El 'Beti Aingeru', amarrado en la dársena de Getaria.

El pesquero de Pasaia que el sábado avisó de un motín en Asturias ya está en Getaria

El 'Beti 'Aingeru' ha amarrado la madrugada de este miércoles en el puerto guipuzcoano, del que partió hace un mes en busca de bonito hasta que 12 tripulantes se rebelaron en Ribadesella

Oskar Ortiz de Guinea

San Sebastián

Miércoles, 1 de octubre 2025, 02:00

El barco pasaitarra 'Beti Aingeru', que el sábado alertó a la Guardia Civil de un presunto motín por parte de 12 de sus 16 tripulantes ... cuando faenaba en aguas asturianas, ha llegado este miércoles de madrugada a Getaria. El pesquero ha hecho su entrada en el puerto getariarra sobre las 5.00 horas, tras completar alrededor de 15 horas de navegación desde El Musel, en Gijón, donde había permanecido amarrado desde el sábado. «El armador nos amenazaba y dijimos 'basta' pero ni hubo motín ni agresión», aseguraron los marineros que se rebelaron, mientras que el propietario del pesquero mantuvo que «hubo un momento de tensión, incluso me zarandearon».

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El pesquero completó sin contratiempos las más de 150 millas marinas que separan Getaria del puerto gijonés, de donde zarpó minutos antes de las 14.00 horas. Lo hizo al mando del capitán que denunció haber sufrido un motín por parte de doce de sus tripulantes, de origen senegalés, cuando pescaban bonito en aguas asturianas, a la altura de Ribadesella. A bordo también iban un pescador de Mali y un marinero vasco, que completaban una tripulación de 16 hombres.

A la señal de alarma acudió una embarcación de la Guardia Civil, que, tras observar que la situación en la cubierta del 'Beti Aingeru' estaba «normalizada», escoltó al pesquero a uno de los muelles de Gijón. Ya en tierra, el patrón y el propietario del barco de Pasaia denunciaron a tres de los arrantzales, sobre los que el instituto armado ha abierto investigación por un presunto delito de amenazas a sus dos superiores, y a dos de ellos también por agresión o intento de agresión al dueño de la nave, quien es de Orio.

Más allá de la investigación policial, el armador deberá resolver el futuro de su tripulación. Según aseguraron los pescadores a este periódico, el domingo, antes de que se subieran a un autobús en Gijón para emprender el regreso a Gipuzkoa por carretera, el empresario les comentó «que estuviéramos atentos al móvil, que nos avisaría pronto para volver a pescar». Lo cierto es que a ninguno de los arrantzales se le ha notificado un hipotético despido, y aún quedan unas pocas semanas para que concluya la temporada de pesca de bonito.

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Desde el sábado, el armador ha sostenido que en la cubierta del 'Beti Aingeru' se vivieron momentos de «tensión», hasta el punto de que, según dice, fue «zarandeado y amenazado». Los pescadores, sin embargo, aseguran que no agredieron «a nadie», pero que se negaron a seguir trabajando tras haber permanecido 26 días pescando en Asturias sin ir a casa, y sentir «inseguridad» ya que el propietario les habría «amenazado de muerte» y lanzado «basura» desde el puente de mando a su posición en cubierta.

Reunión en Pasaia

Varios de los integrantes de la tripulación acudieron este martes a la Cofradía de Pasaia, donde expusieron su situación tras el incidente. El 'Beti Aingeru', que desde su botadura en 2001 había pertenecido a la Cofradía San Nicolás de Orio, pasó a la pasaitarra en junio del año pasado. Sin embargo, tiene establecida su base en Getaria.

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