Joan Mari Irigoien: «Qué mejor muerte que rodeado de tu familia y sin que la enfermedad te torture»

Hace un tiempo que Irigoien perdió el habla, pero el sarcasmo lo mantiene. Reconoce a través de correo electrónico que aunque su enfermedad avanza «tan lenta como inexorablemente», su estado de salud «no es agónico. O, dicho de forma vulgar e irónica, no estoy aún para estirar la pata. Es más, soy capaz de escribir, aunque no como antes, que era una máquina. En ese sentido, parece que mi pasado futbolístico me ayuda», comenta.

En una entrevista a este periódico ya remarcó una idea que hoy conserva: «Tengo derecho a una muerte digna, y no quiero que políticos ni algunos médicos me usurpen ese derecho. Lo voy a decir más claro: ¡No quiero que me torturen, ni por activa ni por pasiva!».

La ley que hoy se aprueba satisface una buena parte de las reivindicaciones. Barandiaran, de la asociación DMD, la tilda de «paso adelante», pero reitera «que no es la ley que hubiéramos querido». Explica que en el momento en el que un paciente solicite la eutanasia a su médico, este deberá valorarlo con otro doctor, y si ambos dan el visto bueno, la petición se eleva a una comisión de verificación, compuesta por otro profesional sanitario y un jurista, que también deberán dar su aprobación. «Me parece demasiado garantista. ¿Quién va a solicitar la eutanasia, si realmente no lo quiere voluntariamente?», se pregunta Barandiaran, quien además insinúa que «al elegir las comunidades autónomas los miembros de la comisión, en aquellas autonomías en las que gobiernen partidos contrarios a la ley, habrá que ver a qué personas ponen en la comisión?».

La asociación, que lleva 36 años tras este propósito, se concentrará esta tarde en la tres capitales vascas «para celebrar» la despenalización de la eutanasia. En donostia, será en el Boulevard.

La ley llega tras las reiteradas peticiones de miles de personas, entre ellas la de familia de la vizcaína Maribel Tellaetxe, que recogió miles de firmas para reclamar la despenalización de la eutanasia- Están convencidos de que ella se sentiría «orgullosa» al ver que sus seres queridos, que no pudieron llevar a cabo su voluntad, continuaron «luchando» para que lo que ella no tuvo «lo tenga el resto de la gente». El hijo de Maribel, Danel Lorente, destaca que la familia vive «ilusionada» este momento, y muestra en una entrevista con Efe su satisfacción porque la nueva legislación supone «un respeto a las libertades individuales», aunque llega tarde para su madre, que padecía alzhéimer y falleció en marzo de 2019.

Maribel hizo a su familia una petición que dejó escrita: «Por favor, no esperéis a que me olvide de vosotros, a que no os reconozca como hijos o que no reconozca a 'aita'. Ese día me tienes que ayudar a marchar».