«Habíamos bebido, pero en ningún momento me dijo que no quisiera mantener relaciones sexuales»

«Bebimos 3 jarras de cerveza cada uno, comimos unas patatas y algunas raciones y después él nos invitó a unos chupitos de whiskey», ha declarado el hombre en la primera sesión de la vista oral que se celebra en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa. «Sobre las nueve de la noche salimos del bar porque el último topo que tenía a Zarautz era a las 21.50 y si no lo íbamos a perder», ha añadido. Según la versión del acusado, ambos habían decidido «por mutuo acuerdo» que si se hacía tarde dormirían en casa de este. «Ella trajo ropa por si finalmente se quedaba, algo que dijimos que decidiríamos sobre la marcha», ha explicado a preguntas del Ministerio público.

Por motivos que se desconocen, perdieron el tren y el varón tuvo que llamar a su madre para que les fuera a buscar en coche a la estación de Amara. «Llegamos un minuto tarde y le llamé a ella para que nos viniese a recoger», ha continuado. Al parecer, no era la primera vez que la víctima pernoctaba en su casa ni que la joven era recogida por la madre de su amigo. Durante ese tiempo de espera, la víctima, afectada por el alcohol, «se sentó en el suelo y después se tumbó», cuenta el procesado, «y un guarda de seguridad le tuvo que atender». En consecuencia, decidieron llamar a la ambulancia. «Cuando vino nos dijeron que no era nada grave y que podíamos marcharnos», asegura el joven acusado.

Pasadas las diez de la noche, la madre de este les recogió en la estación de Amara y pusieron rumbo a Zarautz. «A casa llegamos sobre las 23.15 horas y fuimos directos a mi habitación», ha señalado el hombre. «Ella se puso el pijama y se acostó en la cama de al lado (hay dos en el cuarto). Yo cogí el ordenador para despejarme un rato», concreta. «Sobre las doce decidí irme a dormir, así que me acerqué a ella para ver cómo estaba e hizo el gesto de abrazarme. Después me besó y empezamos a mantener una relación sexual». En un determinado momento, declara el encausado, «ella me dice que no era capaz de seguir el acto y decidimos parar y dormir».

A las 6 de la mañana aproximadamente, la víctima envió un mensaje de Whatsapp a su expareja. «Me dijo que él le iba a hacer el favor de llevarle a su casa», en Elgoibar. «Yo le acompañé abajo y se fue». Preguntado por cómo vivió él la situación, el encausado ha afirmado que «en todo momento ella estaba consciente y nunca me dijo que no quisiera ni pidió ayuda», ha destacado.

En el juicio de este lunes también ha comparecido la amiga que el día de autos se encontraba junto a los dos protagonistas. «Estuvimos juntos hasta que en la estación del topo nos separamos porque yo tenía que coger el autobús», ha afirmado la joven, que ha detallado el estado en el que se encontraba su amiga aquella noche. «Le costaba hablar e incluso andar, así que en el camino al tren iba agarrada a él. Los dos habían bebido más que yo y ella iba bastante perjudicada». Pasados unos minutos, escribió por el grupo que lo tres tenían en común para preocuparse por el estado de la víctima. «Él me dijo que habían llamado a una ambulancia pero que estaba bien y que iban a venir a recogerles».

Con ella, sin embargo, no habló hasta la mañana siguiente «porque no le veía en condiciones». «Me comentó que no era consciente de lo que había pasado pero que se lo había encontrado encima de ella al despertarse. En ningún momento me dijo que lo consintiera ni que él le gustara», ha indicado. Actualmente las dos mujeres continúan siendo amigas pero ya no se ven tanto como antes. «Nos juntamos 2-3 veces al año, pero me ha dicho que está yendo al psicólogo por lo sucedido», ha concluido.

Mañana tendrá lugar la segunda y última jornada con la declaración de los técnicos de ambulancia que atendieron a la víctima el día de autos así como la de varios médicos forenses.