Hoteles de Gipuzkoa pide una rebaja de los impuestos municipales

Es «el peor momento de nuestra historia». Así describen desde Hoteles de Gipuzkoa el año que está atravesando la economía guipuzcoana y particularmente, en su caso, la de los establecimientos de alojamiento, y por el cual han optado, al igual que otros sectores perjudicados por la crisis derivada del Covid-19, por recurrir a las administraciones y presentar una serie de medidas que permitan su continuidad, y que pasan por incluir bonificaciones y exenciones referidas especialmente al Impuesto sobre Actividades Económicas, Impuesto sobre Bienes Inmuebles, Tasa por la prestación del servicio de recogida de residuos sólidos urbanos, así como a la Tasa por Ocupación del Dominio Público Municipal.

«No podemos dejar de lado la alta carga impositiva de carácter municipal que los hoteles asumen, al margen de su actividad o rentabilidad, y lo necesario que resulta que se adopten medidas fiscales en el ámbito de sus competencias», han señalado en una nota. A los cuatro meses de cierre a cal y canto, le siguió la temporada estival, que si bien fue algo mejor de lo esperado, en ningún caso logró equilibrar una cuenta de resultados que ya iba cuesta abajo y sin frenos. Y la guinda les llegó con los cierres perimetrales, que no solo han condenado el último trimestre del año, sino especialmente la campaña de Navidad, echando por tierra toda mínima esperanza para este 2020.

Es por ello, que la entidad solicitará a los ayuntamientos una serie de medidas concretas en materia de tributación local. Concretamente, en aquellos municipios en los que desarrollan su actividad los establecimientos asociados, como son Astigarraga, Azpeitia, Elgoibar, Getaria, Hondarribia, Irun, San Sebastian, Urnieta, Zarautz y Zestoa, «atendiendo a cada realidad particular», han informado.

Son conscientes de que más allá de las restricciones, «la recuperación del sector turístico de Gipuzkoa, dadas sus peculiaridades, no será en modo alguno inmediata una vez cesen formalmente las medidas más extraordinarias de cierre o movimiento de personas». Más aún cuando las previsiones para 2021 es que continuará siendo un año en el que prime el turismo doméstico, y en el que los flujos de turistas internacionales «se seguirá viendo mermado tanto por las restricciones al tráfico internacional de pasajeros que están imponiendo numerosos países, y que previsiblemente se extenderán en el tiempo, como por la incertidumbre económica provocada por la situación sanitaria mundial, circunstancias que supondrán un claro obstáculo a la recuperación de este sector».