1896 | La primera exposición pictórica
Las exposiciones figuraron entre los alicientes que el Ayuntamiento deseaba ofrecer los meses de verano
Apenas habían pasado veinte años desde que el Ayuntamiento tomó la decisión de apoyar la que sería conocida como Semana Grande y volcarse en programar ... actividades que en verano atrajeran a los forasteros para, como complemento a los baños de mar, hacer más atractivas sus estancias en San Sebastián.
En 1896 ya estaba asumido que debían prodigarse los alicientes y, entre ellos, este año, además de inaugurar las sesiones de fotografías animadas a tamaño natural, que daban sensación de movimiento, el plato fuerte de agosto fueron las actuaciones de Sarah Berhnard en el Gran Casino.
Había interés por ofrecer exposiciones que reflejaran las últimas novedades en el mundo de la industria y de las artes, siendo así que en 1891 se proyectó una gran exposición inglesa, llegando a constituirse en Londres una compañía denominada The English Exhibition con un capital de 52.000 libras esterlinas que se encargaría de construir en nuestra ciudad un gran palacio de hierro y cristal rodeado de magníficos jardines.
A tal fin, en Londres se creó The English Exhibition para construir unpalacio de cristalen nuestra ciudad
El proyecto quedó en eso, en proyecto, y en su lugar, dicho año recibió numerosas visitas la Exposición Provincial del Fomento de las Bellas Artes, instalada en la planta baja del palacio provincial, por la parte de la calle Garibai. Inaugurada el 10 de agosto, en ella estaban representadas hasta noventa industrias guipuzcoanas de mineralogía, cerámica, tejidos, labores, hilados, trabajos en hierro, tallados, obras de mármol y pizarrería, cerillas, artes mecánicas, pianos, industria vinícola, productos químicos, mobiliario y cemento...
Con estos propósitos se llegó a tal día como el de hoy, 3 de agosto, del año 1896, cuando se inauguró, en el palacio de Bellas Artes (1895-1913) de la calle Euskal Herria la que fue catalogada como «primera exposición pictórica celebrada en San Sebastián».
El palacio había sido construido por Euskal Batzarre, más tarde Sociedad Económica Bascongada de Amigos del País, según proyecto de Camio terminado por Goicoa con la colaboración de Luis Elizalde.
Inaugurada con gran solemnidad por la reina María Cristina, mientras en el exterior tocaba la Banda Municipal de Música en el interior lo hacía el organista Bonifacio Echeverría. Debido a la importancia del evento, todos los autores acudieron al acto.
Entre otros, se dieron cita en el palacio de Bellas Artes el finlandés Albert Edelfeldt, que había acudido a París cumpliendo órdenes del zar de Rusia; el norteamericano Daunat, millonario de nacimiento, que ofrecía uno de sus cuadros más famosos, el que hizo a la Otero; el húngaro Molmik, al que sus amigos llamaban 'Negus Magyar', siendo su especialidad los retratos realizados a niños; el francés Delahayo, que destacaba en Montmartre por ser un gran camarada de literatos, artistas, periodistas y actrices; el también francés Gastón Linden, un artista 'mondain' y una de las personalidades parisienses más simpáticas; María Luisa de la Riva Muñoz, a la que la propia reina compró algunas obras, y que era conocida en París como 'la dame aux raisins', porque pintaba unas uvas con tanto realismo que los pájaros acudían a picarlas; Y entre los pintores de casa figuraban Darío de Regoyos, Rogelio Gordón, Joaquín Sorolla, Irureta, Ugarte, Aramburu, Altube, Martínez, Dorda, Berroeta, Salis, Cama, López Alén...
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