«Los peajes los pagamos los camioneros pero los vamos a sufrir todos los ciudadanos»

Tomás Garceo trabaja para una empresa que distribuye productos en supermercados. Tiene la «suerte de ser empleado», pero no se despreocupa porque sea su jefe quien deberá asumir el nuevo tributo. «Al final, él tiene 8 camiones, y si ahora tenemos que pagar por circular por las principales carreteras, si multiplicas por ocho supone un dineral para quienes andamos dando vueltas por Gipuzkoa», calcula este donostiarra afincado en Hondarribia mientras reposta en la gasolinera Valcarce, en el polígono Lambarden de Oiartzun. Se muestra «consciente» de que, además del peaje guipuzcoano, «también» está el alto precio del combustible y que además «todo el mundo está apretando los precios del transporte», por lo que «la cosa se está complicando mucho. Por ahora vamos tirando pero si nos siguen apretando...». Sobre el nuevo peaje, no sabe si resultaba justa «la idea de que solo los guipuzcoanos no pagáramos peaje» como anteriormente, pero cuestiona que «se tenga que pagar por circular por la N-I, una carretera más que amortizada».

El venezolano José Luis Calado reside ahora en Portugal, la tierra de sus padres, hacia donde se dirige tras haber cargado en Basilea (Suiza). Ha parado en el parking mowiz Truck de Oairtzun, en la AP-8, a tomarse un café tras una descarga en Irun. Normalmente, al ir a Europa atraviesa la muga en Biriatu y regresa por Cataluña. Le llama la atención que «por Zaragoza y Cataluña quitaron el peaje» y «aquí haya que pagar». Él es ingeniero mecánico y mantiene una empresa en Venezuela, «ahora más pequeña», pero se vio «obligado» a dejar el país sudamericano. «El problema era que el dinero se iba expandiendo y la gente cada vez tenía menor poder adquisitivo. Chaves no fue la causa, sino la consecuencia», explica. Más que en concreto los peajes, le preocupa «más la inflación, que es el peor impuesto para la población y con el que el Estado siempre gana, mientras la población gana menos cada día. Y si me pones más caro el combustible, más caro el peaje, más caro el dormir en un parking, quien lo va a pagar es el consumidor final. Estoy en contra de todo lo que suponga un abuso de extracción de dinero a los productores. Y cuanto mayor es la administración, mayor es el abuso para quienes producimos».

Juan José Sambade nos atiende en apenas «un minuto» porque tiene «prisa» para llegar tiempo a la siguiente carga con su camión de 3,5 toneladas. Habla casi mientras arrastra sobre el carro un palé con ayuda de Denis. «El peaje me afecta relativamente, porque lo va a asumir la empresa», pero le parece «demasiado que se tenga que pagar entre 8 y 12 euros, según el tipo de camión», por circular, «por ejemplo», entre Andoain y Etzegarate, «y más en la N-I, donde nunca se ha pagado y no entiendo que debamos a hacerlo». Por un lado se pregunta «por qué debemos hacerlo solo los transportistas» y, por otro, si la clase política «piensa» en la ciudadanía de a pie en un momento en el que «está subiendo todo: el gasoil, los productos… ahora los peajes».

A Mikel Etxeberria se le ve quemado, y con ganas de que llegue mayo y pueda jubilarse como autónomo al cumplir los 65 años. Los peajes, por tanto, le van a costar «poco tiempo», pero le pillan de lleno, al vivir en Amezketa y cargar en Tolosa, donde tiene la N-I como única alternativa. «En el fondo» pasa por ahí «dos veces a la semana», ya que suele «ir a Francia: Orleans, Lemans, Bretaña...». Sus «43 años con el camión», y gastos a final de mes de «1.800 euros en peaje y algún mes casi 5.000 en gasoil», le permiten afirmar que «en Gipuzkoa, en Euskadi, tenemos unos peajes al nivel de las tarifas más altas de Europa, pero los servicios en cambio son tercermundistas. Si vas por la AP-8, tienes las áreas de Aritzeta para diez camiones, media docena en Itziar, otros doce en Amorebieta…, cuando en Francia tienes zonas mucho más amplias y preparadas cada 35-40 kilómetros, teléfonos de atención en carretera cada muy poco, o espacios para orillar el camión si tienes un pinchazo. Si vas por la N-I, ¿dónde tienes un hueco para salirte? Por no hablar de los baños. En Irun hay un área con un baño de los que ponen en fiestas». Y vuelve a su jubilación: «En el mundo del camión, no hay jóvenes. Los que estamos, terminamos pensando en lo nuestro. Yo, en jubilarme. Cuando Francia intentó poner peajes para camiones en el mandato de François Hollande con Macron en su gobierno, los camioneros quemaron los arcos de peaje. Aquí tragamos con todo».

