Gipuzkoa cierra la era de los vertederos
GHK confirma que la instalación de Mutiloa alcanzará su límite en noviembre y dejará de recibir residuos. La Diputación negocia con Bizkaia trasladar basura durante el mes de diciembre y diseña una salvaguarda para el primer trimestre de 2020
A Gipuzkoa le ha costado décadas llegar a este momento, pero parece que esta vez sí que será la última vez que los residuos del ... territorio vayan a acabar arrojados en un explanada dispuesta para ello. El vertedero de Mutiloa tiene ya fecha aproximada de cierre. Lurpe no tendrá más capacidad para recibir basura a finales de noviembre, según calcula el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK). Así, se espera que entonces se dé por clausurado el último vertedero del territorio, dando carpetazo a décadas de envío a estas instalaciones de miles y miles de toneladas de desperdicios y abriendo una nueva etapa que se caracterizará por el tratamiento de los mismos y la incineración y valorización en el final de su recorrido.
El vertedero de Mutiloa está a punto de poner el cartel de 'completo', como ya lo hicieron en los últimos once años el de San Markos, Urteta, Sasieta o Lapatx. Para este curso su capacidad estaba en 117.600 toneladas. Es decir, restaban esos 117 millones de kilos de residuos para colmar su capacidad. Según preveía GHK, la instalación podría dar servicio hasta aproximadamente el mes de septiembre, es decir, se cerraría en estas semanas que están transcurriendo. Sin embargo, la puesta en marcha anticipada de la planta de tratamiento mecánico-biológico de Zubieta ha permitido estirar un poco más el chicle y alargar dos meses más esa actividad, gracias a que parte de la fracción resto está siendo tratada ya en el Complejo Medioambiental de Gipuzkoa.
Lo que no va a permitir esa prolongación de la vida útil de Mutiloa es que Gipuzkoa pueda disponer de soluciones propias para sus residuos hasta que todas las instalaciones de CMG estén al 100% de su actividad. Los plazos indican que como muy pronto será a comienzos de 2020 cuando todo el engranaje de la gestión de residuos que se llevará a cabo en la instalaciones de Zubiera esté a punto. Así las cosas, GHK ya trabaja en cerrar una solución para, al menos, el mes de diciembre dar salida al residuo generado que no puede culminar su tratamiento. Por ese motivo, están avanzadas ya las negociaciones con Bizkaia para poder habilitar la salida hacia la planta de Zabalgarbi de un cupo todavía por determinar de fracción resto tratada.
Unas 10.000 toneladas
Los portavoces de GHK confían en que el acuerdo se selle en breve, de forma que se garantice esa salida hasta finales de año. Si los guipuzcoanos generamos al año unas 150.000 toneladas de rechazo -contenedor gris-, aproximadamente en el mes de diciembre se podrían acumular unas 12.500 toneladas de fracción resto, residuos a los que habría que buscar una salida mientras dure la puesta en marcha de la planta de valorización energética (PVE).
En un principio, el acuerdo alcanzado el pasado año con Bizkaia para el envío de residuos durante 2019 comprendía que Gipuzkoa remitiría entre 20.000 y 60.000 toneladas de fracción resto al territorio vecino. Un acuerdo que se queda «grande» para las cifras que en estos momentos maneja GHK, por lo que confían en que en los próximos días se modulen las cifras ya que «en ningún caso se van a enviar 20.000 toneladas en diciembre».
La cifra
-
117.600 toneladas de capacidad le restaban al vertedero de Mutiloa para alcanzar su límite a comienzos de este año.
-
PRÓXIMOS PASOS
-
Cierre: GHK prevé que la instalación alcance su límite de capacidad a finales del mes de noviembre.
-
Bizkaia: Durante un mes, Gipuzkoa deberá enviar residuos tratados a Zabalgarbi. Se calcula que no serán más de 10.000 toneladas.
-
En 2020: El calendario de puesta en marcha de la CMG de Zubieta prevé que a comienzos del próximo año su actividad esté al 100% y se gestionen allí todos los residuos.
