Gipuzkoa descarta cobrar a coches en la N-I pero mantiene abierta la puerta en la A-15

La red de alta capacidad de Gipuzkoa está formada por las autopistas ya de cobro AP-8 y AP-1, la N-I y la A-15, donde solo pagan unos tramos concretos los camiones de más de 3,5 toneladas, y la A-636 o autovía de Deskarga, entre Beasain y Bergara, donde se empezará a cobrar peaje a todos los vehículos a motor excepto motocicletas a lo largo del primer semestre del año que viene. Completa el mapa el tramo de la A-15 que parte de Andoain hacia Navarra (autovía de Leitzaran), en estos momentos gratuito pero donde desde hace años no se descarta que acabe implantándose peaje.

Así las cosas, la previsión del Gobierno central de cobrar por el uso de las vías de alta capacidad de todo el país a partir de 2024, y que es una de las medidas contempladas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que ha remitido a Bruselas para recibir los fondos de recuperación europeos, ha puesto el foco en Gipuzkoa especialmente en la N-I, por tratarse de una de las seis vías troncales del Estado que conectan Madrid con los extremos de la Península.

A pesar de ello, la competencia de la gestión de las carreteras de Gipuzkoa, sean nacionales o locales, es exclusiva de la Diputación, por lo que es esta la encargada de costear su mantenimiento y tomar cualquier decisión sobre esta vía, incluida la imposición o no de peajes.

En declaraciones a este periódico, la diputada foral de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide (PNV), confirmó ayer que la Diputación no se plantea alterar su estrategia respecto a la política de peajes a pesar de lo que pueda decidir el Gobierno para el resto del Estado.

Así, la única novedad por ahora será la implantación ya prevista durante el primer semestre de 2022 del peaje en la autovía de Deskarga, excepto para motocicletas. Para el pago de este canon se utilizará un sistema similar al ya implantado para camiones en la N-I y A-15, con arcos detectores que permitirán el pago sin necesidad de parar en una cabina.

Una posibilidad que no se descarta es hacer de pago el tramo de la A-15 que parte de Andoain hacia Navarra (autovía de Leitzaran). Una idea que no es nueva y que lleva años en el aire.

La política de peajes de Gipuzkoa viene definida por la ponencia que se debatió hace unos años en las Juntas Generales (el Parlamento provincial) y que avaló la implantación del pago por uso en las autovías para contribuir a la financiación de la red. La ponencia incorpora, eso sí, dos matices importantes. El primero, que a los vehículos ligeros solo se les podrá cobrar en carreteras de nueva construcción, caso de Deskarga. Y el segundo, que en vías ya activas, como la N-I, solo se cobrará a estos vehículos en el caso de que «esté previsto realizar intervenciones de gran entidad».

Oiarbide remarcó que no hay previstas en esta legislatura actuaciones de calado en la N-I, por lo que no cabe implantar peaje. Tampoco en la N-121-A, la carretera de Endarlatsa que lleva a Navarra desde Irun, sobre la que sí planeó la idea de hacerla de pago durante el mandato de EH Bildu pero que el equipo de Gobierno actual (PNV-PSE) no considera como vía de alta capacidad.

Casos concretos aparte, la responsable de la red viaria de Gipuzkoa considera que la propuesta del Gobierno central de recurrir al pago por uso en las autopistas y autovías del Estado «avala» la política llevada a cabo hasta ahora en Gipuzkoa en este ámbito. «Es que no hay alternativa», subraya Oiarbide. «Así lo establece la directiva europea, y es lo más razonable si no queremos que el coste de mantenimiento y construcción de carreteras recaiga íntegramente en los Presupuestos públicos, detrayendo fondos que se pueden destinar a otras partidas, como política social». «Gipuzkoa ha sido pionera en esta materia», recuerda la diputada rememorando las críticas que ha recibido a raíz del canon para camiones.

De hecho, recalca que el Gobierno central se ha fijado en el modelo de Gipuzkoa como uno de los posibles ejemplos para diseñar su proyecto de gestión viaria del futuro. «Representantes del Ejecutivo han estado aquí y nos consta que nuestra experiencia se ha tratado en el Consejo de Ministros», explica.

Las vías de pago en Bizkaia son la autopista AP-8, entre Galdakao y Ermua, los túneles de Artxanda, la Supersur y la AP-68, que une Bilbao y Ribavellosa, en Álava. Las tres primeras disponen del sistema de límite de gasto, un tope mensual de 30 euros del que se benefician a día de hoy 18.527 usuarios. La Diputación no entró a valorar la idea del Gobierno de llevar los peajes a todas las autovías. Puesto que no le afecta «no se va a hacer nada al respecto», se limitaron a señalar fuentes del Ejecutivo foral.

El precio: 1,27 euros es el peaje de los vehículos ligeros en los túneles de Artxanda.

Una ponencia estudia en las Juntas Generales de Álava desde hace meses qué hacer con las vías de alta capacidad para cubrir su mantenimiento. Cuando concluya la concesión de la AP-68 y la AP-1 y la Diputación asuma su titularidad, se tendrá que duplicar la partida que ahora se emplea para la conservación de carreteras. Una situación que el ahora consejero vasco Javier Hurtado, antes diputado alavés de Infraestructuras Viarias y Movilidad, planteó necesario consensuar con todos los partidos.

El precio: 5,65 euros cuesta el peaje entre Bilbao y Altube. 10,35 euros en el caso de los pesados.