«¡¡1.000 carcajadas en dos horas!!»
La publicidad de hace ochenta años invitaba a elegir entre «cinco casas-chalets o 30 hermosas vacas lecheras»
Para ser eficaz, la publicidad debe llamar nuestra atención. Así lo hacían, de diferentes modos, todos los anuncios que recuperamos en nuestra 'Colección de recortes' ... de hoy. Nuestros predecesores se los encontraron a lo largo de las seis páginas de EL DIARIO VASCO en un mismo día, el 29 de noviembre de 1944. O sea, hoy hace exactamente ochenta años.
Empezamos con el anuncio de una película, terreno habitualmente propicio para la exageración. Se trataba de la versión paródica de 'Los tres mosqueteros' que protagonizó Cantinflas y se proyectaba en el Príncipe donostiarra, entonces de sala única…
Aceptamos que aventuraran que era probable que te rieras, pero de ahí a prometer exactamente «¡¡1.000 carcajadas en dos horas!!»... O sea, 8,33 risas por minuto. Si fuera cierto, hasta resultaría contraproducente para la salud.
Otro anuncio de hace ochenta años, aparentemente sencillo, jugaba con la rima, con la y griega y hasta con la muerte…
Ya que estamos con el aceite inglés, perdón, «aceyte ynglés», ¿conocen ustedes a una mujer inglesa, o más bien a 'la mujer inglesa'?
No sabemos quién era aquella mujer inglesa que recomendaba polvos de belleza, ni por qué su criterio era más digno que atender que el de una mujer vasca. Eso sí, la ilustración dejaba claro su carácter británico sumando dos tópicos: jugaba al golf y estaba junto al puente de la torre de Londres.
Discúlpennos, pero nosotros vamos a odolizarnos…
Mucho antes del «que te fagorices» de Fagor, el dentífrico Odol (que tan sangriento suena en euskera) ya intentaba que se popularizase un verbo inventado a raíz de su marca. ¡Odolícese usted!
Nos vamos con un último anuncio que publicó DV el 29 de noviembre de 1944, y que no tiene desperdicio. Durante décadas, la rifa benéfica del Hospital-Asilo Municipal de Santurce creada en 1923 fue muy popular, por lo llamativo de sus premios y porque se promocionaba mucho más allá de Bizkaia. Fíjense en lo que la suerte te podía traer hace ochenta años…
Lo mejor eran los premios entre los que te dejaban elegir. Por ejemplo, entre cinco estatuas del Pilar (¿de qué tamaño y material?) o cinco «bicicletas de Eibar», no digamos ya entre «cinco casas-chalets o 30 hermosas vacas lecheras». Eran premios, y anuncios, de otros tiempos.
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