Rafa Zulaika
«Inteligente, innovadora, en evolución, resiliente y vinculada al país ¿Qué más le podemos pedir?», expresa
Si la industria es el alma de Gipuzkoa, la máquina-herramienta es su corazón. Un corazón que late, porque está vivo. Se demuestra a ciencia ... cierta en el Museo de la Máquina-Herramienta de Elgoibar. Cuando el motor de vapor arranca, todas las máquinas se ponen a funcionar con un sistema de poleas que parece ballet. Tornos, fresadoras... Auténticas joyas de la manufactura, ideadas con un fin puramente práctico pero que hoy causan admiración por su belleza. «Parecen esculturas», expresa el director del museo, Rafa Zulaika.
- ¿La industria guipuzcoana se define por su voluntad de ser puntera, de buscar la precisión?
- Hay quien nos dice desde fuera que es una seña de identidad, buscar la excelencia, que eso es una marca de la casa, buscar siempre lo nuevo y lo mejor. Ahí está el ejemplo de las máquinas de coser. Garantizadas por 10 años, sí, pero en el año 71 hay estadísticas que dicen que en los hogares españoles había más máquinas de coser por herencia que por compra. ¿Qué significa? Que son productos de calidad y que se transmiten de generación en generación. No es la lógica del prêt-à-porter. Cuando se hace una inversión a día de hoy comprando una máquina a un Soraluce o a un Danobat igual van algunos millones de euros en inversión. Primero tiene que tener una vida de trabajo importante, pero hoy en día el servicio es tan importante como la máquina misma. El servicio técnico y de mantenimiento continuo que va adherido a ello y la posibilidad de adaptar o darle una nueva versión o un nuevo complemento. Eso es, efectivamente, lo que coloca a la industria vasca entre los primeros niveles mundiales. El sector habla de fabricación avanzada. Es decir, inteligente, innovadora, en continua evolución, resiliente, internacionalizada. Y encima vinculada al país ¿Qué más le podemos pedir?
- ¿La industria ha moldeado al país?
- Lo ha hecho a lo largo de los años y de forma muy decisiva. Los valles son como son y la gente es como ella. Debabarrena, una comarca estrecha, entre montes. Elgoibar, Eibar, Ermua, Bergara o Soraluce, pues ahí han encajado y ahí se mantienen y amplían sus fábricas. Se está generando empleo, se está generando nuevo conocimiento, traspaso intergeneracional, etcétera, etcétera. Estamos orgullosos de lo que hemos sido, de lo que queremos ser.
- La industria tiene un prestigio social.
- Sí, sí. Yendo a lo que es Ipuskoa y su milenio, no se puede entender sin lo que es la máquina, lo que es y ha sido la máquina-herramienta. Está claro.
- Y la industria en sus diferentes vertientes, porque hay industrias de mucho tipo también.
- ¡Claro! Ese sentimiento de cercanía, de cariño hacia lo que es la industria, el trabajo, está muy presente. Pero vas a vincular más, por ejemplo, industria textil a un territorio como Cataluña, y lo que es industria de máquina-herramienta y el hierro a Bizkaia y a Gipuzkoa. En Gipuzkoa va por valles. La construcción naval, por el Oria, el textil por el Urola, y el hierro, que será luego también la máquina, por el Deba.
- ¿El hierro es casi un animal mitológico en Euskadi?
- Sí, casi, casi. Aquí, y vuelvo también a Ipuskoa, formamos parte de la ruta pirenaica del hierro y el territorio de Ipuskoa es súper dinámico y rico. Tenemos desde una Mirandaola, hablando de ferrerías, en Legazpi a una Agorregi en Aia. Y minas de hierro en Arditurri, en Irun-Oiasso... En los siglos XV, XVI, XVII y XVIII tenemos la Real Fábrica de Armas de Placencia, pero a partir de finales del XIX y todo el siglo XX, y esperemos que también el XXI, es la máquina-herramienta.
_ ¿Qué importancia tiene el tren?
- El tren le da una independencia a la industria, que ya no tiene que estar en los cauces de los ríos que les daban energía hidráulica. La puesta en red del territorio es distinta, la circulación de personas, de bienes, luego también de ideas, es distinta. Pero volvemos a lo mismo, muchas de ellas se han quedado aquí, implantadas aquí, en Gipuzkoa. En Debabarrena, Elgoibar, Eibar, Mendaro, Soraluze, Bergara o Ermua, ya en Bizkaia.
- ¿Los ordenadores cuánticos que vienen a instalarse en Gipuzkoa con la consecuencia lógica de toda esta tradición, su última actualización?
- En el ADN vasco está el tesón, a la hora de hacer una actividad ir a la búsqueda de la calidad, de hacer un buen producto. No me vale cualquier cosa, no me vale algo que se rompe en dos días, ni en dos años. Buscar la innovación, siempre se puede hacer mejor. O sea, hay una creatividad que también puede estar ahí. El vasco da la sensación de que es 'homo faber'. Vamos, que aquí -como en otros pueblos- no somos diletantes y nos dedicamos a tomar el sol en la playa, por mucha playa que tengamos. La mar nos gusta, pero nos gusta como sector y zona de actividad portuaria, pero navegante también. Y descubridora, comercial, pesquera... Si cambiáramos de sector y nos fuéramos a la gastronomía o a algunos otros también han tenido eso, esas características que se ven en la industria y en la máquina-herramienta, de emprendizaje, de innovación, de buscar siempre el top. Y sí, yo creo que al final hay un vínculo que se puede hacer también con el hecho de que llegue aquí la cuántica. Compartimos con ellos esos aspectos, ese tipo de investigación universitaria que busca talento.
- La industria también ha cambiado el entorno sociológico.
- Ahora está el tema de que vuelva la gente. Este ha sido un país abierto, nos han cruzado por todos lados, de norte a sur, de este a oeste. Han venido del mar, nosotros hemos ido, hemos vuelto. Bueno, pues que vengan, que vengan también. Hay que responder a los retos de presente y de futuro, también de la industria, y muchos de ellos van a pasar por el hecho de que somos menos población, o sea, que aquí reivindico que migración, sí, claro. Y no los que nosotros queremos, del color que queremos y para lo que queramos. No hay solo eso, no solo para meter goles. Hay muchas otras cosas, muchos otros sectores, hay mucha actividad que hacer aquí y ojalá así vaya bien.,
- Este museo es historia viva.
- En este 2025 hemos recibido el premio de la SIF, que es la Sociedad de Ingeniería y Fabricación, que es una entidad importante, hay empresas, hay universidades que están ahí, y lo que han hecho es reconocer estos años, estas primeras dos décadas y media de trabajo al lado del sector, en documentarlo, en investigarlo, en conservarlo y en mantener esa memoria viva, porque las máquinas siguen estando en funcionamiento y activas. Vamos incrementando el número de visitantes y sobre todo haciendo lo que creemos que es un trabajo de calidad, un trabajo bien documentado, que tenga lógica y anclaje en lo que es la sociedad vasca actual, y sobre todo, mirando a futuro.
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