El TS confirma una condena de 8 años por una violación de hace 20 años en Azkoitia
El acusado permaneció huido durante dos décadas | El investigado fue detenido en Francia y trasladado a Gipuzkoa, donde fue condenado por la Sección Tercera de la Audiencia
La condena de 8 años de cárcel por una violación cometida por un ciudadano francés hace veinte años en Gipuzkoa es ya firme. Así ... lo ha determinado la Audiencia de Gipuzkoa después de que el Tribunal Supremo no haya admitido el recurso que fue interpuesto por la defensa. Al acusado, en consecuencia, solo le resta cumplir con la sentencia que le fue impuesta en julio del pasado año.
El acusado se encuentra actualmente preso en el centro penitenciario de Zaballa, aunque muy probablemente solicite ser trasladado a una prisión francesa para estar cerca de su familia. Los hechos por los que el encausado ha sido sentenciado se cometieron hace veinte años, si bien el juicio se celebró el 11 de julio del, pasado año, ya que el encausado permanecía huido. El investigado fue detenido en la primavera de 2018 cuando el delito estaba a punto de prescribir.
El arresto se llevó a cabo en la ciudad francesa de Aix en Provence, donde ya estaba siendo investigado por la Policía gala por su presunta relación en otros delitos contra la libertad sexual. Los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una requisitoria de 2003 emitida por las autoridades españolas, después de que no cumpliese con sus obligaciones de comparecencia tras quedar en libertad provisional. De esta forma, el investigado fue trasladado a Gipuzkoa para ser juzgado.
El encarcelado fue arrestado en 2018 cuando el delito estaba a punto de prescribir
El acusado se enfrentó en la vista a una imputación por agresión sexual consumada y otra en grado de tentativa. Por la primera de ellas la Fiscalía reclamó una pena de ocho años, mientras que demandó otros tres por la segunda. Además, le imputó un tercer delito de lesiones.
Autoestop
La Audiencia consideró probado el primero de los delitos. Se cometió en 1998. El día 12 de noviembre, el investigado recogió a la víctima cuando hacía autoestop en Azpeitia y tras indicarle que se abrochara el cinturón de seguridad la trasladó hasta un polígono industrial de Azkoitia. Allí se abalanzó sobre la joven a la que agarró del cuello. En los instantes posteriores le despojó del jersey al tiempo que le obligó a desvestirse. Los gritos de la víctima hicieron que el acusado le instara repetidas veces a que se callara. El acusado llegó a colocar el jersey de la chica sobre la cabeza, para que no pudiera memorizar sus rasgos faciales e impedir que le reconociera.
El procesado mantuvo a la víctima en esta situación hasta que finalmente consumó un delito de agresión sexual. Tras el ataque, el acusado instó a la joven a que no interpusiera denuncia alguna y la llevó hasta el casco urbano de la localidad, donde la dejó marchar, no sin antes advertirle de que no mirara hacia atrás mientras caminaba.
El segundo de los hechos objeto del proceso fue declarado prescrito y se cometió tres días después de la agresión anterior. En esta ocasión, el acusado detuvo su coche delante de la parada del autobús en Bergara, donde la víctima aguardaba la llegada de un servicio para desplazarse hasta otra localidad cercana. El investigado se aproximó con el coche hasta la chica y se interesó por la ruta que debía seguir para desplazarse hasta Eibar. Tras ser informado, el varón se ofreció a llevarla, aunque en un primer momento esta rehusó subirse. Sin embargo, ante la insistencia, la joven finalmente accedió. El acusado emprendió la marcha y al llegar a Soraluze tomó un desvío. Adujo que conocía un atajo y se dirigió por la carretera hacia el barrio de Sagar-Erreka. Tras recorrer una distancia, detuvo el turismo y sometió a la víctima a diversos tocamientos. En aquellos instantes se inició un forcejeo entre ambos en el transcurso del cual el acusado propinó a la mujer un golpe. El procesado amenazó también a la chica con un destornillador de unos diez centímetros de longitud. Ante aquella situación, la chica le dijo que cogiera el dinero y la dejara marchar.
Además de la pena privativa de libertad, la Audiencia le condenó a indemnizar con 15.000 euros a la víctima del delito.
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