Su nombre, Csaba Szekely, delata el origen húngaro de este rumano, afincado en Cantabria. De ahí viene de camino a Francia, pero antes debe descargar en la papelera de Errenteria. Viene «mucho por Gipuzkoa: Urnieta, Usurbil, Irun...». No sabía que habían entrado en vigor los nuevos peajes, pero recordaba «los anteriores. ¿estos los van a recurrir?», pregunta. «Lo lógico sería que fueran para todo el mundo, no solo para camiones», apostilla este hombre de 49 años. Cogió el volante por primera vez en 1991, para «hacer dinero uno o dos años, y aquí sigo». Ya no es lo de antes. «Hemos mejorado a nivel de seguridad, ya no circulamos con cadenas, como antes», pero no en salarios. «Llevamos 15 años cobrando casi lo mismo, y calcula cuánto ha subido la vida». El canon para los transportistas es una piedra «más» en el zapato de una profesión en la que «no hay relevo. ¿Qué chaval de 30 años quiere coger un camión?».

Ramón Aramburu es hernaniarra pero se mudó a Lekunberri por motivos de trabajo, por abaratar unos gastos que a final de mes resultan «altísimos. Antes de poder cobrar un cliente, tenemos ya que pagar. Ahora son los peajes. No he hecho el cálculo de cuánto nos supondrá a final de mes para quienes circulamos mucho por aquí, pero será un pico. Yo esta mañana he salido de Lekunberri, he ido a Tolosa, luego a Irun y después a Tolosa, en poco más de dos horas. Cada cuatro kilómetros nos sale por un euro, calcula». Le suele tocar también viajar «bastante a Barcelona. Luego quitaron los peajes pero he llegado a pagar 6.000 euros entre peajes y gasoil. Los que más sufrimos somos los autónomos. Nos están ahogando y siguen subiendo los gastos. Hasta diciembre nos aplicaron el descuento de 20 céntimos por litro de gasoil, y ahora ya veremos en qué quedan las ayudas. De momento, todo es pagar». A sus 59 años, confía en poder jubilarse como camionero, profesión que comenzó «al acabar la mili» y con la que ha dado de comer a sus hijas, Maddi y Leire, cuyos nombres figuran en el tractor. «¿Qué vamos a protestar nosotros? Todo el mundo tira para adelante, y el que venga por detrás, que arree. Ya ves que no hay jóvenes, y los que hay son rumanos, búlgaros, ucranianos… que tienen todo el derecho del mundo a ganarse la vida».

El oiartzuarra Lucas Arizabalo circula «sobre todo» por Gipuzkoa y Bizkaia. Allá por donde va con su camión 'pequeño', debe «pagar. Nos aprietan por todos los lados. Cada vez más impuestos, más problemas para circular con un camión de ciertos años. Y ahora, estos peajes en una N-I que está más que pagada y donde poner los arcos de los peajes ha supuesto una inversión enorme. Pero como la pagamos los camioneros...». Le molesta especialmente tener que pagar más allá de la autopista. «Antes podías buscar una ruta alternativa para ahorrar algún gasto, pero ahora sí o sí te clavan», enfatiza. «Se dice que al final lo paga el cliente, pero no es así. No puedes repercutir en el cliente todo lo que pagas más. Porque el mercado también te aprieta. Y te encuentras con que con estos precios eres menos competitivo que uno de Burgos que no tiene que pagar peaje fuera de Euskadi». Termina soltándose. «Cuando la autopista era privada, los camiones pequeños pagábamos como un coche. Pero ahora distinguen que llevamos la carga 'carrozada' y pagamos como un tráiler, cuando no podemos competir en precios con grandes camiones. En fin, que no vivimos en Suiza o en Andorra y estamos muy molestos con tener que sangren siempre a los mismos».