Piden 22 años para un acusado de grabar a su hijastra y al novio cuando mantenían relaciones
Las tres acusaciones del caso y la defensa no llegaron ayer a un acuerdo en la audiencia preliminar celebrada en Donostia
El acuerdo fue imposible y el juicio se celebrará el próximo otoño en San Sebastián. Ayer no hubo acercamiento de posturas entre las acusaciones ... y la defensa de un hombre investigado por grabar a su hijastra menor de edad mientras mantenía relaciones sexuales con su novio, así como también a varias amigas desnudas. La Audiencia preliminar que se celebró en la Sección Primera sirvió para que la Fiscalía Provincial y las dos acusaciones particulares se mantuvieran firmes en sus posicionamientos. El ministerio público solicita penas que suman 22 años y 6 meses de prisión. Sobre el acusado recaen las imputaciones de acoso sexual a menores, dos delitos por vulneración de la intimidad mediante el uso de dispositivos de grabación en concurso con otro de uso de menores para la elaboración de material pornográfico, y otros dos por vulneración de la intimidad.
El investigado es un varón de 42 años que convivía en pareja con la madre de la menor. Esta última era fruto de una relación anterior. Todo quedó al descubierto hace dos años aproximadamente cuando la víctima comenzó a relatar a sus amigas la situación de acoso que empezase a percibir por parte del compañero de su madre, después de que intentara tocarle y le realizara insinuaciones de índole sexual.
La Fiscalía reconoce en este sentido que, a partir de mayo de 2015, el varón «comenzó un acercamiento sexual» hacia su hijastra a la que trataba de tocarla con «ánimo lascivo» e incluso le invitaba a ver juntos una película pornográfica.
El testimonio de la menor llegó a oídos de otros padres que pusieron los hechos en conocimiento de la madre. En cuanto esta tuvo conocimiento de lo que podía estar sucediendo inspeccionó la habitación y halló un reloj despertador equipado con una cámara de vídeo susceptible de ser utilizado con un mando a distancia. Dos días después, la madre, tras analizar la situación y valorarla con su entorno más cercano, se personó en la comisaría de la Ertzaintza, donde dio cuenta de lo que sucedía.
La familia tuvo entonces conocimiento de que el acusado poseía antecedentes por hechos similares. El varón había sido condenado en 2010 a dieciséis meses de prisión por un delito de pornografía infantil. Sin embargo, la sentencia no le acarreó el ingreso en la cárcel, ya que al tratarse de una pena inferior a dos años y ser su primer delito, se le concedió la libertad a condición de que no volviera a delinquir en un plazo de tres años.
Incitación al sexo
Tras el arresto se llevó a cabo un registro en la vivienda, donde se halló diverso material pornográfico infantil además de dispositivos de cámaras ocultas dentro de un armario. Asimismo, se recuperaron discos de memoria así como tarjetas que fueron analizadas por la Er-tzaintza. De la misma manera, se localizó una doble puerta oculta detrás de un espejo al que se accedía por el trastero. Desde allí se podía ver todo lo que acontecía en la habitación de la menor.
Según la Fiscalía, el padrastro incitaba a la menor al sexo y generaba situaciones propicias para que tuviera encuentros con su novio en la misma habitación. Para ello, en ocasiones castigaba a la chica a no salir de casa, pero permitía que su amigo le visitara. Incluso les dejaba estar juntos en el cuarto y les anunciaba que se ausentaba del domicilio. De esta forma, se quedaban solos con la cámara presuntamente activada.
El ministerio público sostiene además que el acusado, para «fingir» que garantizaba su privacidad, entregaba a la menor llaves del domicilio, a la vez que instaló un pestillo en la puerta de entrada a la habitación y hasta se ofreció a proporcionarles preservativos.
El padrastro, que tenía acceso al móvil de la menor, conocía cuándo se citaba con su novio para mantener relaciones sexuales, «momento en que activaba los dispositivos de grabación». De esta forma, llegó a obtener 83 vídeos de los dos menores manteniendo relaciones sexuales.
Fotos desnuda
Las averiguaciones llevadas a cabo durante la instrucción judicial permitieron conocer que el acusado poseía una cámara de vídeo de visión nocturna. Por la noche, el investigado accedía a la habitación de su hijastra, a la que grababa parcialmente desnuda mientras dormía. En aquellos momentos procedía a levantarle la ropa en la parte superior para captar imágenes de los pechos. Asimismo, le bajaba el pantalón y hacía lo mismo.
Después de que el caso se diera a conocer, padres de amigos y amigas de la niña mostraron su preocupación porque entre el material intervenido pudiera haber imágenes de sus hijos. Las sospechas se confirmaron y en los dispositivos que la Policía halló en poder del acusado había imágenes, además del novio y la hijastra, otras en las que se veía a dos amigas de la chica, también menores de edad, desnudas en la habitación.
Además de la pena privativa de libertad, la Fiscalía solicita que el investigado indemnice con 25.000 euros a su hijastra y con la misma cantidad al novio de esta por los daños morales que causó. También demanda que por el mismo concepto abone otros 5.000 a cada una de las dos niñas que también fueron grabadas.
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