«Me prometieron 8.000 euros para traer una maleta con cocaína desde Perú pero no me pagaron»
La Audiencia de Gipuzkoa celebra desde ayer un juicio contra una banda acusada de transportar droga hasta Donostia
«Me prometieron 8.000 euros. Entonces atravesaba una difícil situación económica y necesitaba dinero. Por eso acepté llevar una maleta con droga de ... Madrid a Perú y traer otra de regreso. Me detuvieron en Barajas y no me pagaron lo prometido. Así se expresó una de las nueve personas que desde ayer están siendo juzgadas en la Audiencia de Gipuzkoa por tráfico de drogas e integración en grupo criminal. El fiscal antidroga del territorio, David Mayor, solicita para los encausados, cinco hombres y cuatro mujeres, penas que oscilan entre los dos y once años de cárcel. La organización, conocida como 'El clan de la Chata', estaba integrada por ocho presuntos delincuentes peruanos y colombianos, que introducían en España maletas con cocaína procedentes de Perú. El operativo que en 2011 permitió el desmantelamiento de esta red se inició a finales de 2010 en Bilbao, después de que agentes de la Ertzaintza detectaran una serie de transacciones de droga realizadas por un traficante colombiano con residencia en Donostia. Las averiguaciones sobre esta persona condujeron a los ertzainas hasta un grupo de presuntos narcotraficantes peruanos residentes en las provincias de Madrid y Guadalajara, que eran quienes presuntamente diseñaban la llegada a España de individuos con maletas cargadas de droga.
La cabecilla de la organización era una empresaria conocida en el clan como 'la Chata', de 69 años, que contactaba con familiares y miembros de la banda en Lima para organizar la llegada de las personas que transportaban la droga en sus maletas desde la capital peruana hasta Madrid. La cocaína venía oculta en botes de cremas y en productos alimenticios como ketchup y mostaza.
Los agentes también observaron que, posteriormente, las maletas eran derivadas a un piso en la localidad de San Fernando de Henares, donde uno de los miembros de la banda, apodado 'el cocinero', se encargaba de destilar y recuperar las sustancias que en ocasiones llegaban incluso impregnadas en ropas. Se estima que los acusados introdujeron 25 kilos de cocaína bruta.
Un 'mula' reconoce los hechos y otros ocho acusados lo niegan o no contestan al fiscal
Ayer en el juicio solo la persona que realizó labores de 'mula' reconoció los hechos y manifestó que fue captada por otro de los encausados en Vitoria, donde entonces residía. «Fue él quien me dio los billetes. Me arrepiento mil veces de lo que hice. Me vi obligado por la situación de necesidad que atravesaba. Me prometieron 8.000 euros, pero no me pagaron», manifestó el investigado ante el tribunal de la Sección Primera.
De los ocho restantes acusados, solo uno respondió a las preguntas del fiscal. Lo hizo para negar toda implicación en los hechos. Otros dos encausados accedieron a testificar, si bien solo contestaron a las preguntas de sus letrados. Los restantes procesados se acogieron a su derecho a no declarar.
El juicio continuará mañana con la comparecencia de testigos, la mayor parte de ellos agentes de Policía que intervinieron durante la desarticulación de la banda.
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