Planes en el tiempo de descuento
Con recorridos flexibles o a la espera de elegir las rutas en el último momento, así será esta Semana Santa en Euskadi
El que no se consuela es porque no quiere y por eso, entre las frases más recurrentes de los últimos días figuran tres: «Hay que ... pensar que la Semana Santa del año pasado estábamos peor», «al menos podemos movernos por todo Euskadi» y «suerte que nuestro toque de queda es a las diez. Fíjate en Francia, que es a las seis». Dejando para otro capítulo el apartado de los franceses, a los que se les ha acabado el chollo de cruzar la muga por carretera a menos que presenten una PCR negativa, la pandemia ha conseguido, aunque sea por descarte, que la población vasca se decante por descubrir esos lugares tan emblemáticos que aparecen en las guías, pero que hasta que no llegó el Covid parecían no ir dirigidos a nosotros. Pero también ha provocado que una época en la que las reservas ya se realizaban en el último momento, ahora se efectúen en el tiempo de descuento.
Igor, Marta y su hijo de tres años, Alex, cambiarán este año la nieve por la playa. Ya tienen la ruta planeada. Entre el jueves y el martes, prevén recorrer la costa vizcaína, donde tienen un apartamento, aunque además, «habíamos reservado un alojamiento porque nuestra idea es movernos, ir a Mundaka, Lekeitio...», cuenta Marta, quien ha mirado el semáforo Covid y no van a tener mayor impedimento. «Estábamos a la expectativa de si podíamos ir o no, pero la zona a la que vamos no está en rojo. Si no, nos hubiéramos planteado qué hacer».
Después de tantos meses «encerrados» reconoce que «salir de Donosti y de la rutina de aquí» es casi más prioritario que el destino concreto al que desplazarse. «Y no solo por nosotros, también por el niño, que tiene que estar aburrido de jugar casi siempre en el parque de abajo de casa». Ahora solo pide que «el tiempo aguante. Con que no llueva me conformo».
Disfrutar de Gipuzkoa
A José Luis y Mari Carmen, en cambio, se les ha esfumado la ilusión, aunque tampoco es que tuvieran esperanza real de poder volver a la casa que tienen en Sokoa, a 50 metros de la playa, y a la que no acuden desde hace varios meses. «Nos quedaremos por Gipuzkoa, que hay mucho y muy bonito para ver. Iremos a jugar a golf, a Arantzazu, otro día a Oñati, al Txindoki...», enumera él.
Respecto a qué les parece la medida de que las reservas en alojamiento realizadas antes del día 26 sirvan de salvoconducto para entrar o salir de una localidad en zona roja, este matrimonio no se pone de acuerdo. Para Mari Carmen es «una auténtica chorrada», dice sin paños calientes. «Pues nuestros hijos lo tenían cogido y les ha venido bien. Hay que equilibrar economía y salud», subraya José Luis, a lo que su mujer responde que «hay que salvar la economía pero no entre cuatro, sino entre todos. Además, se está penalizando a los que han sido prudentes».
Iratxe y Andoni son de Andoain, y al igual que José Luis, también ven con buenos ojos la medida, después de que el año pasado perdieran «700 euros» por una reserva en Portugal que no pudieron disfrutar. Esta pareja aún tiene la Semana Santa sin planificar, aunque suponen que harán escapadas «de día por la costa. Otros años hemos ido a las islas, nos gusta mucho viajar y tenemos ganas de salir y hacerlo sin mascarilla». Aunque casi más que el protector respiratorio lo que les molesta es la presencia de extranjeros en Gipuzkoa, «cuando yo no puedo ir a ver a mi abuela que vive en Navarra a 30 minutos de mi casa».
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Antonio, que pasea junto con su mujer Siena, y su hija Zuriñe, se lo toma a medio cachondeo. «Tengo vuelo cogido para Isla de Margarita... Esta Semana Santa, lo más exótico va a ser visitar Bilbao. Iremos al monte, a las salinas de Añana... pero creo que vamos a juntarnos todos en los mismos sitios», comentaban. Esta familia reconoce la dificultad de equilibrar la balanza entre aliviar la economía sin desatender el apartado sanitario pero consideran que las últimas medidas son «un despropósito, no son coherentes».
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