1960 | La belleza del espectáculo de luz y Orfeón
Diviértase usted en Semana Grande», titulaba DV en su última página el 13 de agosto de 1960. Parecía sugerir cierta idea de «mónteselo usted mismo» ... con los ingredientes de una programación que, aunque entonces pareciese amplia («este año, como siempre, el programa es abundante», escribían), resultaba limitada, especialmente si no se quería gastar dinero.
A falta de un programa oficial, nuestro diario recopilaba las actividades previstas para aquellos días, o la mayor parte de ellas, sin indicar su horario. Para el miércoles 17 de agosto de 1960 la única propuesta era «verbenas populares». Para el día grande del día 15, esperaban a donostiarras y visitantes más opciones...
«Toros: toros de don Fermín Bohórquez, para Julio Aparicio, Jaime Ostos y 'Mondeño'.
«Carreras de caballos: Premio Pedro Ponce de León, Premio Guipúzcoa, Premio Swpy, Premio Fuenterrabía, Premio Igueldo».
«Regatas: R.C. Náutico: Premio Comodoro Posso.».
«Festival infantil en la terraza de la Casa Consistorial».
«Fiesta náutica con la participación del Orfeón Donostiarra. Fuegos artificiales».
«Verbenas populares».
1960 Luz y sonido
Como «espectáculo de singular belleza que quedará como recuerdo excepcional en la memoria de esta temporada» definían el montaje de luz y sonido con participación del Orfeón Donostiarra que se realizó en la bahía
Aquella «fiesta náutica», que emparentaba con otros espectáculos de luz y sonido montados en la bahía en diversas ocasiones, llamó la atención. En la sección 'Antena donostiarra' de DV elogiaron el evento calurosamente: «Ya tenemos nuestro festival de 'Son et Lumière', porque así puede calificarse el que ayer se ofreció a propios y forasteros con motivo del día cumbre de la Semana Grande».
«Este año ha sido la 'novedad', reanudándose con ello la añeja costumbre de ofrecer cada verano una 'sorpresa' grata a los visitantes. La de éste ha sido realmente digna del prestigio de la ciudad, y una demostración de lo que con buen gusto –y con buenos reales de vellón– se puede hacer para 'adornar' la temporada».
«La iluminación de Urgull, audazmente entonada en verde, sobre el luminoso friso de las pintorescas casas del Puerto, los fuegos de artificio brillando y rebrillando –rielando– en el agua trémula de la bahía, los haces de los reflectores persiguiendo la gracia alada de los esquiadores; y las voces del Orfeón Donostiarra poniendo el contrapunto sonoro a la encendida decoración del incomparable marco urbano, formaron un espectáculo de singular belleza que quedará como recuerdo excepcional en la memoria de esta temporada veraniega».
Populares pero de pago
La feria taurina del Chofre, con corridas los días 14, 15, 16, 18, 20 y 21 de agosto (y Curro Romero, Antonio Ordóñez y Mondeño entre sus diestros), así como los fuegos artificiales, aún sin concurso internacional y sin lanzamientos todos los días, eran ejes de una Semana Grande alejada del estilo para todos los públicos y gratuito de ahora.
Por ejemplo, en 1960 había que pagar para acceder a las verbenas que se celebraban en el paseo Nuevo (entonces denominado oficialmente de José Antonio). Aunque se denominasen «verbenas populares», un anuncio publicado en DV aclaraba que para bailar junto a aquellas orquestas había que abrir la cartera (y con discriminación de género): «Caballeros, diez pesetas. Señoritas, cinco».
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