La jueza protegió a la víctima huida con su bebé aunque ella no quiso inculpar a su agresor

El sábado, tras abandonar el centro, se dirigieron a la estación de autobuses de Donostia donde cogieron un autocar a París. El juzgado de Violencia Sobre la Mujer de Donostia emitió una orden europea de detención y entrega para el varón, pero por el momento siguen en paradero desconocido. Se sospecha que querían llegar a Bélgica, donde existe una amplia y arraigada comunidad musulmana, e incluso cruzar hasta Suiza, país fuera del espacio Schengen donde la orden de detención no tendría validez. No obstante, transcurrida una semana desde la huida, fuentes judiciales y policiales afirman que tienen «pocas esperanzas» de dar con ellos.

La agresión que originó que la mujer fuese acogida por la Diputación de Gipuzkoa se produjo hace más de un mes. Fuentes judiciales consultadas explican que el episodio ocurrió en el interior de una vivienda y que fue grabado con el móvil por una amiga de la joven. El hombre se puso violento y llegó a estampar a la mujer contra la nevera, cuando llevaba a su bebé en brazos. El varón es además el padre de la criatura. Sin embargo, cuando fue citada ante la jueza, no quiso ratificar la denuncia. Una circunstancia que no impidió a la magistrada detectar el posible peligro al que estaban expuestas la joven y su hija e imponer medidas de protección.

Una de las razones que le llevaron a tomar esa decisión pudo ser que al juzgado le constaba otro episodio de violencia de género en la pareja, en el que el varón de 26 años les amenazó con un bate de béisbol.

El juzgado decretó la protección de la mujer, que por sus circunstancias fue acogida en un centro foral para víctimas sin recursos, en el que residía desde hace tres semanas junto a su bebé. Se trata de un centro con pisos en el que hacía una vida «autónoma», según confirmaron fuentes de la Diputación.

No obstante, debido a su condición de víctima especial, el protocolo exigía que cada vez que la mujer salía del centro los responsables debían avisar a la Ertzaintza, para que realizase labores de vigilancia con agentes de paisano. Fuentes policiales explican que la joven rechazó la escolta personal, y cuando detectaba a los agentes en la zona pedía que se fueran.

Por su parte, el varón tenía una orden de alejamiento por la que no podía ni acercarse a su pareja ni comunicarse con ella. Sin embargo esa medida se incumplió, ya que él supo la ubicación del centro en el que estaba viviendo la mujer con su hija. Las autoridades creen que ambos se comunicaron y pactaron la huida, si bien se desconoce si ella lo hizo coaccionada por el contexto de violencia de género que envuelve a la pareja. El pasado sábado la mujer comunicó al centro que iba a salir de 17.00 a 19.00 horas. Desde la Diputación aseguran que así lo comunicaron a la Ertzaintza, como habían hecho siempre que salía. Sin embargo, desde el departamento de Seguridad afirman que el aviso que llegó es que la joven iba a salir a las 15.00, y que a esa hora agentes de paisano se personaron en el lugar. Sin embargo, tras comprobar que la joven no había salido y que se encontraba en el interior del centro, abandonaron el lugar.

Con este extremo aún por resolver, lo cierto es que la joven consiguió dar esquinazo a los responsables del recurso y a la policía. Finalmente salió a las 17.00 con su bebé en el carrito, y a pocos metros se encontró con su agresor, que estaba acompañado de otro varón. Tras intercambiar unas palabras y comprobar que no había policía en la zona, todos se montaron en un Audi A3 negro y abandonaron el lugar.

Tenían claro su siguiente paso. Dos horas después las cámaras de seguridad de la estación de autobuses de San Sebastián captaron a la pareja y a su bebé subiendo a un autobús de una empresa 'low cost' que hace el trayecto Bilbao-París. Llegaron a la capital gala el domingo al mediodía. Cuando el centro foral detectó que la joven y su hija no habían regresado dieron aviso a la policía y se inició el operativo de búsqueda. A la vista de lo ocurrido el juzgado de Violencia sobre la Mujer que instruye el caso emitió una orden europea de detención y entrega para el varón, por el delito de violencia de género y el quebrantamiento de la medida cautelar. Además, se aprobó el rastreo del móvil de la mujer, que le ubicó en diferentes localidades francesas, entre ellas Burdeos. Las actuaciones han sido declaradas secretas, por lo que no han trascendido más datos de su paradero, aunque después de tantos días, las opciones de encontrarles son cada vez menores.