«Dejé mi trabajo de enfermera en Zumarraga y me vine a Australia»
Nerea Elgarresta reside desde hace nueve meses en Sidney tras dejar su pueblo para «cambiar de aires y como reto personal»
Un viaje en furgoneta, miles de kilómetros y otras tantas amistades acabaron por decidir el futuro de la legazpiarra Nerea Elgarresta, de 29 años. « ... Yo trabajaba de enfermera en Zumarraga y en febrero del año pasado dejé el trabajo. Necesitaba un cambio de aires y me fui a viajar con la furgoneta a decidir qué hacer con mi vida. Durante el viaje conocí un montón de gente, me hablaron de Australia y me entró la curiosidad por el hecho de que era otra cultura, otro idioma, porque el inglés lo tenía ya olvidadísimo... y me lancé, fue como un reto personal», cuenta esta joven desde el otro lado del charco.
Al igual que ella, otros 332 guipuzcoanos residen actualmente en este país, que se repite en los planes de muchos jóvenes que llegan para trabajar o estudiar mientras aprenden inglés. Esta joven explica cómo fue el proceso desde que decidió dejar su Legazpi natal. «Pedí el visado 'work and holiday' (de trabajo y vacaciones) para un año, que te da derecho a trabajar todas las horas que quieras, y me lo facilitaron a los 20 días. Cogí el vuelo y llegué el 9 de noviembre a Sidney», aunque según admite, el 'aterrizaje' no fue como lo pintaba en su cabeza. «Al principio se me hizo un poco cuesta arriba porque es mucho contraste, estás sola, no conoces a nadie y aunque los australianos son muy amables, a la hora de las relaciones son muy suyos. Además, yo vengo de un pueblo pequeño y esto es enorme».
También le costó encontrar trabajo. «Empecé limpiando casas, estuve dos meses, también trabajé de camarera y después de cuidadora de personas con discapacidad. Ahora trabajo con tres chavales con autismo. Les acompaño a dar una vuelta, les ayudo con las tareas de casa, etc.», explica Nerea, que comparte con un español y dos sudamericanos un piso por el que paga 460 dólares cada dos semanas (unos 560 euros al mes por persona).
Cuando echa la vista atrás, se da cuenta de todo lo que ha «crecido» a nivel personal y a pesar de que los comienzos fueron «duros», la experiencia «está siendo muy positiva. Merece la pena», asegura. En su día a día, se relaciona «sobre todo con gente española y sudamericana».
Su intención es estirar su estancia «un poco más». «Ahora estoy estudiando inglés para sacarme el examen y poder trabajar como enfermera con otro tipo de visado. Me motiva mucho poder trabajar de lo mío aquí para ver cómo funciona, porque me gusta mucho mi profesión y lo quiero intentar».
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