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Jon Arreguy y Martina Urbistondo son el alma de Garoa Baserria. IÑIGO ROYO

«Notamos cada vez más distancia entre el entorno rural y el mundo urbano»

Jon Arreguy y Martina Urbistondo están al frente del caserío y la qusería Garoa

MIRARI GÓMEZ

Viernes, 15 de noviembre 2019, 13:22

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Al mando del caserío y la quesería Garoa, ubicados en Zerain, se encuentran Jon Arreguy y Martina Urbistondo. Él nacido en Usurbil y ella en Sara, ambos decidieron dejar a un lado la cocina para dedicarse al pastoreo.

-¿Qué les llevó a cambiar el rumbo?

-Creemos que es muy importante trabajar en algo que te guste y te llene. Ése es el mejor oficio y, en nuestro caso, hemos elegido el que tenemos ahora. A los dos nos gusta vivir aquí, cuidando de nuestras ovejas.

-También son queseros. ¿Cómo surgió esta oportunidad?

-Desde que tenemos el rebaño, siempre hemos producido queso. Ya van 18 años y para nosotros es una labor imprescindible elaborar este producto con la leche de oveja obtenida.

-Cuando empezaron, ¿cuál era la situación del pastoreo? ¿Cómo ha evolucionado el sector?

-Comenzamos en 2002, una época en la que, como el sector ya iba para abajo, se trabajaba mucho la rentabilidad del rebaño. También cómo hacer el queso, la alimentación y el manejo. Todo ello, defendiendo siempre nuestra oveja 'Latxa', pues existía una seria amenaza por parte de las razas de fuera, que eran más productivas. Hoy en día ya no existe esa realidad, gracias a esa labor que se realizó.

-Y el futuro, ¿cómo se lo imaginan?

-Queremos ser optimistas. Pensamos que siempre habrá gente que quiera arrimarse a los diferentes ramales del primer sector. A esas personas con inquietudes les diríamos que se acerquen y pregunten, que dejen los miedos atrás y se atrevan a probar. Teniendo iniciativa y las cosas claras, seguro que obtendrán recompensa.

-¿Consideran el relevo generacional como uno de los principales retos del sector primario? ¿Qué solución contemplan?

-Podría ser; y lo es, pero no del todo. Hace falta que se acerque más gente con interés sobre el sector. En nuestro caso, Martina proviene del caserío y yo (Jon), del entorno urbano. Es necesario poner de una vez por todas una asignatura decente en escuelas y universidades que salga de las cuatro paredes para descubrir la profundidad de la naturaleza.

-Tienen dos hijos. ¿Les gustaría que siguieran sus pasos?

-Aún son pequeños para educarles en esto, así que no les apretamos mucho. Al mayor, de 13 años, sí que le pedimos ayuda en momentos puntuales y nos la entrega como es debido. Ambos se están criando entre ovejas y sí que queremos que sigan nuestro camino, pero siempre y cuando les guste el oficio, como nos gusta a nosotros. Tienen que trabajar en aquello que les llene, ya sea aquí o en cualquier otro sitio.

-¿Qué otros retos de futuro ha de afrontar el sector primario?

-Hasta hace 50 años, en Euskal Herria se ha vivido, sobre todo, de la tierra y parece que lo hemos olvidado de golpe. El ser humano está hecho, por naturaleza, para estar unido a la tierra. Estaría bien, por lo tanto, que en las escuelas se impartiese una asignatura muy unida a la tierra. La explicación es simple: venimos de la tierra y, pasado un tiempo, volvemos a ella. ¿Qué hacer mientras? No tiene sentido alejarnos de la naturaleza. Trabajando en esto, es normal que a nosotros nos agrade, pero habrá quien prefiera seguir la corriente y no ser de los 'bichos raros'.

-La mayoría de la sociedad los considera oficios duros, sacrificados, solitarios… ¿Realidad o prejuicio?

-Mucha gente no conoce lo que es este oficio, ni la alegría y la satisfacción que nos da el vivir al ritmo del rebaño. Sacamos leche de nuestras propias ovejas, elaboramos el queso y después, lo vendemos. Y lo que es mejor, podemos vivir de ello. ¿Qué hay más artesano que eso? Es tremendo. No necesitamos desconectar, lo que quiere decir que ya hemos echado raíces. Nosotros estamos a lo que estamos y el resto que piense lo que quiera.

-¿Creen necesario reivindicar la importancia de su oficio? ¿Por qué?

-Es importante destacar que los que nos dedicamos a esto somos constructores de un gran paisaje. Los lugares en los que se apacientan los animales son limpios y de un color verde muy atractivo para la vista. Debería saberse que sin los pastores y el resto de cuidadores de animales, estos paisajes no existirían. Además, del pasto que alimenta a las ovejas producimos un alimento artesanal disponible para toda la sociedad. El primer sector está olvidado y, aunque en todos exista una necesidad, éste nos parece que es el más importante, pues es el que abastece a la sociedad.

-¿Hay una barrera entre el entorno y la población urbana y el medio rural? ¿Cómo podría mejorarse el reconocimiento mutuo?

-Por desgracia, un año más tendremos que agarrarnos a los caminos de Aralar. Nosotros pasamos el invierno en Zerain y la época de primavera-verano, en el monte Aralar, y disponemos de un camino para llegar a nuestra chabola, pero hay otros que no lo tienen. Los pastores cuando van al monte, van a trabajar, igual que lo hace el resto de la sociedad; y, por ello, se merecen unas condiciones mínimas de acceso. Creemos que la sociedad urbana no entiende todo lo que implica nuestro trabajo. Esa brecha hay que romperla porque tenemos derecho a solicitar un modo de vida digno. Con todo ello, notamos cada vez más distancia y diferencia entre el entorno rural y el mundo urbano.

-¿Cómo valoran las políticas de apoyo al medio rural de las instituciones (Diputación, ayuntamientos, Gobierno Vasco)? ¿Qué mejorarían?

-Para la primera instalación están bien organizadas, ofreciendo asesoriamiento y con proyectos como Gaztenek. Debería mejorar la organización y gestión de la tierra y los pastos, para poder comprarlos a un precio justo. Se necesita una organización de tierras dirigida tanto al sector primario como al área urbana.

El pastoreo hoy en Gipuzkoa

  • 2.351 explotaciones, de ellas 145 con más de 100 cabezas.

  • 5,3 millones de litros de producción de leche de oveja; 3,9 con DO Idiazabal, de los cuales el 52% se transforma en queso en el propio caserio y el 48% de la leche se vende a la industria. En Euskadi, el sector se ha consolidado, alcanzando niveles de producción superiores en un 6% a los de antes de la crisis.

  • Valor: 11,2 millones de euros, el 17% del sector ganadero.

  • Necesidad de relevo: Pese a ser uno de los subsectores más jóvenes, en 10 años se jubilarán más de la mitad de las personas que se dedican al pastoreo.

  • La Diputación destinó en 2018 más de 3 millones a apoyar la competitividad de las explotaciones del primer sector de Gipuzkoa.

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