Clausura de la plaza de Atocha
Año 1902 ·
Osado, inquieto, original, 'culo inquieto' que se diría coloquialmente, José Arana, nacido en Eskoriatza en 1839, cuentan sus biógrafos, quizá como licencia literaria, que «de ... chico» fue enviado a casa de unos tíos que tenía en Madrid «con un duro en el bolsillo». Lo invirtió en comprar lotería, siendo agraciado con un premio 'gordo' que le permitió abrir una tienda de ultramarinos en la calle Preciados. Para que «todo Madrid» se enterara del evento, contrató varias bandas de música que recorrieron el barrio.
Trasladado a Donostia, abrió una tienda, también de comestibles, en la c/ Elcano, esquina con la Alameda. En ella, entre sacos de alubias y garbanzos, ejerció como banquero, fue gerente del Teatro Real de Madrid, apoderado de toreros y mánager de artistas.
Construyó un Teatro Ecuestre en Alderdi Eder, donde llegaron a actuar Julián Gayarre y Pablo Sarasate y el frontón Beti Jai, en la calle Aldamar, destruido por un incendio en 1913. Cuando en 1876 nadie apostaba por San Sebastián, bombardeada los primeros meses del año durante la tercera guerra carlista y abandonada por aquellos primeros forasteros que la visitaban, tuvo la osadía de invertir en nuestra ciudad construyendo una plaza de toros que de nuevo los atrajera en verano.
Los días 13 y 14 de septiembre se celebraron los últimos espectáculos programados en la plaza de toros de Atocha
Contra todo pronóstico, en menos de un mes levantó un coso taurino en Atocha, reuniendo a lo más granado de la torería del momento. Su anunciada 'Gran Semana' tuvo un éxito por pocos esperado, llegando a ser apoyada por el Ayuntamiento, oficialmente a partir de 1979, denominándola 'Semana Grande'… pero esa es otra historia.
Entre sus originalidades, en el mundo de los toros, creó los carteles policromados, implantó la costumbre de que las mulillas y la banda de música acudieran a los hoteles donde se hospedaban los toreros para acompañarles «en animada procesión» hasta la plaza; ordenó disparar cohetes a las doce del mediodía, los días de corrida, «para ahuyentar a las nubes y que por la tarde no lloviera». Entre sus ocurrencias estuvo la de celebrar una corrida nocturna, primera en la historia, que terminó «dando con sus huesos en el calabozo» debido a las denuncias presentadas contra él: siendo el espectáculo por la noche, vendió entradas de sol y sombra.
El sábado día 13 tuvo lugar el 'Concurso Internacional de Bandas de Música, Orfeones y Trompas de caza'
El ímpetu con que llegó la nueva plaza del Chofre, en 1903, no fue posible superar por el ya veterano José Arana que, tal día como el de hoy, domingo, 14 de septiembre… de 1902, anunció el adiós a la plaza de Atocha, con una corrida en la que debutaba como organizadora la Sociedad Fomento de San Sebastián, después de, en el mismo escenario (compartido con el Gran Casino, Jai Alai, Principal, Palacio Bellas Artes y Teatro Circo), haberse celebrado el 'Concurso Internacional de Bandas de Música, Orfeones y Trompas de caza'.
Aunque cierto es que después se programó algún festejo de menor entidad, la clausura los días 13 (musical) y 14 (toros) fueron a lo grande, con la presencia del rey Alfonso XIII. Los aficionados disfrutaron con nueve toros de Saltillo y cuatro estrellas del toreo: Reverte, Fuentes, Bombita Chico y Algabeño, si bien éste último, al sufrir una cogida en Albacete, tuvo que ser sustituido por Lagartijillo.
En la corrida del domingo día 14 participaron «los más 'granados' del mundo de la torería»
La jornada que oficialmente cerró el historial de la plaza, se publicó en la prensa que «ha sido hermosa, la mejor de cuantas aquí se han visto. Saltillo con 9 hermosos toros, Fuentes colosal, Bombita engrandecido, Reverte con el santo de espaldas y Lagartijillo, pisado, que no cogido, por la pata, que no por el asta, viendo los toros desde la enfermería». Arana murió en 1908 y fue enterrado en su villa natal.
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