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Es relativamente frecuente que los hospedados en un hotel se lleven 'prestada' una toalla. Menos habitual es el caso que encontramos hace un siglo en ... un hotel donostiarra que no identificaban. Una doncella que allí trabajaba se dedicaba a ir quedándose con servilletas, toallas, sábanas...
Lo contaban con gracia en el periódico 'La Voz de Guipúzcoa', en su edición del 23 de enero de 1925, sección judicial (bajo el encabezamiento de 'Jueces y reos').
«Pilar Sesma es una joven que, hasta hace unos meses, prestaba sus servicios en uno de los importantes hoteles de esta localidad. Pilar era muy aficionada a los juegos de prendas. Todos, todos o casi todos los días, Pilar dedicaba unos ratos a su juego favorito».
«Pero había introducido una modalidad: Pilar jugaba sola. Era más ameno y más productivo. Vez que perdía, vez que depositaba una prenda en su baúl. Ahora bien, las prendas no eran de su propiedad sino del dueño del hotel. Una vez era una servilleta; otra, una sábana; otra, una toballa... En fin, de toda clase de prendas».
1925 El fiscal pidió
una pena de más de cinco años de prisión y 1.230 pesetas a la doncella de un importante hotel donostiarra a la que se le descubrió un baúl lleno de toallas, sábanas y demás prendas que iba tomando de las habitaciones
Continuaban el relato hace un siglo...
«Y como resulta que perdía siempre, su baúl se fue llenando con rapidez inusitada. Llegó un momento en que tal era su afición, que se pasaba todo el día jugando a las prendas. Pero, claro, aquello no podía continuar así, y un día le denunciaron. Y no volvió ya más a jugar a las prendas».
Añadían en 'La Voz de Guipúzcoa' que «ayer, a las diez de la mañana, se celebró el juicio, y el teniente fiscal, señor Iribas, la acusó del delito de hurto, concurriendo la circunstancia agravante de abuso de confianza, que ascendía, según los peritos tasadores de las prendas, a 1.230 pesetas. Solicitó la pena de cinco años, cinco meses y once días de prisión correccional. El juicio quedó concluso para sentencia».
En el mismo periódico de hace cien años aparecían unos sucesos breves de lo más curiosos...
«ECHADORA DE CARTAS.– Por la mañana fue detenida una mujer que se dedicada a la venta en ambulancia (hoy diríamos venta ambulante) de puntillas, sin estar autorizada y que, al parecer, se dedica a 'echar las cartas' y sorprender la buena fe de las gentes. Se la condujo al Gobierno Civil».
«ATROPELLO CON SUERTE.– En la calle Garibay fue atropellada, por la tarde, la niña Josefa González Arranz, de diez años, por un ciclista. La niña salió del percance con sólo el susto correspondiente, sin que fuera necesario prestarle auxilio en la Casa de Socorro. Sin embargo, el ciclista fue detenido y conducido al Gobierno Civil».
«DETENIDO POR AMENAZAS.– Por la tarde fue detenido en el barrio de Eguía un individuo que amenazó a otro con un pincho, además de insultarle. También se le condujo al Gobierno Civil».
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