La Diputación de Gipuzkoa lanza una convocatoria de 11,5 millones para invertir en centros sociales

Estas subvenciones se inscriben en el marco del Mapa de Servicios Sociales de Gipuzkoa, con el objetivo de adecuar la red pública de servicios sociales a las necesidades sociales emergentes y garantizar una distribución territorial equilibrada. Su finalidad es mejorar la calidad de los cuidados, acercar los servicios a las personas usuarias y responder de manera eficaz a la demanda prevista, contribuyendo así al bienestar integral de las personas más vulnerables de la sociedad guipuzcoana.

La diputada general, Eider Mendoza, ha afirmado que Gipuzkoa es «un territorio solidario y responsable, comprometida con el bienestar integral de todas las personas», en especial de aquellas que se encuentran en una situación más vulnerable. Las inversiones que se materialicen a través de esta convocatoria estarán destinadas a que el territorio crezca en bienestar, acelerando la transformación que ya se encuentra en marcha «hacia un modelo de cuidados más personalizado, innovador y conectado con la comunidad».

La nueva Unidad Residencial para Trastorno Mental Severo (URTMS) Plazaola de la Casa Hospital San Juan de Dios de Arrasate ha sido uno de los proyectos que optó a las subvenciones destinadas a la inversión en centros de servicios sociales. El recurso dispone de 32 plazas autorizadas y concertadas, repartidas en 24 habitaciones individuales y 8 plazas en apartamentos de 1, 3 y 4 personas, diseñadas para fomentar la vida autónoma y mejorar la calidad de vida de las personas usuarias.

La adecuación y el acondicionamiento de las instalaciones han supuesto una inversión total de 2.802.813,75 euros, de los cuales 725.000 euros han sido financiados a través de las subvenciones impulsadas por la Diputación Foral de Gipuzkoa.

Este recurso sociosanitario concertado con la Diputación Foral de Gipuzkoa está destinado a ofrecer atención integral a personas diagnosticadas con Trastorno Mental Severo (TMS), especialmente aquellos con psicosis y algunos trastornos de personalidad. Las personas atendidas suelen tener procesos de más de dos años, con un grado moderado o severo de discapacidad y disfunción social en áreas como lo personal, social, laboral y familiar. Las personas usuarias deben tener entre 18 y 65 años.