«Empezó a tirar piedras contra el autobús incluso habiendo niños dentro»
Un joven ha sido detenido esta semana en Irun hasta en dos ocasiones por agresiones similares contra los autobuses
Ocurrió el pasado domingo sobre las diez de la noche, en uno de los últimos servicios que ofrecía la Línea 1 'Ospitalea-Zaisa' de Irunbus. ... Un joven subía al autobús en la parada de Behobia sin pagar billete y, tras ser advertido y expulsado del vehículo por el propio conductor entre gritos y amenazas, comenzó a arrojar piedras contra el ventanal lateral. «Intenté arrancar rápido, pero la segunda piedra rompió el vidrio derecho y llenó la cabina de cristales, entonces salí y ya en una zona segura alerté a la Ertzaintza que consiguió detenerle», explica A. M., chófer del autobús que sufrió la agresión.
Por suerte, ni el denunciante ni los tres pasajeros que en esos momentos se encontraban en el interior del bus resultaron heridos, pero se calcula que los daños materiales provocados por el presunto agresor, tanto al vehículo como a la marquesina de la parada, pueden ascender hasta los 6.000 euros. Los agentes detuvieron e identificaron al presunto autor, de 22 años, que fue trasladado a la comisaría, donde pasó la noche.
Aitor acudió al día siguiente a su puesto de trabajo, a pesar de encontrarse aún «muy nervioso» por el incidente y tras haber declarado en dependencias policiales. Pero tan solo 48 horas después, este martes sobre las 17.45 horas, volvió a verse sorprendido por la misma situación. «Era él, en la misma parada y vestido con la misma ropa que llevaba el domingo», cuenta. «Al principio no me había percatado, pero fue cuando empecé a oír impactos de piedras y el grito de los pasajeros que le vi. El autobús a esa hora estaba llena de niños dentro porque coincidía con la salida de los colegios e incluso había una madre con un carrito con capota, estaban todos agachados, llorando...».
El joven arrojó por lo menos siete piedras a las cristaleras traseras del vehículo, sin llegar a romper el cristal pero astillando las dos puertas traseras, sin que nadie lamentara daños personales, más allá del temor vivido por los ocupantes, el propio conductor y por quienes paseaban entonces por el lugar. «No creo que me reconociera ni que fuera algo personal, porque de hecho por detrás venía una autobús de Txik Txak de Baiona y también le estuvo tirando piedras».
A disposición judicial
La empresa de transportes interpuso ambas denuncias y, por su parte, la Ertzaintza ha confirmado a este periódico que efectivamente el joven, de 22 años, fue detenido en dos ocasiones por presuntos delitos de daños, y fue puesto a disposición judicial. En ambos casos, el individuo ha sido puesto en libertad con causas pendientes y se le impone responsabilidad penal.
«Ahora mismo estoy de baja por toda la tensión y los nervios vividos estos días. Lo del domingo pensé que podía ser algo ocasional, pero después de repetirse me dije que no podía volver a trabajar así. Estoy tomando medicación para relajarme y con mucha impotencia por no poder hacer nada», asegura A. M. «Nos han notificado que el individuo está otra vez libre y en la calle, así que estamos intentando difundir su foto en un grupo de WhatsApp entre los compañeros para que lo tengan localizado».
Desde Irunbus declaran que el caso del presunto agresor se debe a algún tipo de trastorno mental y que en principio no se espera que vuelva a ocurrir. «Tiraba piedras contra todo lo que pasaba, es algo que no suele ser habitual». La Ertzaintza y la Policía Municipal intensificarán la vigilancia en la zona para evitar que incidentes similares puedan repetirse en el lugar.
«Lo vivimos día tras día»
Sin embargo, los conductores de este servicio de transportes han lanzado la voz de alarma por el aumento de la inseguridad en la muga, que se traduce también en los incidentes registrados esta semana. «Es una situación que vivimos día tras día en esta zona», reconoce otro de los chóferes. Según los testimonios de algunos compañeros, estos acontecimientos «cada vez se notan más» en el municipio fronterizo y son «recurrentes» entre gente «en situación vulnerable».
Tanto es así que hace apenas dos meses, otro conductor de la Línea 2 'San Juan-Ventas' fue abofeteado por un pasajero que había sido expulsado por beber cerveza en el interior tras una fuerte discusión. «Era un hombre de mediana edad que estaba acompañado por su mujer», recuerda José, el conductor afectado.
«Eran las once de la mañana, estaba el autobús repleto de niños y la gente empezó a llamarle la atención porque el tipo estaba bebiendo como en el bar. Cuando le dije por séptima vez que tenía que bajar, me empezó a insultar y fui a avisar a unos municipales. Al volver al autobús se me lanzó al cuello y me dijo: 'Como te pille por la calle te voy a matar'. Luego me soltó un tortazo».
La policía tuvo que intervenir, cogieron declaraciones a los testigos y ambos tuvieron que testificar pero el hombre no fue detenido. «De hecho, cogió el siguiente autobús en dirección a Hospitales, pero a la vuelta coincidimos de nuevo y tuve que llevarle. Ahora estamos pendientes de juicio».
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