Piden familias de acogida para 15 niños bielorrusos afectados por Chernóbil
Bikarte recuerda que son menores que necesitan salir «con urgencia» de la zona contaminada para fortalecer su salud
La asociación benéfica Bikarte hace un llamamiento urgente para animar a nuevas familias del País Vasco a acoger este próximo verano a 15 menores de Bielorrusia afectados por la radiación nuclear de Chernóbil. Por el momento, 47 niños ya han encontrado familias de acogida para los meses estivales -del 22 de junio al 28 de agosto- pero otros 15 menores necesitan salir «con urgencia» de la zona contaminada para mejorar su salud y darles el calor de un hogar. «Son casos de primerísima necesidad porque están en una situación tremenda. Viven en una zona altamente radiada, que es el sur de Bielorrusia, toda la zona de Gomen. Lo que comen esos niños es lo que tienen en la tierra, en la huerta, y está todo muy radiado. También viven en una situación de pobreza extrema y en familias desestructuradas», señala Amaia Aretxaga, responsable de Bikarte, que pone de manifiesto cómo la estancia entre nosotros permite a estos niños rebajar sus niveles corporales de radiación nuclear. «De hecho, un verano de acogida les alarga la vida dos años ya que la mayoría baja su radiactividad por debajo del nivel de riesgo marcado por la Organización Mundial de la Salud. Y por supuesto les estamos evitando un cáncer en un futuro», apunta.
Las personas interesadas pueden llamar al teléfono 605 70 90 22 o contactar a través del correo bikarte@yahoo.es. Toda la información sobre la acogida está disponible en www.bikarte.org.
Las voluntarias de Bikarte, junto con los servicios sociales del país, siguen por las escuelas y aldeas viendo familias en exclusión para poder sacar a los menores en navidades y en verano y ya son más de 3.000 los que nos han visitado. El verano pasado 68 niños de entre 7 y 18 años de Rusia y Bielorrusia se beneficiaron del programa en familias del País Vasco, mientras que en Navidad fueron 46 los que participaron en el programa (de ellos, 11 nuevos). «Aquí lo pasan fenomenal, se adaptan al minuto uno. Y luego la vuelta no es ningún drama porque vuelven con sus madres, no nos olvidemos. Es de lo que se trata, de que vengan y se vayan contentos», expone Aretxaga que anima a las familias a abrir sus casas para «regalarles salud y alargarles la vida, que no es poco».
