Jóvenes que mantienen vivo el sector primario
Ion Areitio e Inaxio Arin, agricultor y apicultor, son reconocidos por iniciativa Impulso Agro «transformar» el sector y representar a las nuevas generaciones, que son «clave»
Los jóvenes sueñan con ser futbolistas, youtubers o astronautas. Pocos ven los trabajos rurales como una verdadera opción, lo que está dejando con el agua ... al cuello a negocios de toda la vida, especialmente aquellos dedicados al ámbito agroalimentario donde la falta de relevo generacional es un motivo de preocupación; también la falta de visibilidad. El sector primario depende de las nuevas generaciones para seguir adelante. Por ello, Basque Culinary Center, junto con Agrobank -línea de negocio agro de Caixabank-, ha lanzado este año la iniciativa 'Impulso Agro' a nivel estatal para reconocer a 40 jóvenes, menores de 40 años de edad, que «transforman» y suponen un papel fundamental en esta cadena de valor. Los guipuzcoanos Ion Areitio e Inaxio Arin han sido dos de los seleccionados en esta primera edición y señalan que encuentros como este, llevado a cabo ayer en Donostia, les llenan de motivación pues «te das cuenta de que no estás solo y que hay más jóvenes como tú luchando por ello», coinciden ambos.
Ion Areitio viene de una familia de ganaderos. Es parte de su ADN. «Soy la cuarta generación al frente de la ganadería Mugarrieta», explica sobre el negocio que comenzó su bisabuelo con unas vacas de leche. Después pasó a manos de su abuelo, quien «comenzó a producir carne y montó su primer cebadero de terneros para dedicarse a la cría y engorde» de estos animales. Con los años, su madre heredó el caserío y ahora es Ion el que, desde 2015, «intento dar una vuelta de tuerca a todo lo que habíamos hecho hasta ahora». El hondarribitarra de 33 años lleva cerca de una década tomándose lo del negocio familiar «más en serio» ya que, en un principio, «lo veía más como un hobby», asegura Areitio.
Se podría decir que Ion ha conseguido el objetivo que se propuso cuando tomó las riendas del caserío. Buscaba «poder ser autosuficientes, tener nuestras propias vacas, sacar nuestros propios terneros, bueyes y volver a trabajar con las tierras que estaban en desuso y se habían quedado descatalogadas». A día de hoy la ganadería Mugarrieta maneja 35 hectáreas en Hondarribia, cuenta con unos 100 animales y produce carne de ternera, vaca y buey que comercializan con establecimientos como carnicerías y restaurantes cercanos.
Por su parte, la pasión de Inaxio Arin por las abejas fue fruto de la curiosidad de su amigo Mattin Jauregi -con quien ahora comparte el proyecto Balerdipeko Erleak-. «Lo que empezó con dos colmenas para ver qué pasaba, por puro interés, terminaron siendo 4, 6, 8, 10...». A Inaxio terminó por picarle esa misma curiosidad y juntos están al frente de este proyecto de apicultura joven centrado en el trabajo con la abeja negra, «una raza autóctona que siempre ha estado, es un legado que nos ha llegado y es importante mantenerla y evitar que otras especies acaben con la nuestra», valora Inaxio. Actualmente, su explotación cuenta con unas 150 colmenas con las que buscan elaborar «los mejores productos posibles y llegar cada vez a más gente». Pero no solo elaboran miel. Aunque sea «por necesidad», admite el joven de 26 años, «hemos diversificado nuestra oferta porque no producimos todo lo que queremos, al final yo dependo de un insecto, que produce por mí», apunta. En su catálogo, además de miel, también hay cremas de cacao, praliné o granola. «También es bonito demostrar todo lo que se puede hacer con un producto tan tradicional», destaca Inaxio.
«Hace falta más gente»
Sin embargo, ambos admiten que es «difícil» vivir del primer sector y que para seguir adelante «hay que sacarse las castañas de donde se pueda» y que tanto el apicultor como el ganadero han necesitado compaginar este oficio rural con otro. Así, ambos agradecen iniciativas como la de 'Impulso Agro' por poner en valor su trabajo, por brindar la oportunidad de conectar entre ellos y aprender los unos de los otros, lo que supone una fuente de motivación e inspiración. «En jornadas como estas podemos conectar de verdad y nos damos cuenta de que hay bastantes más jóvenes de los que pensamos luchando por esto», se felicitan.
Eso sí, «que nos reconozcan por hacer estos trabajos significa que estamos haciendo algo bien, pero a la vez, que existe un problema y que hace falta más gente en el sector primario», reflexiona Inaxio.
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