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Martin Ruiz Egaña y Oskar Ortiz de Guinea
Donostia | San Sebastián
Lunes, 5 de mayo 2025, 17:54
La Audiencia de Gipuzkoa ha condenado a dos hombres a un total de 83 y 16 años de prisión respectivamente por presionar a 24 menores (19 uno de ellos y 5 el otro) para conseguir imágenes de índole sexual, en una trama revelada el pasado mes de enero por DV. Pese a lo elevado de las condenas, desde la Fiscalía (que en un inicio solicitaba 168 y 36 años para los dos varones) puntualizan que el periodo máximo de cumplimiento de pena en prisión será de 18 años uno de los acusados y de 7 años y medio para el otro encausado. Esto se debe a que el máximo que se puede cumplir es el triple de la pena más grave de todas las impuestas, que en el caso del principal acusado es de 6 años de prisión y en el del segundo encausado es de 2 años y medio.
El juicio, que tenía una duración prevista de dos semanas, encaraba su primera jornada esta mañana en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa. No serán necesarios más días. Según explican fuentes de la Fiscalía, «ante la solidez de las pruebas presentadas» los acusados han reconocido los hechos y las defensas han alcanzado un acuerdo de conformidad con el ministerio fiscal y las acusaciones particulares.
El acuerdo de conformidad alcanzado «ha evitado a las víctimas volver a pasar por todo esto porque la mayoría ya lo había dejado atrás». Los acusados han abonado una responsabilidad civil de entre 20.000 y 30.000 euros en total a las víctimas como reparación del daño. Esta cuantía se individualiza en función del delito cometido y de lo sufrido por cada víctima. Una de ellas intentó suicidarse ante las presiones de los condenados. Uno de los acusados se ha sometido también a un programa de tratamiento psicológico para paliar los motivos que le han llevado a adoptar este tipo de conducta.
Los encausados creaban perfiles falsos en redes sociales como Instagram, F3, Telegram o Grinder en las que se hacían pasar por chicos o chicas de 14 años. A través de estos perfiles, contactaban con las víctimas y entablaban una conversación haciéndoles creer que se estaban relacionando con una persona real de su misma edad. Todo supuestamente se gestó con el fin de aprovisionarse de fotos y vídeos de índole sexual, un contenido con el que alimentaba un sitio web de Mega destinado al «intercambio y almacenaje de material sexual de explotación sexual», según acusaba la Fiscalía de Gipuzkoa.
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El principal acusado administraría la cuenta de almacenamiento en la nube junto con un joven de 27 años, quien también contactó con menores. Desde ese espacio en la nube compartían «numerosos» archivos gráficos «a personas adultas» con las que «compartían sus mismos gustos sexuales». Alguna en países como México. La Ertzaintza detuvo a ambos entre febrero y marzo de 2022, como consecuencia de la investigación iniciada meses antes tras aquella denuncia recibida en Hernani.
La «ingente cantidad» de material de explotación sexual de menores en poder de los acusados permitió identificar a las 24 víctimas, todas de entre 12 y 15 años de edad, domiciliadas en Euskadi u otras comunidades.
El varón de 28 años administraba la cuenta de almacenamiento en la nube junto con el otro acusado, un joven de 27 años, quien también contactó con menores. Desde ese espacio en la nube compartían «numerosos» archivos gráficos «a personas adultas» con las que «compartían sus mismos gustos sexuales». Algunas en países como México.
Si la relación fluía al mismo ritmo que el tráfico de imágenes sexuales, no había problema. Pero si alguna de las víctimas se mostraba reticente a enviar las imágenes, activaban un segundo mecanismo para forzarles a mandarlas. Los condenados se servían «de un segundo teléfono y perfil falso» para introducir a una 'tercera persona' que volvía a contactar con el chico o la chica en cuestión para hacerle ver que habían llegado a su poder imágenes íntimas de la víctima que podían ser publicadas. Una técnica conocida como 'grooming'.
De este modo, los menores se veían en la necesidad de seguir enviando más contenido propio, lo que les sumía en «procesos de verdadero miedo y angustia». Claro ejemplo de estos daños es el intento de suicidio de una de las víctimas debido a las presiones recibidas. En algunas situaciones, como la de un niño de 12 años, se le hizo creer que mantenía una relación sentimental con la 'chica' que le había contactado, y se le exigía el envío de más imágenes con el fin de no publicar las fotografías de su supuesta novia desnuda.
Otra de las estrategias de chantaje utilizadas por los acosadores era el dinero. Un menor de 14 años envió un vídeo masturbándose a cambio de una promesa de abonarle 8.000 euros. Un ingreso que nunca recibió. En otro caso la 'recompensa' era una tarjeta de Google que tampoco llegó a la víctima.
El acoso alcanzó las 24 víctimas hasta que uno de los menores decidió contar a sus padres que estaba siendo amenazado, y en octubre de 2021 se interpuso una denuncia en la ertzain-etxea de Hernani. La Ertzaintza detuvo a ambos acusados entre febrero y marzo de 2022, como consecuencia de la investigación iniciada meses antes tras aquella denuncia recibida en Hernani.
La investigación que la Policía vasca llamó Operación Ícaro asocia los contenidos sexuales conseguidos de 19 menores con el varón de 28 años arrestado en Bizkaia y que fue juzgado este lunes por numerosos delitos de elaboración, posesión y distribución de material de explotación sexual de menores de 16 años, difusión de material pornográfico entre menores y/o también de agresión sexual. El otro acusado fue detenido en Pamplona en colaboración con la Policía Foral y está asociado a cinco de las 24 víctimas.
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