La mejora de la meteorología este año frena el avance de la 'banda marrón' en los pinares de Gipuzkoa
La menor humedad en primavera y verano ha permitido que los pinos jóvenes reverdezcan. Aunque la extensión del hongo sigue siendo casi total y continúa el «riesgo», los forestalistas son «optimistas pero con cautela» y esperan cierta recuperación de la especie
La enfermedad de la 'banda marrón' sigue siendo uno de los principales quebraderos de cabeza de los propietarios forestales guipuzcoanos. En los últimos ... dos años, el hongo causante de esta plaga ha dañado decenas de hectáreas de pinos en el territorio. En uno de los últimos registros del Gobierno Vasco, la extensión de la superficie dañada forma una amplia mancha que alcanza de norte a sur y de este a oeste todo el territorio. Apenas se salvan unas miles de hectáreas de ese contagio que en mayor o menor grado han atacado a los pinos, tiñéndolos por completo de un color ocre grisáceo y acabando con buena parte de su foliación. Pero este verano, a diferencia de los dos anteriores, se ha abierto una pequeña ventana hacia el optimismo por parte de los propietarios.
«No quiero decirlo muy alto por si se estropea, pero estamos viendo los pinos más verdes que el pasado año», confiesa Fernando Otazua, director técnico de la Asociación de Forestalistas de Gipuzkoa (GEBE), que agrupa a 2.527 propietarios del territorio. Las mejores condiciones climatológicas han favorecido un frenazo en la extensión del hongo. La combinación de temperaturas cálidas y un porcentaje de humedad elevado no se ha repetido de forma recurrente entre los meses de primavera y verano de este año, lo que ha permitido que las unidades saludables no se hayan visto afectadas y, sobre todo, los retoños estén pudiendo crecer sin que la 'banda marrón' les alcance. «Todavía debemos estar alerta, pero el año está siendo positivo en cuanto al avance del hongo y a la posibilidad de combatirlo», explica Otazua. Unas semanas finales de septiembre algo más cálidas de lo esperado han dejado un regusto final algo amargo, pero el balance general en comparación con el pasado ejercicio es muy positivo.
Los propietarios son «optimistas» pero «con cautela», ya que tras vivir el pasado año un avance de la 'banda marrón' considerable, coronado con el colofón del pasado invierno cálido, prefieren cruzar los dedos y esperar que la tendencia no se tuerza. «El riesgo sigue estando ahí y el mapa elaborado pone de manifiesto que la superficie afectada es muy grande», advierte Otazua, aunque añade que «es un alivio que la plaga no se haya extendido en los últimos meses y no afecte a los brotes de este año». En este sentido, confían también en que las hectáreas que habían resultado afectadas de una forma más leve puedan recuperarse casi por completo si las condiciones climatológicas son propicias. La propia asociación de la madera de Euskadi, Baskegur, también manifestó en pleno verano que la situación estaba mejorando y que el aspecto de los pinos era mejor que el de otro ejercicios.
Un 80% de Gipuzkoa
Sin embargo, los propietarios forestales de Gipuzkoa esperan que las buenas noticias en forma de mejora climatológica se vean acompañadas próximamente de unos resultados positivos en el tratamiento experimental de fumigación aérea que está aplicando Neiker en 174 hectáreas afectadas en Euskadi. El frenazo de la plaga es un aspecto positivo, pero la realidad pone de manifiesto que ese parón en la extensión de la enfermedad de los pinos ha llegado después de que la 'banda marrón' ya afecte a prácticamente el 80% de los montes de Gipuzkoa.
La enfermedad se extiende a alrededor de 30.000 hectáreas en el territorio, casi al 80% de su extensión
El tratamiento terrestre en Gipuzkoa solo se ha podido aplicar en uno de cada siete pinos de abril a julio
Así lo demuestra el mapa con información precisa que la consejería de Desarrollo Económico trasladó en una respuesta parlamentaria reciente al grupo Elkarrekin Podemos. En ella se puede ver cómo el hongo de la 'banda marrón' abarca el territorio de norte a sur y de este a oeste, dejando solo sin afección grave las zonas de Donostialdea y Bidasoa y parte de la extensión que linda con Álava. Serían más de 30.000 la hectáreas de pino afectadas en Gipuzkoa, siendo el territorio que, de lejos, está sufriendo con más crudeza la extensión de esta plaga.
Los propietarios esperan que algunas de estas zonas hayan podido recuperarse relativamente durante este verano, y que al no sufrir un ataque reiterado de hongo, algunas parcelas de pinos jóvenes a los que se le hayan retirado las ramas más afectadas hayan podido rebrotar de forma saludable en los últimos meses. «Creemos que algunas superficies que habían sufrido los primeros contagios han podido recuperarse este pasado verano», apunta Otazua.
Tratamiento terrestre
La recuperación de parte de estas hectáreas contrasta con otras que han tenido que ser taladas sin otra opción como explican los forestalistas. En la mejora de la salud de los árboles tampoco ha afectado de forma notable el tratamiento terrestre con óxido cuproso que se ha podido aplicar en Gipuzkoa entre abril y julio pasados. Aunque la Diputación habilitó esa posibilidad para que hasta 5.561 hectáreas pudieran ser fumigadas desde tierra con cobre para poner freno a la 'banda marrón', la dificultad de acceso a las distintas zonas para rociar los pinos con esta solución de urgencia y el coste que ello podía suponer para los responsables de esas parcelas limitaron mucho el éxito del tratamiento.
«La aplicación ha sido muy puntual», define Fernando Otazua. Solo se ha aplicado en 123 hectáreas afectadas, esto es, el 2,2% de la superficie que la institución foral delimitó sobre la que se podía actuar. En definitiva, solo uno de cada 285 pinos afectados en el territorio ha podido ser tratado, lo que revela que el tratamiento terrestre no es una respuesta eficaz para atacar el problema.
Por ello, los propietarios esperan que la fumigación experimental que está realizando Neiker desde el pasado mes de julio con drones y helicópteros y con distintas soluciones, no solo óxido cuproso, pueda dar resultados el próximo año. El ensayo a pequeña escala se está realizando también en Gipuzkoa, en un parcela de 24 hectáreas de monte afectado.
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