Alojamiento de los udalekus de Goñi

«Mi hija de 12 años nos contó que por la noche cantaban y bailaban junto al fuego y las monitoras se desnudaban de cintura para arriba»

Familias guipuzcoanas relatan las actividades de los udalekus de Goñi, organizados por la misma asociación que investiga la Ertzaintza tras denuncias de padres de chavales de 15 años que fueron a las colonias de Bernedo

Ane Urdangarin

San Sebastián

Viernes, 26 de septiembre 2025, 06:28

«Chocantes» para algunos padres, «denunciables» y «una aberración» para otros. Pese a los distintos calificativos que emplean a la hora de describir la estancia ... de sus hijas de 12 años en un udaleku de Goñi, Navarra, las familias guipuzcoanas que han contactado con DV coinciden en señalar que no les ha sorprendido «para nada» las noticias sobre la investigación que ha abierto la Ertzaintza después de que progenitores de chavales vascos de 13 y 15 años relataran el «infierno» que vivieron en un udaleku de Bernedo, en Álava. Ambas colonias, junto a las de Abaigar, también en Navarra, están organizadas por la misma asociación, Sarrea Euskal Udalekua Elkartea.

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«Cuando he leído la noticia enseguida he pensado que tenían que ser las mismas colonias. Cuadran con algunas cosas que me contó mi hija cuando volvió y que me inquietaron, aunque no hasta el punto de poner una denuncia formal», reconoce una madre guipuzcoana que prefiere mantenerse en el anonimato. La chavala, de 12 años, fue con otras tres amigas a estos udalekus «porque no conseguimos plaza en las de la Diputación. Van a colonias desde hace años y la verdad es que se lo pasan bien y a nosotros nos ayuda a conciliar en julio porque tanto mi marido como yo trabajamos», cuenta.

Así, comenzó a buscar unas colonias y dio con la página web de Euskal Udalekuak. Lo comentó con otros padres «y resulta que varios conocidos nos hablaron de Bernedo, de Abaigar, de cómo cuando ellos eran niños también habían ido como chavales y luego como monitores». El hecho de que estas colonias atesorasen una amplia trayectoria y las valoraciones en positivo, «de hace años, eso sí», animaron a estas familias guipuzcoanas.

Talleres de autodefensa y sexualidad

Todas ellas reconocen que sabían que estas colonias se vertebran, como explican en su página web, en torno al feminismo, el euskera y el contacto con la naturaleza, pero aseguran que desconocían que a sus hijas, «porque la gran mayoría, diría que el 80%, eran chicas», les fuesen a dar un taller de autodefensa feminista «en el que les decían que si se sienten acosadas primero hay que hablar con el chico, luego poner la mano y luego ya les enseñaban unas maniobras», siempre según el relato de las chavalas. También recibieron un taller de sexualidad, «que tampoco me parece mal, porque son preadolescentes y la educación sexual es importante, pero creo que deberíamos haber sido informados previamente y saber quién les iba a dar el taller y en qué términos».

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Otra de las situaciones que describieron estas cuatro amigas de quinto y sexto de Primaria es que en una clase de zumba las monitoras les instaron a seguir sus coreografías «y, al parecer, en un momento dado se levantaban las camisetas y mostraban los pechos. Mi hija y sus amigas no lo hicieron porque no les parecía apropiado y ellas mismas reconocen que aquello estuvo fuera de lugar». Además, hicieron una suerte 'Akelarres' nocturnos. «Algunas noches debieron hacer una fogata y cantaban, tocaban la guitarra y bailaban alrededor del fuego y las monitoras acababan desnudándose de cintura para arriba».

A diferencia de las colonias de Bernedo, en la que chavales de 13 y 15 años eran obligados a ducharse juntos según denuncian sus padres, en Goñi había turnos. «Había txanda de chicas, de chicos y uno mixto. Mi hija y sus amigas se duchaban en el de chicas», relata esta guipuzcoana, quien al margen de los turnos considera estas colonias «poco higiénicas porque solo se ducharon tres veces en quince días: una en las piscinas y otras dos en las propias colonias, la última vez en vísperas de volver a casa».

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Fue entonces, y tras escuchar el relato de las chicas, ya que solo se permitía contacto por carta y algunas misivas tardaron más que ellas en ser buzoneadas, cuando sus padres les preguntaron si se habían sentido violentadas. «Las niñas salieron contentas pero abrumadas porque les habían tratado como mayores, y no dejan de tener 12 años. Yo le pregunté si había visto algo inadecuado por parte de los monitores y me dijo que no. De hecho, dos de ellas quieren volver pero las otras prefieren probar otros udalekus». En el caso de esta madre, no se plantea interponer ninguna denuncia, pero buscará otra opción para el próximo verano.

Más vehemente se muestra otra familia guipuzcoana que, según explica a DV, estaría dispuesta a plantear una denuncia formal colectiva si se animaran más progenitores. En su caso, su hija fue a las colonias el año pasado, también a Goñi. «Había bastantes chavales de Gipuzkoa», comenta la madre. A su vuelta, no daban crédito con lo que les contaba la niña de 12 años. «Era puro adoctrinamiento», relata al referirse a los aspectos en torno al feminismo que les relató su hija, «con mensajes muy en contra de los hombres». O las sesiones sobre sexualidad. «En nuestra casa hablamos de muchas cosas y consideramos que es en familia donde hay que abordar temas como la homosexualidad, la transexualidad y otros aspectos, y no en unas colonias de verano con otros niños». Su hija también les describió escenas similares al 'Akelarre', «una aberración. Creo que son hechos denunciables porque se trata de menores».

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