Los responsables del consorcio calculan que si se tratan esas 12.500 toneladas de fracción resto en la TMB, tras pasar por el cribado mecánico y el tratamiento biológico, el peso final de esos residuos rondará las 7.750 toneladas, ya que primero se recuperan un 8% de materiales reciclables y después la pérdida de agua de la basura resultante elimina un 30% de su volumen.
Si la planta de Zabalgarbi mantuviera los precios establecidos en el acuerdo del pasado ejercicio, a Gipuzkoa le correspondería pagar 119,76 euros por tonelada de residuo para incinerar, por lo que la factura total a la que debería responder podría alcanzar los 900.000 euros.
El 'ahorro' previsto
Ese gasto al que se debería enfrentar GHK se puede sufragar con el ahorro previsto por el consorcio en el plan aprobado en la asamblea del pasado mes de abril para adelantar la puesta en marcha de la TMB. Entonces se explicó que el adelantamiento de la entrada en funcionamiento de la primera instalación de julio a abril permitiría evitar el envío de basura a Bizkaia este curso lo que supondría un ahorro cercano a los 900.000 euros en los gastos previstos por el consorcio, ya que la partida correspondiente a ese envío al territorio vecino ya estaba presupuestada para 2019.
Por tanto, GHK dispone de ese margen de maniobra económico para habilitar esa solución de urgencia para el mes de diciembre. Eso sí, el consorcio también confía que la factura con Bizkaia se pueda reducir con otro concepto. Y es que la puesta en marcha de la planta de tramiento de escorias requiere de una cantidad de residuos incinerados que todavía la planta de Zubieta no es capaz de generar por ella misma -las parrillas de la planta de valorización no entrarán en funcionamiento hasta finales de octubre-. Por ello, la puesta en marcha de esta instalación situada en la fase dos del complejo se está realizando con escorias traídas de la planta de Zabalgarbi. En total, se están gestionando 300 toneladas de cenizas llegadas de la planta vizcaína, que no dispone de una solución posterior a esas escorias que genera, por lo que no es descartable que se baraje una sinergia temporal en este sentido que también permita reducir la factura que GHK deba abonar por el envío de los residuos durante el mes de diciembre.
Noticia Relacionada
En once años se han cerrado San Marcos, Urteta, Sasieta y Lapatx
Cabe recordar que en esta planta se tratarán un total de 44.000 toneladas de restos sólidos al año, una cifra algo superior a la generación de cenizas prevista por la incineradora de Zubieta. Las escorias permanecerán en sus depósitos 15 días para enfriarse y secarse, tras lo cual pasarán por distintos pasos de recuperación y separación de metales hasta convertirse en áridos de 1 a 3 centímetros, que deberán reposar de nuevo para acabar con toda actividad química y ser material inerte que pueda usarse en fabricación de bloques de hormigón o construcción de carreteras. Estos materiales serán empleados en obra pública.
Primer trimestre
Si parece claro que el territorio deberá enviar un buen puñado de toneladas de residuos a Bizkaia a finales de este año, no es tan evidente que ese grifo se pueda cortar de la noche a la mañana una vez arranque 2020. Aunque el calendario que maneja la Diputación de Gipuzkoa prevé que todas las plantas del CMG estén operativas casi al 100% para principios de enero, cualquier pequeño retraso en la puesta a punto de la incineradora puede trastocar las previsiones y retrasar algunas semanas esos objetivos.
Por ello, y ante una posible desviación de ese plan previsto, en paralelo a las negociaciones con Bizkaia para diciembre se está diseñando con el territorio vecino una salvaguarda que se mantenga activa durante el primer trimestre del próximo curso y que permita a GHK poder enviar residuos tratados a Zabalgarbi en el caso de que todavía no se puedan incinerar en Zubieta. De momento no se plantean ni cuantías concretas ni un tope de ellas, ya que se sigue confiando en no tener que echar mano de esta solución, aunque se adelanta que en ningún caso el acuerdo se extenderá más allá del mes de marzo de 2020.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión