«Exigimos a las instituciones una protección real a las víctimas»
Medio centenar de personas denuncian en Donostia «la vulneración de derechos» de los 21 trabajadores del Bar Senra y la Esquina de Senra
Medio centenar de personas han denunciado esta mañana la «vulneración de los derechos laborales» de los 21 trabajadores del Bar Senra y la Esquina Senra, los dos establecimientos de la Parte Vieja de San Sebastián que han sido objeto de la Operación Tomatoak, llevada a cabo por la Policía Nacional y que se saldó con tres detenciones a principios de enero.
En una rueda de prensa celebrada esta mañana, miembros de ESK, SOS Racismo, así como algunos de los empleados extranjeros, todos latinoamericanos, que trabajaban en situación irregular en alguno de los bares investigados, se han contredado frente al quiosco del Boulevard de Donostia.
Los establecimientos permanecen cerrados desde finales de enero, cuando se hizo pública la investigación, pero reprochan que «no nos han pagado la parte correspondiente a enero. Les estamos solicitando el dinero que nos deben, pero no nos lo pagan», denuncian varios de ellos.
En este sentido, se muestran «indignados» por los intentos del responsable de los locales de aplacar sus testimonios. «Están poniendo como portavoz de los trabajadores a personas que están de su lado y que nunca han trabajado en el Senra», dicen en referencia a una concentración que se celebró en Hondarribia, organizada por LAB, en la que habló una supuesta representante de los empleados, «que no ha trabajado nunca con nosotros».
Economía sumergida
Desde el sindicato ESK han señalado que el último convenio de hostelería se firmó en el año 2008, y «si ya de por si las condiciones del sector son precarias, toda la economía sumergida, como es la de este caso, agrava dicha precariedad». Es por ello que hacen un llamamiento a todos los trabajadores «a organizarse para acabar de una vez por todas con estas situaciones».
Asimismo, exigen a las instituciones que den «una protección real y adecuada a las víctimas.». «No vale de nada salir en el periódico, manifestando indignación y pidiendo contundencia ante la existencia de una red de explotación en la hostelería donostiarra, si luego se deja en situación de total desamparo a las personas afectadas», han concluido.
