Indignación entre los usuarios: «Te dicen que cojas un bus o un taxi para ir a trabajar»
Al malestar que ha provocado la interrupción del tráfico ferroviario se ha sumado el hecho de que servicios como las taquillas para comprar billetes no estuviesen operativos
Este iba a ser un reportaje sobre las opiniones de los usuarios del tren sobre la nueva estación provisional de Atotxa, pero el caos que se ha vivido en la jornada inaugural ... , en la que la circulación ha estado parada hasta el mediodía y cientos de pasajeros se han quedado sin medio de transporte, se ha llevado el foco informativo. En una mañana especialmente desapacible se han sucedido los testimonios de ciudadanos, recabados fuera de la nueva estación, a la que se ha impedido el acceso a los medios informativos, que mostraban su indignación y malestar ante la falta de información sobre cuándo se retomarían los servicios. «Nos han dejado colgados», criticaban muchos.
Como Adrián Espino que, como todos los lunes, se ha acercado a coger el Cercanías de las 12.16 horas para ir a trabajar a Tolosa «y me dicen que los trenes no funcionan y que coja un taxi o busque un bus. Esto es increíble». O usuarios como Israel Ramos, que se ha acercado a la nueva estación a comprar un billete para viajar el viernes «y me han dicho que la taquilla no funciona y que lo haga por intenert. Pensaba que estaría mejor organizado, una cosa es que los trenes no circulen por lo que sea y otra que no tengan ni las taquillas abiertas y ni puedas entrar a la estación». «Es una desorganización», decían Felisa, Azucena y Agustina, que en vez de un tren han tenido que coger un autobús para ir a Madrid.
Arantxa de Ocio
«Por mucho bono gratuito que des, con tanto retraso y suspensión la gente vuelve al coche»
Arantxa de Ocio usa con cierta regularidad en tren. Pasa el verano en Brinkola, «en cuya estación me he encontrado con más de uno y dos turistas con maletas y preguntándose dónde están. Los mensajes de megafonía que ponen en Donostia están grabados, no son en tiempo real, y cogen el Cercanías pensando que es un Alvia. Luego en Brinkola les tienes que explicar, con tu inglés, que si van a Legazpi corriendo quizás lleguen a un tren de Media Distancia que pasa por allí».
De Ocio es miembro del colectivo ecologista Eguzki y se ha acercado a la estación tras oír en la radio que la circulación ferroviaria estaba parada. «He escuchado a un responsable explicar que a las 5-6 de la mañana les entregaban las vías, lo ha dicho así, literal, pero que no ha podido ser y que no han podido habilitar buses para cubrir el servicio». A su juicio, otro ejemplo del «mal» servicio de Cercanías. «Todo el dinero es para el TAV y la alta velocidad, para los cuatro privilegiados que lo van a usar, y luego pasan estas cosas con el tren que usa clase trabajadora».
A su juicio, es especialmente «lamentable» que los problemas de este lunes se hayan dado «cuando gracias al bono gratuito la gente se estaba animando a usar el tren. Pero un día son 10 minutos de retraso, otro 20, hoy ni eso porque directamente no había tren... ¿Cómo lo justificas en el trabajo? Conozco a quien ha vuelto de nuevo al coche particular con tanta suspensión y retraso», lamenta. De Ocio también recuerda la época en la que «la escasez de maquinstas afectó a los usuarios de Cercanías, que sufrían retrasos. Así no se puede dar un servicio eficiente«.
Sobre la nueva estación, ha lamentado la «falta de información. No sé cómo va a ser esto en horas punta».
Lila Vallejo
«He pedido un justificante porque he llegado tarde el trabajo»
Lila Vallejo vive en Andoain y trabaja en Donostia como sanitaria. El fin de semana el servicio alternativo en bus por las obras en las vías ha estado «bien organizado», reconoce. Todo lo contrario a lo que ha sucedido este lunes. «He ido a la parada a las 6.20 horas pensando que, como habían dicho, el tren estaría operativo». Pero no. «Y nadie nos informaba de nada». Una vez visto que no había ni trenes ni ningún bus, como otros viajeros ha optado por ir a la parad de Lurraldebus. Tenía que entrar a su puesto de trabajo a las 8, pero ha llegado a las 9. Al mediodía se ha acercado a la estación a pedir un justificante por el retraso.
