DV conoció el «hogar» de esta comunidad okupa

Mikel, que ahora se ha quedado en la calle, llevaba casi cinco años residiendo en la casa okupa quemada, conocida como 'el edificio de los coches' porque perteneció a unos mecánicos. La «humilde morada», según relató en el reportaje, la había «empezado de cero». Mikel se encargaba del mantenimiento de la casa. La estaba poniendo «bonita por fuera y por dentro» para que las personas que pasaran por delante supieran que había gente viviendo allí.

Cuando entraron en el edificio, que llevaba abandonado muchos años, cada uno se hizo con una habitación y decidieron «pinchar» el cableado eléctrico. Mediante un sistema de «anzuelos caseros» y cinta de carrocero que enganchaban a un poste eléctrico cercano, conseguían tener energía suficiente para toda la vivienda. Mikel aprovechaba esa energía para enchufar su portátil y algún electrodoméstico como el frigorífico, la cocina y la luz general. Tenían sofás, tele, microondas... algunas comodidades en un edificio en el que, según definía, las relaciones entre la mayoría de vecinos eran buenas. Los fines de semana organizaban incluso barbacoas en ka explanada de fuera, o arreglaban el invernadero de la azotea para «sobrevivir» en un ambiente algo más amable.