«Me dijeron que Gipuzkoa era una plaza difícil, pero no he visto grandes diferencias con otras»
Asegura haber encontrado una Diócesis «pacificada, ni más fácil ni más difícil que otras», a pesar de que «algunos ponían mucha insistencia en que esta ... es una plaza muy difícil en la que había mucho lío».
– La polémica ha rodeado históricamente a la Diócesis de Gipuzkoa, bien por cuestiones políticas o de funcionamiento interno, pero desde su llegada las aguas parecen bajar más calmadas, al menos públicamente... ¿Está pacificada?
– Cuando llegué algunos ponían mucha insistencia en que esta es una Diócesis muy difícil y que había mucho lío. Lo que puedo decir es que ya conocía un poco la situación y no es ni más fácil ni más difícil que otras. No la veo especialmente problemática.
– Algo habrá hecho usted...
– Escuchar. En estos dos años he escuchado a miembros de la Diócesis y a instituciones de fuera de la Iglesia. Y predicar que como cristianos no podemos hablar de paz si entre nosotros hay falta de comunión. Y creo que en estos dos años los católicos guipuzcoanos han hecho un buen camino hacia la Iglesia en comunión.
– ¿A qué se refiere con ese camino que han realizado?
– Desde mi llegada he insistido en la importancia que tiene que caminemos juntos. Hoy en toda la Iglesia Universal se habla de esto, de la 'sinodalidad', de caminar juntos. Ese es mi mensaje: que con los retos que tenemos delante, yendo de la mano llegaremos más lejos. Creo que la gente está muy dispuesta a ello y estamos en buena sintonía.
– ¿Hay comunión plena?
– La comunión es un camino que hay que recorrer y que puede ganar siempre mayores cotas. Nunca es de un 100%, como tampoco nunca es de un 0%. En Gipuzkoa vamos caminando y encuentro la Diócesis bastante pacificada y con un sentimiento de comunión bastante amplio ante los desafíos que tenemos, comunes al del conjunto de la Iglesia Católica. Esto es, el problema de la transmisión de la fe, de renovación del personal, de encontrar sacerdotes, personas que tiren del carro y liderazgos en las comunidades cristianas...
«Uno no se hace cura de la noche a la mañana; es un proceso natural»
– ¿Qué hace el obispo un domingo además de ir a misa?
– Recorrer Gipuzkoa. Acercarme a los pueblos, a las comunidades cristianas. Y trabajar, preparando temas que esperan el lunes. Si puedo, dedicar un tiempo a la lectura.
– Obispo de Donostia y vizcaíno. ¿Del Athletic o de la Real?
– No soy futbolero. Que ganen los dos. Si he de decantarme en los derbis, 1-0 para el Athletic. Que ganen, pero sin humillar. No tengo problema en ponerme la bufanda de la Real, como ya hice para DV.
– ¿Su plato preferido?
– Txipirones en su tinta.
– ¿Cómo decidió hacerse cura?
– Vengo de familia creyente y de joven estaba implicado en la parroquia y los grupos juveniles de mi pueblo, Las Arenas. Conocí a los claretianos y me convenció su manera de vivir. En un momento dado me planteé la vocación y tiré para adelante entrando a la congregación. Un proceso muy natural.
– ¿Algo que le quite el sueño?
– No es que me quite el sueño, pero mis pensamientos están muy centrados en la Diócesis, sobre todo en que haya menos pobres y en ser capaz de fomentar más vocaciones.
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