque en algún momento pueda no encontrar la marca que compra habitualmente. Lógicamente este problema se va a agravar en la medida en que la huelga se prolongue».

Las cestas de productos frescos, por contraste, se veían ayer llenas de calabacines, tomates, lechugas o pimientos. «Estamos teniendo más afección en las plataformas de alimentación no perecedera, está entrando menos mercancía que en la de frescos», explican mientras lanzan el mismo mensaje de «tranquilidad. Al margen de que falte alguna referencia concreta, no podemos hablar de falta de una categoría, por lo que el consumidor puede comprar tranquilamente y no es necesario que compre más leche, ni más aceite, etc».

Precisamente el acaparamiento de los usuarios de determinados productos, como el aceite de girasol o la leche, ha llevado a algunos establecimientos a restringir su venta por cliente y día. El temor a un posible desabastecimiento ha desencadenado un aumento de las ventas desde que comenzó la guerra en Ucrania, que se ha incrementado después con el parón de los transportistas. Así, aunque los hogares vascos son los que menos acopio de productos están haciendo sobre la media de los hogares españoles, las ventas de leche han aumentado un 35%, las de conservas un 45% y las ventas de huevos un 27%. Lo observa a diario una trabajadora de Alcampo, que ayer explicaba que «lo que repusimos ayer con la llegada de tres camiones va a volar enseguida». No tiene pruebas pero tampoco dudas y las existencias se acaban rápido en los almacenes. En los estantes, los huecos se rellenan con cajas vacías o productos que antes ocupaban otro espacio.

Por su parte, las organizaciones del gran consumo instaron ayer a los convocantes de la huelga, a través de una nota, a «acabar con un paro del transporte que está paralizando el país». Tras el anuncio del acuerdo entre el Gobierno y el Comité Nacional del Transporte por Carretera, consideraron que «ya no hay ningún argumento que justifique continuar con el paro del transporte, que ya no tiene ningún sentido y que, cada día que pasa, incrementa sus costes en términos económicos y de empleo para toda la cadena y, en especial, para otros sectores que también acusan los efectos de la actual coyuntura (sector primario, industria, comercio, hostelería...)». Asimismo, estiman que las ayudas aprobadas son «superiores» a las adoptadas en otros países europeos y permiten afrontar «con garantías un contexto de la máxima complejidad» y atajar «los problemas que han afectado a un sector clave para la cadena de suministro, al conjunto de la economía y a los consumidores».

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