Ver fotos
El café y el pintxo, en el bar del 'restop'
El cierre de la hostelería en esta segunda ola de la pandemia provoca que los guipuzcoanos se desplacen a las estaciones de servicio para consumir
El mundo está cambiando. El mundo ha cambiado. Y más que lo va a hacer. Pero el ser humano demuestra una capacidad de adaptación ... constante. Y las nuevas medidas restrictivas adoptadas para contener la segunda ola de contagios del Covid, que han frenado la movilidad en las carreteras y cerrado la hostelería, han obligado a los guipuzcoanos a mover ficha. Y si sigue habiendo un momento sagrado en esta pesadilla, ése es el de la cerveza y el cigarrito. Porque el principal motivo que dispara la melancolía y refuerza el silencio tiene un nombre propio: la restauración. Así que con los bares y restaurantes cerrados, ¿a dónde se puede ir? ¿Hay algún lugar abierto? ¿Tras acabar de trabajar y antes de ir a casa, hay algún reducto?
Lo hay. Son las estaciones de servicio. Las gasolineras permanecen abiertas ya que ejercen una actividad catalogada como esencial por las autoridades y es donde se están desplazando algunos guipuzcoanos si quieren tomar algo. Hay que advertir que no se producen aglomeraciones. Los responsables consultados ayer advirtieron de que «ni mucho menos están haciendo el agosto» en esta nueva situación, pero también es verdad que recogen a buena parte de aquellos que antaño habrían visitado su bar habitual y que ahora no lo pueden hacer.
Que el Covid sigue entre nosotros y ha transformado la vida cotidiana era muy palpable ayer en la estación de servicio de Aritzeta, donde a media mañana era difícil encontrar vida. Los surtidores, vacíos. Los empleados, con poco trabajo que atender. Y el paisaje, salvando las distancias, similar al de la mítica ruta 66 de Estados Unidos, donde pueden pasar horas y horas hasta que para un vehículo a repostar. Desde la gasolinera situada allí confirmaron que «hay bastante menos tráfico del que había en octubre, pero sin llegar al desplome del 85% del confinamiento de la primavera. Aquí suele haber mucho más movimiento por la tarde».
El sector del transporte, que trabaja con cierta normalidad, ayuda a subsistir a los 'restop'
Y es precisamente es entre las seis y las siete de la tarde, al salir de trabajar, cuando Aritzeta cobra cierta vida: «Lo que más vendemos es cerveza y tabaco. Es la costumbre que se mantiene desde antes incluso de la pandemia». La cerveza y el cigarrito, en el bar del 'restop'. Eso por la tarde porque por la mañana, apenas media docena de clientes que llenan el depósito y toman un café.
Menús del día
En cambio, a apenas 18 kilómetros, en el polígono industrial Lanbarren de Oiartzun, se produce un pequeño fenómeno a la hora de comer. Como la aldea gala de Astérix que resiste en tiempos del coronavirus, su restaurante ofrece un menú del día al que recurren los trabajadores de la zona, la mayoría del sector del transporte. En la estación de servicio Valcarce se dan al día «60 menús», tal como reconoce su encargado, Jesús García, aunque desvela que sin estar expuestos a una epidemia serían «100 o 120». Con un aforo reducido a la mitad, el local se mantiene con sus quince empleados -sin recurrir a un ERTE- y «aguantamos el tirón».
La cifra
-
60 menús del día ofrecen en una estación de servicio de Oiartzun cuando antes eran 120.
García agrega que hasta la pasada semana «teníamos la terraza abierta, pero en ésta la hemos retirado. Así que tiramos de las comidas, bocadillos y servicio a domicilio, con gente que está trabajando, en tránsito. Ofrecemos también servicio de ducha para los camioneros que lo necesitan». En definitiva, se trata de un negocio que resiste en tiempos en los que el ocio está en hibernación.
En una de las mesas, tomando un café, estaban los errenteriarras Mari Carmen Hueso y José Ignacio Elvira. «Venimos de hacer un recado en el supermercado y mi marido me ha comentado que este sitio estaba abierto. Aquí estamos. Es el primer café que me tomó esta semana». Y en el exterior se halla el transportista pamplonés Rafa Rey, habitual cliente del establecimiento, que apura la dosis de cafeína con su cigarro como si fuera el último. El café y el tabaco como primera necesidad.
Nos vemos en los bares, decían en los 90 los Celtas Cortos. Ahora lo hacemos en los 'restop'.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión