1980 | Los Ramones: 63 minutos sin respirar
Ramones, el inolvidable grupo neoyorquino de punk rock, actuó en Gipuzkoa en siete ocasiones. La más sonada fue la primera, el 27 de septiembre de ... 1980 en el Velódromo de Anoeta. Fue dentro de una minigira que les llevó por Barcelona (en la Festa del Treball que montaba el PSUC), Donostia y Madrid (en Vista Alegre).
Aquella primera incursión de los Ramones fue todo un acontecimiento en el sector juvenil, y un descubrimiento de su modo de hacer en los directos: montaban una máquina trepidante sin respirar durante poco más de una hora. La crítica que publicó DV el 30-IX-1980, firmada por Iñigo Galatas, empezaba describiendo aquella marcha 'non stop'...
«Mucha gente. Casi nueve mil. Las diez en punto de la noche. Barrumm. Un saludo Blitzkrieg Bop. Y desde ese momento ni un solo descanso. A veces ni eso, como con Rock n' Roll High School. «Wen i don't care about history...» y adentro. Después del tema se queda a solas Marky (batería) y de repente: «Do you remember Hulla-balloo..» y entran directamente en Rock n Roll Radio. Después de veinte minutos una parada para que Johnny y Dee Dee (guitarra y bajo) se quiten las chaquetas. Treinta segundos. Y otra vez 1-2-3-4. Entre canción y canción dos segundos. Sheena is a punk rocker... Y como traca final Gabba Gabba Hey con pancarta habitual».
«Cincuenta minutos. Veintisiete canciones. Queremos más. Salen y directamente Do You Wanna Dance. Tres temas con Let's Dance incluído. Se van. Queremos más. Salen y Chinese Rock. Tres temas y gracias a todos por estar aquí. Adiós. Treinta y tres canciones. Sesenta y tres minutos de actuación, sesenta y tres minutos de adrenalina pura, sin parar, increíble».
Añadía Galatas que The Ramones «sólo saben hacer las cosas de una forma. (...) Ellos nunca decaen. No hay curvas en sus actuaciones». En el Velódromo «tocaron más temas de los que suelen hacer normalmente (30 es su número habitual), lo que ocurre es que (nos lo dijeron ellos mismos) estaban con más marcha que nunca e hicieron las canciones más rápidas de lo que suelen ser».
«Me imaginé un descanso»
La actuación en tromba y breve no convenció a todos. Tal día como hoy, el 3 de octubre de 1980, A. y M. A., escribían en una carta a DV que «me quedé algo decepcionada al oír la despedida del grupo después de 'Gabba gabba hey', me imaginé un descanso, porque después de tirarse 60 minutos en el escenario y con semejante marcha, me parecía normal; pero no fue así, pues cuando se encendieron las luces del recinto el mosqueo fue mayoritario».
También se quejaban del precio del concierto, 500 pesetas frente a las 350 que costó la entrada en Madrid. «De todas formas, no me arrepiento de esas 500 pesetas, porque en honor a la verdad hay que decir que fue un espectáculo alucinante, de principio a fin».
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