Vallejo considera que las obras son necesarias para «avanzar» y que el servicio ferroviario pueda mejorar. «Vine de Ecuador hace 20 años y lo que más me ha sorprendido es que Donostia siempre está en obras. Viví 14 años en Gros en los que el barrio se transformó», cuenta. Respecto a la nueva estación, a ella le viene bien el cambio de ubicación, «pero no sé cómo andarán los turistas que vienen del centro con todas las maletas».
Virginia García
«No me fío del servicio y el tren para volver a Zaragoza lo cogeré en Pamplona»
VIrgina Garacía se desplazó el sábado desde Zaragoza, donde reside, a Donostia por motivos familiares. El viaje fue una odisea, porque el tren estuvo parado en Vitoria dos horas y el servicio finalizaba en Andoain, «a donde me fueron a buscar familiares». Este lunes ha acudido a la nueva estación para cambiar el billete que tiene para regresar a la capital maña, «porque ya no me fío del servicio que se ofrece aquí. Me llevarán en coche a Pamplona y cogeré allí el tren».
La sorpresa ha llegado cuando en la estación le han informado de que las taquillas no estaban aún operativas. «Yo el miércoles tengo que ir a trabajar sí o sí y ahora me encuentro conque no puedo cambiar el billete para viajar desde Pamplona a Zaragoza», lamentaba indignada. «Tendré que comprar un nuevo billete por internet». Ella también ha pedido que le documenten cómo ha querido cambiar su billete pero no ha podido hacerlo porque la estación estaba cerradas y, las taquillas aún no funcionaban,
Arantxa Amondarain
«La nueva estación es mucho más incómoda, y el ascensor para la pasarela, pequeño»
Arantxa Amondarain es una usuaria habitula del servicio de Cercanías. «Ando mucho», cuenta esta legazpiarra que casi todas las semanas se traslada a Donostia. «Ya he dejado de usar el coche, porque en la N-1 hay mucho tráfico y en tren el viaje es más tranquilo». Aunque el de este lunes no ha sido precidamente el más cómodo. Amondarain estaba informada de las obras del fin de semana y de que el trayecto entre Andoain y Donostia se estaba cubriendo en bus, pero lo que no esperaba es que a la nueve y media de la mañana el tráfico ferroviario siguiera interrumpido. «He preguntado y me han dicho que espere», comentaba a las puertas de la nueva estación, a la que se había acercado en un bus de la línea 17 de DBus. «Luego cruzo el puente y al tren».
A partir de este lunes, ha tenido que cruzar también la pasarela encima de la playa de vías para acceder a la nueva estación por la plaza Nestor Basterretxea. «Me parece mucho más incómoda, está más lejos. Tienes que pasar la pasarela, el ascensor se va a quedar pequeño, y he contado más de 20 escaleras para subir». Además, está a la intemperie. «En Legazpi tenemos también pasarela pero está cubierta. Aquí quizás no hiele tanto pero en invierno...«. Amondarain observa «muchos viajeros» en los trenes de Cercanías que unen Brinkola con Irun. «El bono gratuito se nota mucho, los trenes se llenan. Creo que incluso deberían poner más vagones».
Paki
«Tenía hora para ponerme la vacuna Covid pero no he llegado»
Paki vive en Beasain, y cuando se desplaza a San Sebastián en tren la de Ategorrieta es su parada de referencia. Pero esta mañana por allí no pasaba ningún tren. «Y no había información» sobre el servicio de las 9.13 horas, el que había previsto coger. Así que se ha desplazado a la estación del Norte, «y aquí estoy, esperando a ver cuándo empiezan a funcionar los trenes, dicen que en breve», comentaba hacia las diez, cuando aún quedaban más de dos horas para que el tráfico ferroviario recuperara cierta normalidad. «Tenía hora para ponerme la vacuna de la Covid en el ambulatorio, pero no llego», lamentaba.
El cambio de estación no le afecta mucho a la goierritarra porque no suele bajar en el centro de la capital guipuzcoana, pero la sensación no ha sido muy positiva en este primer contacto. «Es más incómoda, sobre todo por tener que cruzar la pasarela». Y más con un día lluvioso como este lunes, «porque no está ni cubierta».
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