El convenio laboral de Bidelan explica la suspensión del supercontrato de las autopistas de Gipuzkoa
Bidegi sacará a licitación el nuevo concurso a finales de junio y la adjudicataria deberá aceptar a los empleados actuales y sus condiciones de trabajo
La suspensión anticipada del supercontrato de explotación y mantenimiento de las autopistas AP-8 y AP-1, que Bidelan se adjudicó en 2018 por 296 millones de euros hasta 2026, viene motivada por la inflación, sí, pero específicamente por la repercusión que esta ha tenido en el convenio colectivo de la empresa concesionaria, explican a este periódico fuentes implicadas en el caso.
Hace tres meses Bidelan y sus trabajadores alcanzaron un acuerdo para la renovación del convenio que, en materia económica, contempla un incremento salarial del IPCentre 2023 y 2026, con un mínimo del 2% en caso de recesión, según explicó el sindicato LAB en su momento.
El IPC de Gipuzkoa fue del 5,4%en 2022 y del 3,3%en 2023, luego las subidas salariales del año pasado y de este han sido de esa cuantía. Una desviación superior a las previsiones que se contemplaron en el momento de la adjudicación del contrato, que ha elevado los costes de la compañía por encima de lo previsto, y que hace «inviable»la continuidad de la gestión de las carreteras en las condiciones actuales, añaden las fuentes.
Así las cosas, Bidegi (la sociedad pública dependiente de la Diputación para la gestión de las carreteras de pago)tiene previsto sacar a licitación el nuevo concurso con condiciones actualizadas a finales de junio y adjudicarlo a finales de año.
Bidegi asume el sobrecoste
Durante este plazo, Bidelan seguirá gestionando las autopistas, siendo Bidegi la que asumirá el sobrecoste laboral. La adjudicataria del nuevo contrato, en caso de no ser Bidelan, deberá subrogarse a los trabajadores y sus condiciones laborales. Esto es, asumir la plantilla y el nuevo convenio colectivo.
