Lindane que se filtra a la ría de Bilbao por vertederos mal sellados
El estuario del Nervión padece contaminación crónica por este pesticida, herencia del depósito descontrolado durante años de toneladas de residuos industriales
Eva Molano
Bilbao
Lunes, 22 de septiembre 2025, 06:59
Si Gipuzkoa tiene en el puerto de Pasaia su nota discordante, en Bizkaia el mayor problema ecológico se sitúa en la ría de Bilbao, que sufre contaminación crónica por lindane. La desembocadura del Nervión era hace décadas una gigantesca alcantarilla de color pardo que apestaba a distancia.
Como en otros ríos vascos, los esfuerzos de regeneración llevados a cabo en los últimos 30 años han permitido que ahora pescadores aficionados pueblen sus riberas en busca de mojarras o lubinas, que los vecinos se asomen al cauce desde parques, paseos y bidegorris, y que incluso florezcan las actividades deportivas.
Pero la ría sigue suspendiendo en calidad química y su estado ecológico se queda en moderado, según la evlaución de Azti para URA. La cuestión es que una vez desaparecidas las grandes industrias y culminado el saneamiento, metales problemáticos como el cadmio llevan años controlados y sin salirse de los límites, pero el análisis pone de manifiesto que el estuario vizcaíno sufre contaminación crónica por lindane, que permanece en el agua en concentraciones superiores a las toleradas por la normativa en tres de los cinco puntos de muestreo.
Y es que las factorías que funcionaron en la cuenca generaron miles de toneladas de residuos que se depositaron de forma incontrolada en los diferentes vertederos cercanos y en otros que no han sido localizados. Se construyeron celdas y depósitos de seguridad en Argalario y en Loiu, pero en parte de las 700 parcelas potencialmente contaminadas identificadas por el Gobierno Vasco quedan multitud de restos de este pesticida. Con las lluvias, se filtra a escorrentías, arroyos y ríos, y termina en el Nervión.
Peor en los afluentes
En algunos de sus afluentes, las concentraciones son aún más elevadas. Como en el Asua en Sangroniz, «acordes con la presencia de suelos contaminados en las inmediaciones de los terrenos en los que se hallaba la fábrica». Es la zona más problemática junto al punto cercano a los vertederos de Artxanda.
En el Galindo está contaminada la zona donde estuvo ubicada la fábrica de Altos Hornos, el tramo en el que se encuentra la celda de seguridad de Argalario y el que recibe las aguas del Ballonti, también contaminado por lindane, procedente, entre otros focos, del vertedero de Etxe-Uli.
La Ría también sufre retrocesos debido a dragados que afectan a la fauna. Por ejemplo, el del canal entre las dársenas de Portu y Axpe, de unos 27.500 metros cúbicos. El cauce puede tardar hasta tres años en recuperarse tras cada actuación de este tipo. Las obras del espigón central también provocan «una transformación» con impacto ecológico, según los expertos de Azti.