1925 | Proyectaron un hotel de 5.000 habitaciones

Seguramente se acordarán de las claves básicas del 'caso Rozanés'. El joyero de ascendencia judía Nassir M. Rozanés se asentó en San Sebastián en 1924. Compró unos terrenos de Aiete, que incluían la primitiva torre-caserío Izaburu, que transformó en aquella torre almenada que pasaría a ser conocida con el excesivo nombre de 'castillo de Rozanés'.

Aunque después se quedó (hasta su derribo en 2010) como el único elemento físico real de aquel sueño, la torre iba a ser un pequeño detalle dentro del gran complejo ideado por Rozanés para levantar el mayor casino de Europa, que entonces era mucho decir. El emprendedor pidió licencia municipal para construirlo, pero se le cruzó la prohibición del juego dictada por Primo de Rivera.

Aunque la rentabilidad del complejo había quedado herida, Nassir M. Rozanés trató de salvar la situación con un cambio de rumbo. Es en ese contexto cuando encontramos, en la edición del 23 de julio de 1925 en 'La Voz de Guipúzcoa', una información con el encabezamiento siguiente: «Los proyectos del Sr. Rozanés, en Ayete. Gastará 12 millones de pesetas en construir un Hotel de 5.000 habitaciones, una colonia aristocrática y un Palacio de Exposiciones».

La víspera, el rey Alfonso XIII, su ayudante el teniente coronel Vigón y el alcalde José Elósegui habían estado en la vaguada propiedad de Rozanés en Aiete y habían escuchado las explicaciones de este y del arquitecto Gurruchaga sobre el nuevo proyecto.

Según resumían en 'La Voz de Guipúzcoa', «el señor Rozanés tiene ideado construir en este terreno un hotel con 5.000 habitaciones y varias 'villas' para familias y particulares, en las que la comida y otros servicios domésticos irán incluídos en los precios de arrendamiento, constituyendo todo ello una colonia aristocrática, en la que se habilitarán campos de golf, tenis, fútbol, etc., y se construirá, además, un magnífico edificio destinado a Palacio Permanente de Exposiciones internacionales».

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