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Algunas leyes de la memoria
El árbol de la ciencia

Algunas leyes de la memoria

Un recuerdo remoto está más consolidado que uno reciente

Domingo, 1 de diciembre 2024, 01:00

Como casi todo en la vida, la memoria se rige por leyes. Aquí van algunas. El neurobiólogo Donald Hebb concebía el comportamiento, el pensamiento y la cognición como el fruto de la actividad de conjuntos, asambleas o redes neuronales interconectadas. Hebb demostró que estos grupos de neuronas atendían a un principio: cuando dos neuronas se activan juntas, la sinapsis que las comunica se fortalece y, por lo tanto, es más probable que se activen juntas en el futuro. Esto se debe a cambios inicialmente transitorios y de naturaleza química y finalmente duraderos por la síntesis de genes y proteínas. Hebb aplicó esta regla al estudio del aprendizaje, la memoria y la génesis de recuerdos, que brotan más fácilmente si se viven circunstancias similares a las que indujeron su formación. Basándose en este conocimiento, Eric Kandel diseñó un modelo de aprendizaje en el calamar gigante, un animal simple y manejable, e identificó algunas moléculas clave para el recuerdo. Concluyó que la memoria se constituye por etapas y que la repetición transforma gradualmente la memoria a corto plazo (dura minutos) en memoria a largo plazo (dura días, meses o años). La práctica implica perfección.

La amplia libertad biológica (genes, proteínas, sinapsis, dendritas) indica que la capacidad para almacenar recuerdos es inmensa, aunque no infinita. Así, la ley de Ribot explica que el recuerdo de lo que sucedió hace diez años está más y mejor arraigado que la memoria de lo que ocurrió ayer. Théodule-Armand Ribot se dio cuenta de que ancianos o pacientes con demencia tenían recuerdos claros de su infancia o juventud, pero no lograban rememorar hechos recientes. Una metáfora explica este gradiente temporal: las huellas más antiguas en un campo nevado son las más profundas y las más recientes se borran antes de consolidarse, en cuanto caen nuevos copos. No obstante, la memoria no es un juego de suma cero en el que un nuevo recuerdo borra otro precedente, sino que conviven y se apoyan mutuamente. La ley de Miller se refiere al número máximo de datos que pueden almacenarse en la memoria de trabajo a corto plazo. George A. Miller encontró que la capacidad máxima de recuerdo inmediato oscila entre cinco y nueve unidades de información, siete como media. Los números de teléfono, el DNI o la matrícula rondan esa cifra para facilitar su recuerdo inmediato, que posteriormente se consolida y almacena como memoria a largo plazo, más difícil de destruir. No obstante, investigaciones posteriores encontraron que esta capacidad de retener información en la conciencia está muy relacionada con la atención y no es una constante, sino que depende de lo que se trate de fijar. Así, el número es de siete para dígitos, seis para letras y cinco para palabras, con cierta variabilidad en función de la longitud de la palabra, su familiaridad, su relevancia o la edad y experiencia del sujeto. El límite de capacidad afecta también a la duración de un recuerdo a corto plazo: lo ideal es que no supere el medio minuto porque, a partir de entonces, se agota la liberación de neurotransmisores. Como en cualquier regla, existen excepciones, como algunas personas con trastornos del espectro autista. Así, Kim Peek, interpretado por Dustin Hoffman en 'Rain Man', poseía una prodigiosa memoria de trabajo numérica. Las salvedades refuerzan la idea de que siete es un límite arbitrario y aproximado.

Estas leyes indican que la memoria empieza siendo frágil y se estabiliza con la repetición del recuerdo. Este proceso de consolidación no es perenne ni perfecto, de tal modo que la evocación de un recuerdo es inexacta y cada intento modifica el original. La fragilidad de la memoria es inevitable y la rigurosidad de su reescritura está a merced de los nuevos recuerdos, el tiempo, las emociones y, cuando es parte de un relato histórico, depende de la honestidad y la decencia del relator. Honoré de Balzac decía que «los recuerdos embellecen la vida, pero solo el olvido la hace soportable». Podría traducirse en un consejo: Conserve los recuerdos hermosos que le hacen feliz y luche por eliminar los que le torturan.

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