La calle de la memoria
1963 | San Sebastián encuentra su castillo 'perdido'En marzo de 1921, en tiempos del alcalde Pedro Zaragüeta, el Ayuntamiento donostiarra adquirió el monte Urgull y sus fortificaciones al Ministerio de la Guerra.
Una parte de las fortificaciones fue demolida entonces. El castillo de la Mota apenas fue tocado durante décadas, en los que estuvo más bien abandonado, si bien es cierto que en noviembre de 1950 experimentó su gran cambio al ser coronado por el enorme monumento del Sagrado Corazón.
En 1963, aprovechando el 150 aniversario de la destrucción y reconstrucción de la ciudad, las miradas volvieron a dirigirse hacia la cima de Urgull, cuando se abordaron importantes obras de rehabilitación del castillo y parte de las fortificaciones.
1963
Cubierto de maleza y abandono, el castillo de la Mota «se había perdido a nuestros ojos». Su rehabilitación hizo afirmar a Mariano Ciriquiain-Gaiztarro en DV que «San Sebastián ha encontrado su Castillo que se le había perdido»
En ese contexto, el escritor y colaborador de EL DIARIO VASCO Mariano Ciriquiain-Gaiztarro publicó en la última página del periódico el 10 de marzo de 1963 un artículo de título llamativo, 'San Sebastián se ha encontrado un castillo', en el que jugaba con la idea de que el castillo de la Mota llevaba tanto tiempo olvidado que parecía perdido y ahora, entonces, había aparecido. Empezaba así...
«A veces, revolviendo armarios o cajones, encontramos un libro, una estilográfica o un encendedor que sospechábamos perdidos. Como es natural sentimos una viva satisfacción porque siempre es halagador dar con lo que creíamos desaparecido. De ordinario, estos hallazgos suelen ser mínimos en su esencia, de escaso volumen, claro está».
«No creo que nadie se haya encontrado, de la noche a la mañana, un castillo, pongo por caso, lo mismo que si fuera un mechero. Se comprende perfectamente. Y, sin embargo, esto es, precisamente, lo que le ha ocurrido a San Sebastián, que ha encontrado su castillo, que la inmensa mayoría de los donostiarras dábamos ya por perdido hacía tiempo».
«Ha salido al aire y al sol»
Ciriquiain-Gaiztarro subrayaba la sensación de redescubrimiento, de verdadero hallazgo, que producía el castillo de Urgull frente a las décadas en que había permanecido en la penumbra.
«No se me oculta que los eruditos locales dirán que ellos ya sabían dónde estaba. De acuerdo, no seré yo quien les discuta sus meritísimos conocimientos. Mas lo cierto es que, para la ciudad, el Castillo había desaparecido como si se lo hubieran tragado la incuria de los hombres o el tiempo, igual da
«Pero, afortunadamente, sólo estaba encubierto por la maleza del monte que lo envolvía subrepticiamente en su casi totalidad, no dejándolo ver. Es decir, que de hecho se había perdido a nuestros ojos. Y ahora, desbrozado el ramaje y la hojarasca que lo tapaban, hasta darlo por perdido, ha salido al aire y al sol, para satisfacción de todos y orgullo de la Ciudad. San Sebastián ha encontrado su Castillo que se le había perdido».
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