Quince años atrás, recién llegado a NY, mi admirado Borja Eizmendi creó un anuncio para Colgate que aún me persigue tres veces al día. La ... campaña animaba a la gente a ser consciente sobre el gasto de agua y evidenciaba que pequeños cambios en nuestros hábitos pueden resolver grandes problemas.
En el anuncio se ve una pantalla partida en dos mitades horizontales. En la superior una joven se cepilla los dientes mientras corre el agua del grifo. En la inferior una niña desharrapada, levanta una palangana sobre su cabeza e intenta recoger el agua que se pierde por el desagüe. Sobre la imagen, una frase: «El agua que desperdicias en 2 minutos es toda la que tiene su familia para un día».
Hace un par de meses sustituí en casa un grifo roto. El chorro de agua me pareció más fino y en ese momento caí en que el diámetro del tubo era más estrecho. Descubrí en Google que hoy se diseñan grifos ecológicos para reducir el gasto de agua. En el mismo artículo leí que Obama y Biden dictaron, durante su presidencia, leyes que limitaban la presión de agua de las duchas para lograr mayor eficiencia ecológica y energética.
Este jueves el actual presidente ha firmado una orden ejecutiva que revoca la medida de los presidentes demócratas. La razón que ha esgrimido el mandatario para esta marcha atrás ha sido «poder cuidar mejor su precioso». Últimamente, cada vez que leo las noticias, me viene a la cabeza aquel emperador romano que nombró cónsul a su caballo.
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